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La Moncloa no cambiará la ley del solo sí es sí, para blindar los presupuestos y la sedición
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Los votos de Podemos son indispensables

La Moncloa no cambiará la ley del solo sí es sí, para blindar los presupuestos y la sedición

Ganará tiempo para rebajar la polémica, porque cualquier modificación se tendría que pactar con el PP y se pondría en riesgo la mayoría de la investidura, clave para aguantar hasta 2023

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Daniel González)
La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Daniel González)
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No hay semana sin crisis entre las dos almas del Gobierno. Con la herida abierta aún por los ataques al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, desde Podemos por los acontecimientos en la frontera de Melilla, hoy la tensión entre los socios de coalición está en máximos por la revisión de condenas que ha provocado la ley estrella de Irene Montero. La aplicación de la norma, conocida como del solo sí es sí, ha desatado una cascada de recursos que están favoreciendo la rebaja de penas a agresores sexuales. “Es la consecuencia de trabajar solo para tener un titular”, lamentan desde la bancada socialista, donde se reconoce “hartazgo” ante la “torpeza” de las ministras moradas y su “falta de preparación”.

Pero junto con este hastío, también se traslada que más allá de la crítica en privado y de toques de atención públicos como los de la titular de Hacienda, María Jesús Montero, o la de Defensa, Margarita Robles, que pidió respeto máximo a los jueces durante una entrevista en el Programa de Ana Rosa, al PSOE le toca tragar con los desmanes de la ministra de Igualdad. “Hay muchos asuntos sobre la mesa. Tenemos los presupuestos, la reforma de la sedición, la ley trans…”, enumeran desde las filas socialistas.

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Fernando Villar)

Los votos de Podemos son indispensables para sacar adelante las cuentas que darán estabilidad a lo que queda de legislatura. Pedro Sánchez busca una mayoría lo más abultada posible para trasladar a Europa la “solidez” de su Gobierno, de ahí las concesiones a ERC y la apertura de debates tan impopulares como los cambios en el delito de malversación en el Código Penal. Cualquier mayoría para llevar a cabo estos cambios pasa por el apoyo de los 33 diputados morados, por lo que solo queda aguantar el chaparrón.

De hecho, pese a que la ministra de Educación y portavoz del PSOE, Pilar Alegría, se ha pronunciado a favor de retocar la Ley de Libertad Sexual para corregir los aspectos que están provocando el efecto contrario para el que se aprobó, la realidad es que no es más que una mera declaración. Al tratarse de una ley orgánica, se necesita una mayoría en el Congreso que solo se podría alcanzar con los votos del PP, dado que Podemos no consentiría mover una coma. Además, jurídicamente, aunque se subsanasen, los errores ya no afectarían a las decenas de penas que ya han sido revisadas.

Cualquier cambio en la ley de Montero no afectaría a las penas ya revisadas

La estrategia de Moncloa es ganar tiempo hasta que amaine el debate con afirmaciones como la del presidente del Gobierno. Sánchez instó ayer a esperar a que la Fiscalía y los tribunales “unifiquen criterios”. También se apelará al famoso “no legislar en caliente”, aunque los ánimos estén cada vez más caldeados tras las graves acusaciones de Irene Montero ayer contra los jueces, a los que calificó de “machistas” y les acusó de incumplir la ley del solo sí es sí. Lejos de hacer autocrítica, los morados han escalado los ataques a la judicatura, a la que calificaron de “facha”.

“Fuerzan tanto la máquina que es complicado hasta para ellos recomponer las posturas”, advierte un diputado socialista, que incluye un elemento más a la ecuación: la pugna con Yolanda Díaz. La vicepresidenta ha optado por marcar distancias también en este asunto con Irene Montero. La relación entre ambas es inexistente, según fuentes solventes. En el PSOE, preocupa que las desavenencias acaben por dinamitar el bloque de la izquierda y compliquen una posible suma sin la que no se podrá mantener la Moncloa.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), y el diputado de Unidas Podemos, Enrique Santiago. (EFE/Javier Lizón)

En el grupo parlamentario de Podemos, cada vez es más evidente la ruptura. Yolanda Díaz ha ido sumando adeptos a su causa, pese al boicot continuado de Pablo Iglesias. La cuota catalana liderada por Jaume Asens es yolandista, al igual que el gallego Antonio Gómez Reino. Irene Montero, Ione Belarra y Pablo Echenique están cada vez más aislados. En el Consejo de Ministros, tampoco hay comunicación con los compañeros socialistas de la bancada azul, que en privado no disimulan su falta de empatía con las ministras moradas.

El reproche más escuchado es que siguen comportándose como si fuesen oposición y no Gobierno. Los hay que van más lejos y hablan de falta de preparación para el cargo que ostentan: “Las colocó a dedo el jefe sin tener en cuenta lo que supone llevar un ministerio”. La coalición está rota de facto, pero Sánchez aún necesita los votos morados para encarrilar su último año de legislatura. Podemos debe medir su salida del Gobierno ante la grave crisis con Yolanda Díaz. La coalición es hoy un tripartito. Habrá ruido, pero hay coincidencia en que una vez más se aguantará. “Cuando estén los presupuestos, ya veremos”, sentencian en el PSOE.

No hay semana sin crisis entre las dos almas del Gobierno. Con la herida abierta aún por los ataques al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, desde Podemos por los acontecimientos en la frontera de Melilla, hoy la tensión entre los socios de coalición está en máximos por la revisión de condenas que ha provocado la ley estrella de Irene Montero. La aplicación de la norma, conocida como del solo sí es sí, ha desatado una cascada de recursos que están favoreciendo la rebaja de penas a agresores sexuales. “Es la consecuencia de trabajar solo para tener un titular”, lamentan desde la bancada socialista, donde se reconoce “hartazgo” ante la “torpeza” de las ministras moradas y su “falta de preparación”.

Yolanda Díaz Irene Montero Partido Popular (PP) PSOE
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