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Podemos examina su papel en la coalición ante el bloqueo del PSOE en asuntos clave
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ELEVA SUS EXIGENCIAS A DÍAZ PARA SUMAR

Podemos examina su papel en la coalición ante el bloqueo del PSOE en asuntos clave

Con los Presupuestos encauzados, se considera que la posibilidad de arrancar acuerdos a los socialistas en pleno ciclo electoral se diluye. El foco se pone en los incumplimientos de Sánchez, pero la principal destinataria es Díaz

Foto: Montero y Belarra, durante una reunión del Consejo de Coordinación de Podemos. (EFE/Víctor Casado)
Montero y Belarra, durante una reunión del Consejo de Coordinación de Podemos. (EFE/Víctor Casado)

Desde el "estamos muy preocupados" que trasladan los representantes de la parte de Podemos en el Gobierno sobre la relación con sus socios, hasta la convicción que muestran en el entorno de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, sobre que la coalición "llegará al final" de la legislatura. Posición esta última que coincide con el mensaje reiterado por Moncloa para proyectar estabilidad ante el electorado y dar cumplimiento a todo el programa de gobierno. Una afinidad estratégica de la que se desmarca Podemos, con un discurso más duro y diferenciado. Los morados, a la espera de negociar su papel en el futuro proyecto político de Yolanda Díaz con la exigencia de no perder protagonismo, acusan cada vez más las "resistencias" del PSOE para sacar adelante compromisos que consideran claves del acuerdo de gobierno. En materia de vivienda —regulación de los alquileres—, de Igualdad —ley trans— o de reformas pendientes en fiscalidad o seguridad ciudadana, como es el caso de la denominada ley mordaza.

El análisis interno en Podemos pivota mirando tanto a la configuración de la plataforma electoral de la vicepresidenta segunda, como a la recta final de la legislatura. Cómo se resuelva lo primero para sus intereses determinará la principal decisión estratégica de la legislatura sobre si forzar o no un mayor distanciamiento con el PSOE.

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Chema Moya)

En esta teoría de juegos, ya no es un tabú la ruptura de la coalición para encarar las elecciones municipales y autonómicas de mayo con total autonomía y diferenciándose de los socialistas. El portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, situaba esta hipótesis en la agenda, tras pactar los Presupuestos, desde la negación. "Nosotros no vamos a romper el gobierno por una deslealtad del PSOE, porque sería muy irresponsable cuando tenemos a Feijóo y Abascal afilando los cuchillos". Acto seguido, el clásico "pero", como recurrente conjunción adversativa para situar la amenaza: "Pero quiero decir claramente que nos han ocultado el aumento unilateral en el gasto en Defensa y es una vergüenza". Un mensaje cuyo destinatario no sería solo el PSOE, sino también Yolanda Díaz, al haber sido la encargada de negociar las cuentas con los socialistas y a la que en privado se acusó desde Podemos de no haberles informado sobre el aumento del gasto militar.

Podemos ha elevado su órdago en las últimas semanas a Díaz, a la par que desarrolla su proceso de primarias para elegir las listas electorales para las municipales y autonómicas. De aceptar una disolución de sus siglas y el liderazgo total de la vicepresidenta segunda, siempre y cuando se preservara un peso notorio de los miembros de su organización en la futura candidatura, ha pasado a exigir formar una "coalición". De igual a igual, cuando hasta hace tan solo unas semanas se hablaba de "frente amplio". La máxima es que no vuelva a repetirse la experiencia de las pasadas elecciones andaluzas, donde su marca quedó fuera de juego. Si la gallega busca superar los partidos políticos para impulsar una plataforma política sin dependencia de las siglas, los morados han elevado la presión para mantener intacta su cuota.

En esta teoría de juegos, ya no es un tabú la ruptura de la coalición para encarar las elecciones con total autonomía y presionar a Díaz

Una ruptura anticipada de la coalición por parte de Podemos dejaría a Díaz sin el foco institucional. En términos de proyección, convertir a Díaz en diputada rasa y sin el sostén morado sería letal para poder encarar los comicios generales como presidenciable. La amenaza es velada, aunque creciente. Un diputado que forma parte de la dirección de Podemos va más allá de la "preocupación" con los socialistas que públicamente han mostrado sus compañeros en el Gobierno para asegurar que la legislatura "está muerta". Enumera las leyes que están siendo bloqueadas por sus socios y muestra pesimismo sobre el supuesto giro a la izquierda de Pedro Sánchez. Afea que "se pone la chaqueta de pana", como manda la tradición del PSOE al acercarse las elecciones, pero recuerda que el verdadero Sánchez es el que salió del último congreso federal del PSOE, abrazando a Felipe González y posiciones de sus barones más moderados.

"En las sesiones de control parece que va a nacionalizar la banca, pero es simple discurso", lamenta este parlamentario y miembro de la dirección morada. Las mismas tesis que desde la retaguardia comunicativa y sin resignarse a ser un jarrón chino en la izquierda española, viene promoviendo el exvicepresidente Pablo Iglesias, cada vez más crítico con el pragmatismo de Díaz.

Los límites del PSOE (y de Yolanda Díaz)

El debate interno es cada vez más intenso, a la espera de los movimientos de Díaz y de comprobar si se materializa el bloqueo en leyes estrella de los morados, principalmente la de vivienda o la ley trans. Pero no solo, pues otro de los argumentos de peso que siembran una ruptura con Sánchez es el choque respecto a la política internacional, como ya ocurrió tras la cumbre de la OTAN. Concretamente en la respuesta a la invasión rusa de Ucrania. Los morados critican el belicismo sin apelaciones a una negociación para buscar la paz, así como la sumisión a EEUU.

Se espera que en el próximo cónclave de Podemos a principios de noviembre, en el marco de la denominada 'universidad de otoño', se esbocen algunas conclusiones para examinar su papel en la coalición. Se repensará su hoja de ruta de cara al horizonte electoral de 2023. A la espera de si se traducirá en algún tipo de manifiesto o, simplemente, en un discurso de cierre para marcar terreno, lo que no deja de ser evidente es el ánimo de señalar los límites de gobernar con el PSOE. Con los Presupuestos de 2023 encauzados, se considera que la posibilidad de arrancar acuerdos a los socialistas en pleno ciclo electoral se diluye. El foco se pone en los incumplimientos, pero detrás de este mensaje dirigido a Sánchez hay una copia oculta para Yolanda Díaz.

Desde el "estamos muy preocupados" que trasladan los representantes de la parte de Podemos en el Gobierno sobre la relación con sus socios, hasta la convicción que muestran en el entorno de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, sobre que la coalición "llegará al final" de la legislatura. Posición esta última que coincide con el mensaje reiterado por Moncloa para proyectar estabilidad ante el electorado y dar cumplimiento a todo el programa de gobierno. Una afinidad estratégica de la que se desmarca Podemos, con un discurso más duro y diferenciado. Los morados, a la espera de negociar su papel en el futuro proyecto político de Yolanda Díaz con la exigencia de no perder protagonismo, acusan cada vez más las "resistencias" del PSOE para sacar adelante compromisos que consideran claves del acuerdo de gobierno. En materia de vivienda —regulación de los alquileres—, de Igualdad —ley trans— o de reformas pendientes en fiscalidad o seguridad ciudadana, como es el caso de la denominada ley mordaza.

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