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Podemos desafía a Yolanda Díaz con Iglesias liderando la rebelión: "No estamos muertos"
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La batalla en la izquierda

Podemos desafía a Yolanda Díaz con Iglesias liderando la rebelión: "No estamos muertos"

Pablo Iglesias vuelve a asumir un rol protagonista para atacar a Díaz y dar la batalla cultural. Su exigencia de "respeto" recuerda a la posición que en su día tuvo el líder de IU Cayo Lara ante los morados

Foto: Pablo Iglesias y Yolanda Díaz en mayo de 2021. (EFE/David Fernández)
Pablo Iglesias y Yolanda Díaz en mayo de 2021. (EFE/David Fernández)
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Podemos se ha rebelado este domingo contra Yolanda Díaz, a la que, entre golpes, sigue refiriéndose como su candidata para las elecciones generales previstas para finales de 2023. Con una dureza inusitada, el ex secretario general y ex vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, volvió a subir al escenario para dar la batalla cultural, pero también para disparar contra la vicepresidenta segunda, una mujer que fue de su total confianza, a la que él mismo designó para liderar a su espacio político. Nunca antes había desnudado estas tensiones de una forma tan gráfica.

Iglesias, hoy presidente del think tank de Podemos, pero sin cargo orgánico, ha protagonizado la intervención más larga del cierre de su Universidad de Otoño, la más esperada y la más bronca, con una clara advertencia a Díaz para que "respete" a su formación como sujeto político predominante en su futurible candidatura a la Moncloa. Con alusiones a su "discurso reaccionario" sobre el rol que deben adoptar los partidos políticos, o a la "ingenuidad estúpida" de quienes, como la política gallega, no quisieron posicionarse contra el envío de armas a Ucrania, como sí hizo Podemos.

Foto: Pablo Iglesias, en el acto de este domingo. (EFE/Mariscal)

Y, a falta de una respuesta de la vicepresidenta segunda —Díaz intenta esquivar estas polémicas—, Iglesias ha mostrado la batalla entre su partido y la impulsora de Sumar, pero también entre los suyos e Izquierda Unida. Es Izquierda Unida a quien Iglesias le restregaba que fue Podemos quien apostó por forjar el Gobierno de coalición que ambas fuerzas integran, aunque inicialmente IU no compartiera su "estrategia", y es en algunas esferas de Izquierda Unida donde recuerdan las similitudes entre el discurso de Iglesias y el de su ex coordinador federal, Cayo Lara, cuando en 2014 reclamaba a Podemos "respeto", una integración entre "iguales".

Con todo, más allá de los términos más gruesos en este ajuste de cuentas, Iglesias hacía hincapié en un horizonte que preocupa en su partido: que no hayan avanzado hacia el entendimiento con Díaz antes de las municipales y autonómicas. "¿Quién piensa que le puede ir bien en las elecciones generales a una candidatura de la izquierda si a Podemos le va mal en las municipales y autonómicas? Hay que ser estúpido", afeó. Su discurso, perfectamente hilvanado con el del cofundador del partido Juan Carlos Monedero, venía a ser un toque de atención sin precedentes, su reclamación de un rol fundamental para los suyos, y hoy en su espacio político nadie quiere hablar de una ruptura. Tampoco en el resto de fuerzas de Unidas Podemos: o Díaz o el caos, resumen, por el momento.

La vicepresidenta segunda, explicaban desde Podemos, "ha armado su proyecto con el PCE" (dentro de IU), y ahora es momento para que confluyan con el resto de fuerzas. La actual secretaria general del partido, Ione Belarra, en una fugaz reaparición como paréntesis en su permiso por maternidad, seguía desde primera fila las intervenciones, sin tomar la palabra. Ni siquiera ella había ido tan lejos.

Foto: Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, durante el acto de cierre de campaña el 2 de mayo de 2021. (EFE/David Fernández)

Y era la ministra de Igualdad, Irene Montero, la figura de mayor peso político dentro de la dirección, hoy por hoy, quien protagonizaba un discurso más propositivo, optimista, con tintes de candidata. Iglesias aireaba sus desavenencias con Díaz, cargaba contra los medios de comunicación o ensalzaba la importancia del entendimiento con la izquierda latinoamericana, muy presente en este acto, pero era Montero quien se detenía en las cosas del comer.

Quien se pronunciaba sobre las iniciativas pendientes, como la ley trans, quien se refería al futuro de la formación. No olvidaba criticar "el cinismo y la hipocresía de la progresía", que renuncia a sus objetivos "porque da pereza o miedo intentarlo", pero sí era mucho más comedida con sus mensajes, no bajaba al barro. Este domingo, como no había sucedido desde la campaña de mayo 2021, en la que Iglesias fue candidato a la Comunidad de Madrid, el histórico líder de Podemos volvió a romper los moldes, con Montero aplaudiéndole a menos de un metro de distancia. Y con cerca de 1.250 militantes y simpatizantes (según el partido), eufóricos por volver al Podemos más duro.

"También ha servido para el rearme ideológico de Podemos de cara al ciclo electoral que está a punto de comenzar"

El partido morado hizo coincidir con su Universidad de Otoño el fin del proceso de primarias autonómicas y municipales, que se saldó con una participación muy por debajo de otras votaciones internas (35.110 personas, aunque el censo de julio de 2021 era de 138.800). Ya cuentan con sus candidatos, si bien tendrán que negociar con fuerzas como IU para sellar acuerdos en cada uno de los territorios.

"La Universidad de Otoño también ha servido para el rearme ideológico de Podemos de cara al ciclo electoral que está a punto de comenzar. La organización está lista para las autonómicas y municipales, y con los pies en el territorio", presumen desde el partido, sacando pecho también por los niveles de asistencia y participación política.

De fondo, late la voluntad de Podemos de reivindicarse como una fuerza decisiva e independiente, de convencer de que están listos para afrontar cualquier escenario. De que aún respiran, y de que seguirán haciéndolo haga lo que haga Yolanda Díaz: "No estamos muertos".

Podemos se ha rebelado este domingo contra Yolanda Díaz, a la que, entre golpes, sigue refiriéndose como su candidata para las elecciones generales previstas para finales de 2023. Con una dureza inusitada, el ex secretario general y ex vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, volvió a subir al escenario para dar la batalla cultural, pero también para disparar contra la vicepresidenta segunda, una mujer que fue de su total confianza, a la que él mismo designó para liderar a su espacio político. Nunca antes había desnudado estas tensiones de una forma tan gráfica.

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