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Diario de un 'señor de la guerra' en España: del Ejército polaco a mover millones en Ibiza
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La segunda oportunidad de Dadak

Diario de un 'señor de la guerra' en España: del Ejército polaco a mover millones en Ibiza

La Audiencia Nacional se sumergió durante siete años en las interioridades de una industria millonaria tras los pasos de un vendedor de armas internacional: "Si no tienes 200 millones, no es rentable"

Foto: El vendedor de armas Pierre Konrad Dadak durante uno de sus viajes. (Policía Nacional)
El vendedor de armas Pierre Konrad Dadak durante uno de sus viajes. (Policía Nacional)

El polaco Pierre Konrad Dadak es lo que coloquialmente se conoce como un ‘señor de la guerra’. Afincado en Ibiza desde 2010, llegó a amasar una fortuna gracias a la venta de armas por todo el mundo. Fue detenido en verano de 2016 y pasó año y medio en prisión provisional. Ahora, la Audiencia Nacional acaba de archivar siete años de investigación en su contra por organización criminal, blanqueo, cohecho y amenazas. Entiende que sus operaciones eran legales. Meses de intervenciones telefónicas, más de 24.000 correos electrónicos, acuerdos de compra de material e información de hasta siete países permiten hacer una radiografía de la industria del armamento y sus conexiones internacionales.

“Para que lo entiendas, Polonia es un poco como Rusia, está gestionada por los funcionarios del Ejército, así que me puso en una empresa de armamento donde empecé como comercial". De este modo explica el protagonista de esta historia los inicios de su carrera. Consta en la documentación del caso a la que ha tenido acceso El Confidencial. En el marco de una conversación telefónica captada por los investigadores, Dadak recordaba así el año 2007 en el que empezó todo. Venía de pasar una mala racha cuando residía en Francia por lo que tuvo que pedir ayuda a su padre para encontrar su lugar en la vida.

"En 2007, me empezó a ir mal en París, me fui a Polonia. Fue la única vez que le pedí a mi padre que me diese uno de sus contactos en Polonia, a nivel de su familia y eso”. Lo que hizo su padre fue introducirle en la industria del armamento. Años después, se vio residiendo en una mansión en Ibiza, rodeado de coches de lujo y viajando en vuelos privados con champán y mujeres. Basta esta breve explicación en cifras para entender la magnitud del negocio: “El contrato de armamento es de 50 millones, 100 millones, 200 millones, son fábricas que... no rebajas una fábrica industrial si no tienes 200 millones de pedidos mínimo, no es rentable”.

placeholder Los coches propiedad de Dadak en su casa de Ibiza.(Policía Nacional)
Los coches propiedad de Dadak en su casa de Ibiza.(Policía Nacional)

De las conversaciones de Dadak se infiere que comenzó trabajando para el Gobierno de Polonia y después se benefició de las privatizaciones en el sector: “Así que allí estaba, en una empresa en la que durante ocho meses vegeté un poco y después salió un concurso que ganó Polonia con el Gobierno, en Angola. Yo era asistente de jefe de proyecto. El jefe de proyecto tuvo un paro cardiaco, murió, y en una empresa de Estado, para que lo entiendas, jerárquicamente tenían la obligación de pasarme el proyecto a mí, porque yo era el segundo, ¿sabes?”.

"Un poco como en Rusia"

“Me hice cargo del proyecto, me hice cargo de dos, tres, cuatro... y después hubo una privatización, un poco como en Rusia, y nos presentamos como candidatos, y después heredamos la empresa y, pues eso, tenemos 22.000 empleados”, explicó a su interlocutor al otro lado del teléfono sin saber que ya le escuchaban los investigadores de la Policía.

La investigación arrancó en octubre de 2014 por medio de una querella de la Fiscalía remitida a la Audiencia Nacional. Iba dirigida contra Konrad Dadak. Se le acusaba de organización criminal y blanqueo de capitales. El arresto de Dadak llegó el 13 de julio de 2016 en una operación presentada así por el departamento de Comunicación del Ministerio del Interior: “Cae en Ibiza una organización dirigida por un multimillonario y exmilitar polaco dedicada al tráfico de armas y a la extorsión”.

placeholder Imagen de la operación en la que fue arrestado Dadak en 2016 en Ibiza. (Policía Nacional)
Imagen de la operación en la que fue arrestado Dadak en 2016 en Ibiza. (Policía Nacional)

A lo largo de este tiempo han comparecido 18 testigos, las escuchas telefónicas se mantuvieron entre el 23 de enero de 2015 y el 29 de marzo de 2016, se han recabado comisiones rogatorias a Francia, Letonia, Polonia, Estados Unidos, Suiza, Reino Unido y Ucrania y se han revisado 24.188 correos electrónicos solo del principal investigado. La Audiencia Nacional advierte de “la opacidad” y el “alto nivel sospecha de que Pierre Konrad Dadak tenga por actividad el tráfico internacional de armamento”. No obstante, añade que “no ha sido posible la conexión con ninguna operación de venta específica” de armas a países vetados por Naciones Unidas.

Él admite su actividad sin tapujos. En su defensa, los abogados de este empresario armamentístico remitieron 24 documentos para acreditar que su cliente trabajaba para una empresa polaca llamada Metalexport-S y para la empresa gubernamental polaca Bumar. En esta relación se recogen autorizaciones para representarles en “negociaciones con autoridades de los países de África y Sudamérica dentro del área de producción civil y de defensa”. Consta una carta del presidente de Bumar al Gobierno de Gambia para agradecer el trato dispensado a Dadak, que acudió al país africano a mostrarle el catálogo de productos de la empresa.

Tanques polacos en Colombia

También consta un acuerdo de confidencialidad suscrito entre la empresa pública polaca y una sociedad con sede en Chipre —Rosevar Holdings— a nombre de Dadak para contactar con el Gobierno de Colombia. Concretamente, sobre un sistema antiaéreo Cobra, “incluidos misiles Grom Manpads”. Es un sistema de defensa aérea portátil que se fabrica en Polonia. Con Colombia también se negoció por un carro de combate PT-91 MBT” o un vehículo “Rosomak AMV”, ambos también de fabricación polaca. Por estas ventas, la sociedad chipriota de Dadak se llevaba una comisión. Radares, explosivos o munición completan la relación de negociaciones en las que intervino Dadak a lo largo de los años.

placeholder Uno de los modelos de carro de combate de fabricación polaca que vendía Dadak. (Policía Nacional)
Uno de los modelos de carro de combate de fabricación polaca que vendía Dadak. (Policía Nacional)

Pero en la actividad de este empresario de las armas con todos los papeles en regla, según la Justicia, hay una cara B. Un lado oscuro de extorsiones y amenazas que la Audiencia Nacional no ha entrado a valorar. Fuentes de la investigación relatan que sus conversaciones están salpicadas de frases que suenan, cuando menos, amenazantes. Se investigaron las presiones a un exsocio por una deuda de cuatro millones, pero el juzgado no entra en el fondo porque ninguno de los afectados era español ni presentó denuncia. Un vecino de Ibiza, de nacionalidad belga, sí acudió en 2012 a denunciar a Dadak en comisaría.

El vendedor de armas le reclamaba 100.000 euros y, para convencerle de que se los pagase, le envió correos intimidatorios y fotos suyas con sus guardaespaldas portando armas de fuego. Dadak también se salva de esto porque nadie incorporó la denuncia a la investigación de la Audiencia Nacional. En 2015, llamó desde su teléfono (64XX3XXX3) a una persona no identificada. Dadak estaba muy enfadado porque este individuo había publicado una foto de su casa en su página web. “Le dice que la quite o lo va a matar, que le va a destrozar la vida”, según el sumario. Tampoco se llegó a presentar denuncia.

"Le dice que la quite o lo va a matar, que le va a destrozar la vida", según el sumario

Hay otros nueve casos de posibles víctimas de la ira de Dadak, ya sean amenazas o lesiones. Figuran vecinos de Ibiza y obreros que tuvieron que ir a su casa convertida en fortaleza a hacer algún trabajo. Pero la Audiencia Nacional despacha todos estos episodios destacando que los afectados no presentaron denuncia, o no se han aportado a la causa o constituyen una mera falta de amenazas, derogadas en 2015 cuando entró en vigor la ley de seguridad ciudadana.

Favores policiales

Las pesquisas empezaron contra Dadak, su novia y cinco personas más. Entre ellas estaba Frank Jose Barresi, del clan Barresi, una de las facciones de la mafia marsellesa. Según fuentes de la investigación, se cree que este individuo viajó con Dadak a Gambia en la visita por la que se mostraron tan agradecidos desde Polonia por el trato dispensado a su representante. Las relaciones de este hombre de negocios polaco eran extensas, en el ámbito internacional, pero también en el local. Prueba de ello es que en 2015 la Fiscalía pidió imputar a un miembro de la Policía Local de Ibiza por un delito de cohecho.

Foto: Imagen: EC.

La relación de Dadak con este miembro de las fuerzas de seguridad afloró gracias a las escuchas telefónicas que reflejan el día a día de este ‘señor de la guerra’ que eligió España para vivir. En abril de 2015, uno de sus guardaespaldas circulaba por la isla con uno de los muchos coches de lujo de la colección del polaco. En este caso era un Bentley que dejó mal aparcado y por eso los agentes le pidieron la documentación del auto. Como el escolta no la encontraba, llamó a su jefe, que decidió hacer valer sus contactos para solucionar la situación. Llegó a hablar con el agente que había parado a su guardaespaldas.

Dadak le dijo que era amigo de un uniformado compañero suyo al que citó por su nombre y le convenció para que no llamara a la grúa para llevarse el vehículo. Días después, acordó con su escolta darle 500 euros a su contacto en la Policía en agradecimiento por las gestiones. Este trato de favor al vendedor de armas se mantuvo en el tiempo. Le llamaba para avisarle de que aparcase bien o, incluso, le informaba si detectaba alguna vigilancia policial en torno a su casa. Para ello, consultaba en bases de datos oficiales. La Audiencia Nacional también da carpetazo a este episodio. Considera que no se ha probado que el policía llegase a recibir los 500 euros ni que entrase en bases de datos oficiales.

Blanqueo de capitales

En lo que tiene que ver con el delito de blanqueo de capitales, la Fiscalía Anticorrupción ponía el foco en una trama dedicada a la compra de inmuebles a nombre de sociedades. La UDEF de la Policía Nacional destacaba la operación para adquirir una casa en Ibiza valorada en más de 1,4 millones de euros. El auto de archivo se refiere a una conversación telefónica mantenida por Dadak en la que, a juicio de la Audiencia Nacional, se confirma que fue él quien cinco años antes había adquirido la casa como vivienda habitual. Entiende el juez que no hay nada extraño en que la casa apareciera registrada a nombre de una sociedad administrada por su pareja, una modelo y profesora de yoga.

placeholder Imagen de la casa de Dadak en Ibiza.
Imagen de la casa de Dadak en Ibiza.

En la investigación, además del tráfico de armas o las extorsiones, también han aflorado operaciones mercantiles sospechosas. La UDEF activó sus alertas después de que Dadak comprase una empresa llamada Polietica Holding, con sede social en Delaware (EEUU). Apenas unos meses después, su filial en España hizo una ampliación de capital por 235 millones de euros. El apoderado de esa operación fue un abogado alemán investigado por blanqueo y fraude de capitales. El objeto social de la empresa abarcaba desde operaciones inmobiliarias hasta hostelería.

Para justificarlo todo, presentaron un protocolo notarial con un documento de un banco de Hungría. Indicaban que la empresa Poliética tenía una cuenta en esa entidad, pero, cuando los investigadores preguntaron, descubrieron que todo era falso. Ni coincidía la numeración empleada por este banco húngaro ni la persona que firmaba trabajaba allí siquiera. Los documentos, además, contenían errores gramaticales. Sin embargo, la Audiencia Nacional entiende que eso sería, en todo caso, un delito de falsedad documental cometido en 2013 y que, por tanto, ya ha prescrito.

Foto: Registro del domicilio de uno de los miembros de la organización. (Mossos)

¿Esto de qué país me viene?”. Esa fue la frase que repetía una y otra vez Dadak cuando entraron a detenerle a su casa, según relataron fuentes policiales. El empresario sabe que está en el foco de muchos países a los que no le gustan sus acuerdos de venta de armas. La Audiencia Nacional, de momento, también ha acordado dejar “en suspenso” una orden de entrega que pesaba sobre Dadak cursada por las autoridades alemanas. Entiende la Justicia española que Alemania no ha aportado “las garantías suficientes”.

Aunque Dadak ha esquivado una batalla judicial de calado, este polaco con nacionalidad francesa de 45 años fue arrestado de nuevo el mes pasado en Barcelona, pero quedó libre horas después. Estaba acusado de haberse ido sin pagar de un establecimiento en Marbella. Saltó la alerta al registrarse en un hotel de Ciutat Vella. Cuando los Mossos d’Esquadra tocaron a la puerta de la habitación, lo encontraron dentro con dos mujeres.

El polaco Pierre Konrad Dadak es lo que coloquialmente se conoce como un ‘señor de la guerra’. Afincado en Ibiza desde 2010, llegó a amasar una fortuna gracias a la venta de armas por todo el mundo. Fue detenido en verano de 2016 y pasó año y medio en prisión provisional. Ahora, la Audiencia Nacional acaba de archivar siete años de investigación en su contra por organización criminal, blanqueo, cohecho y amenazas. Entiende que sus operaciones eran legales. Meses de intervenciones telefónicas, más de 24.000 correos electrónicos, acuerdos de compra de material e información de hasta siete países permiten hacer una radiografía de la industria del armamento y sus conexiones internacionales.

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