Es noticia
PSOE y Podemos entierran su reglamento de coalición a las puertas del ciclo electoral
  1. España
SIN MECANISMOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

PSOE y Podemos entierran su reglamento de coalición a las puertas del ciclo electoral

La dinámica en la que ha entrado la relación entre los dos partidos en el Congreso se asemeja más a la de dos rivales parlamentarios que a la de unos socios de Gobierno

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), y el diputado de Unidas Podemos, Enrique Santiago. (EFE/Javier Lizón)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), y el diputado de Unidas Podemos, Enrique Santiago. (EFE/Javier Lizón)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Los incumplimientos del protocolo de coordinación parlamentaria con el que se dotaron los socios de la coalición se han reiterado cuando la legislatura entra en su último año. No solo por parte de Unidas Podemos, que siempre ha forzado las reglas del acuerdo para arrancar mayores concesiones, sino también por parte del PSOE, como se ha demostrado en sus enmiendas a la ley trans. El alejamiento entre socialistas y morados ha ido in crescendo, marcando terreno en asuntos clave tanto para diferenciarse ante el electorado progresista como para competir por las mismas banderas. A las puertas de abrirse el ciclo electoral de 2023, ha dejado de ser un tabú la ruptura en la coalición para afrontar los comicios por separado. La naturalidad con la que se asume el quebrantamiento por ambas partes de su protocolo de funcionamiento refleja una estrategia de distanciamiento compartida, a la espera de medir su alcance para la coalición.

En la última semana, los morados dejaban en papel mojado el manual de coordinación al presentar enmiendas parciales a los presupuestos del Gobierno del que forman parte. Los socialistas hacían lo propio con una ley del Ejecutivo, en contra del criterio de sus socios. "Los Proyectos de Ley presentados por el Gobierno de coalición serán apoyados, defendidos y votados favorablemente por ambos socios, siendo premisa necesaria para su modificación, bien por iniciativa de los grupos parlamentarios de los propios socios, bien por aceptación de las enmiendas por otros grupos el acuerdo de ambos", recoge el protocolo. En lo referente a las cuentas, se especifica que "los grupos parlamentarios de los socios no podrán presentar enmiendas sin el acuerdo previo sobre las mismas".

Foto: Los ministros de Derechos Sociales, Ione Belarra (i); Igualdad, Irene Montero y de Consumo, Alberto Garzón, pertenecientes a Unidas Podemos, durante un pleno del Congreso. (EFE/Chema Moya)

Cuando Unidas Podemos incumplió este precepto en las primeras cuentas públicas de la legislatura se originó una fuerte crisis con los socialistas. Como consecuencia, se puso toda la maquinaria negociadora a trabajar para rebajar las tensiones y reconducir la situación. Los morados retiraron su firma de la enmienda antes de que se sometiese a votación a cambio de sentarse a negociar para buscar una salida a la polémica enmienda. Ahora, el envite de los morados ni siquiera se ha abordado internamente para intentar llegar a algún punto de entendimiento.

En lugar de activarse los mecanismos habilitados entre los socios para resolver sus discrepancias, los socialistas optaron por vetar la aceptación de la enmienda de los morados, juntando sus votos a los del PP en la mesa de la Comisión de Presupuestos y apoyándose en un informe de los letrados del Congreso. Como resultado, Unidas Podemos echó mano de la facultad que le otorga tener la presidencia de este órgano para intervenir y aplazar la decisión. En definitiva, las dos formaciones del Ejecutivo han actuado más como rivales que como socios.

Foto: Montero y Belarra, durante una reunión del Consejo de Coordinación de Podemos. (EFE/Víctor Casado)

Las discrepancias se visibilizan y hasta se utilizan los recursos parlamentarios de cada uno para imponer sus propios criterios. Se desliza así una falta de voluntad para resolver los conflictos, y es que ni siquiera se ha planteado convocar los órganos creados para tal efecto, como son la denominada Comisión de Seguimiento Parlamentario o el último recurso de la Comisión Permanente de Seguimiento del Acuerdo. Este último espacio se creó para acordar las diferencias en aquellos "casos excepcionales" en los que "los instrumentos previstos en este acuerdo no fueran suficientes para superar una discrepancia" con el objetivo de definir "su alcance y la publicidad que los socios darán a la misma, tanto en sede parlamentaria como ante los medios de comunicación".

"El principio de diálogo y búsqueda de consenso será especialmente aplicado para el caso de discrepancia entre los socios", alude el mencionado protocolo. Sin embargo, tampoco se han convocado las comisiones de seguimiento para buscar un punto de encuentro en el choque entre PSOE y Unidas Podemos por la ley trans. La titular de Igualdad, Irene Montero, exigía este miércoles retirar las modificaciones propuestas a la ley consensuada en el Consejo de Ministros y cumplir con los plazos propuestos para la aprobación de la ley antes de finalizar el año.

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero, durante la sesión de control al Gobierno celebrada este miércoles en el Congreso. (EFE/Fernando Villar)
TE PUEDE INTERESAR
UP y sus socios aíslan al PSOE con la ley trans: enmiendas para omitir el sexo en el DNI
Alejandro López de Miguel Ana Belén Ramos

Los socialistas apelan a que el Congreso tiene sus tiempos y sus dinámicas para poner en duda que desde un ministerio se intenten imponer plazos, más allá de la realidad aritmética de un Gobierno en minoría. En la Moncloa se ha pasado de intervenir en estas disputas parlamentarias, empujando a buscar acuerdos, a mantenerse al margen en la mayoría de ocasiones. Los cambios en la portavocía del grupo socialista, con hasta tres responsables diferentes en lo que va de legislatura, tampoco han ayudado a profundizar las relaciones de confianza.

Marzo como mes límite

La dinámica en la que ha entrado la relación entre PSOE y Unidas Podemos en el Congreso se asemeja más a la de dos rivales parlamentarios. De atenerse a unas normas férreas se ha pasado a una relación laxa sin apenas formalismos. Esta inercia se alimenta con los choques por leyes que los morados señalan como bloqueadas por los socialistas. Desde la ley de vivienda o la de bienestar animal, hasta la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, la denominada ley mordaza, pasando por la ley de familias que todavía no ha sido llevada al Consejo de Ministros y que se había acordado aprobar antes de finalizar el mes de octubre.

"Estamos pensando qué hacer con las leyes bloqueadas", apuntan fuentes de la dirección del grupo parlamentario de Unidas Podemos. A partir de hoy y a lo largo de este fin de semana, Podemos celebrará un cónclave interno en el marco de la denominada universidad de otoño, donde está previsto esbozar algunas conclusiones para examinar su papel en la coalición y su hoja de ruta de cara al horizonte electoral de 2023. En los últimos días, se ha hecho evidente el ánimo de señalar los límites de gobernar con el PSOE. La sensación compartida por socialistas y morados es que el próximo mes de marzo marca el límite para la actividad legislativa, con las elecciones municipales y autonómicas convocadas para mayo y, acto seguido, iniciándose la carrera para las generales.

Los incumplimientos del protocolo de coordinación parlamentaria con el que se dotaron los socios de la coalición se han reiterado cuando la legislatura entra en su último año. No solo por parte de Unidas Podemos, que siempre ha forzado las reglas del acuerdo para arrancar mayores concesiones, sino también por parte del PSOE, como se ha demostrado en sus enmiendas a la ley trans. El alejamiento entre socialistas y morados ha ido in crescendo, marcando terreno en asuntos clave tanto para diferenciarse ante el electorado progresista como para competir por las mismas banderas. A las puertas de abrirse el ciclo electoral de 2023, ha dejado de ser un tabú la ruptura en la coalición para afrontar los comicios por separado. La naturalidad con la que se asume el quebrantamiento por ambas partes de su protocolo de funcionamiento refleja una estrategia de distanciamiento compartida, a la espera de medir su alcance para la coalición.

PSOE
El redactor recomienda