Los 'errores' que lastran al PSOE en Madrid: potenciar a Ayuso y apostar por la moción

El pasado 21 de septiembre, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acudió a la sede de la Comunidad de Madrid para mantener una insólita reunión con Isabel Díaz Ayuso. Moncloa aceptó un protocolo y una escenografía dignas de encuentros de Estado y que ni siquiera se ha utilizado para reuniones del presidente del Gobierno con Angela Merkel o con Enmanuel Macron.

La foto de las 24 banderas tras el presidente del Gobierno y la presidenta de la Comunidad de Madrid es la imagen perfecta para resumir la forma en que desde la Moncloa se ha contribuido a convertir a Ayuso en una líder política nacional.

Ahora, en vísperas de unas elecciones autonómicas en Madrid, el PSOE cae en la cuenta de que enfrente tiene una candidata potente. Y miembros del PSOE de Madrid dicen en voz baja lo de “ya lo decía yo”, porque eran conscientes de que las estrategias de Sánchez los debilitaba para futuras elecciones autonómicas. Ya tuvieron que aceptar que la lista al Ayuntamiento de Madrid la encabezara Pepu Hernández porque alguien creyó que un exseleccionador de baloncesto es lo mejor para ser candidato del PSOE de la capital.

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El Gobierno pretendía debilitar a Pablo Casado confrontando con Ayuso, y Sánchez citaba expresamente a la presidenta de Madrid como si fuera la líder de la oposición. Así, desde la Presidencia del Gobierno se cayó en el juego de Ayuso que, a su vez, descubrió que la mejor estrategia era dirigirse siempre a Sánchez y actuar como la líder de la oposición de España.

Esas dos estrategias coincidentes y retroalimentadas dan como resultado una líder con uno de los grados de conocimiento más elevados y con buenas expectativas electorales para el 4 de mayo.

Es cierto que esa subida que auguran todos y que explica la convocatoria anticipada de elecciones no garantiza que pueda gobernar y menos aún que no dependa de Vox y Ciudadanos, pero por el momento la dirección del PSOE anda buscando candidato y estrategia para el 4 de mayo. Y diputados socialistas de Madrid lamentan el error de haber ayudado a convertirla en líder nacional.

No es el único error que admiten. El pasado 24 de noviembre, Gabriel Rufián, portavoz de ERC, comparecía en la sala de prensa del Congreso para anunciar un acuerdo con el Gobierno para aprobar los Presupuestos Generales del Estado y explicó que el pacto incluía acabar con las bajadas de impuestos en la Comunidad de Madrid. Lo extraordinario es que ese anuncio no fue iniciativa de Rufián, sino que cuando se cerró el pacto y cómo comunicarlo, desde el Gobierno le dijeron que ERC anunciara la subida de impuestos en Madrid. Y así se hizo y esa rueda de prensa puede ser el vídeo de campaña del PP en las madrileñas del 4 de mayo. Socialistas de Madrid no daban crédito.

El miércoles, el PSOE y Moncloa pusieron en marcha la operación moción de censura en Murcia, preparada con Ciudadanos durante tres semanas. Prescindiendo del detalle de que se haga desde Moncloa, la operación tenía la pega de que no contemplaba que Ayuso respondiera convocando elecciones anticipadas en la Comunidad de Madrid.

Opinión

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El propio José Luis Ábalos, secretario de Organización de los socialistas, lo ha admitido este jueves: "Evidentemente, reacciones siempre se prevén de situaciones así, de la ruptura de un Gobierno de coalición, pero sí que es verdad que no había nada preparado al respecto porque era una cuestión muy local, muy en Murcia, y no afectaba a otros porque en este caso Ciudadanos donde tenía el problema era en Murcia".

De hecho, el anuncio de esas elecciones provocó desconcierto en las filas del PSOE y en el Gobierno. Inicialmente, estaba previsto que Ábalos compareciera en rueda de prensa en Ferraz a las 13:00. Se convocó a la prensa, pero luego se suspendió.

Sánchez fue a comer a Ferraz con sus colaboradores en el partido para analizar la situación y el nuevo escenario creado. Y en ese tiempo entre el anuncio de elecciones sobre las 12 del mediodía y la comida, el PSOE decidió presentar una moción de censura en la Asamblea de Madrid, a la par que Más Madrid, para evitar las elecciones. Durante el miércoles por la tarde y aún este jueves, los socialistas seguían aferrados a la idea de que se podía evitar la cita con las urnas.

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Fuentes socialistas, obviamente no del equipo restringido de Sánchez, explican que en esos movimientos hay algunos errores inexplicables. Por ejemplo, la moción de censura da coartada a Ayuso para explicar que convoca elecciones para evitar, precisamente, la moción de censura. Lo puede hacer y lo ha hecho en distintas entrevistas este jueves, pero, en realidad, cuando firmó el decreto de convocatoria no había la más mínima intención de nadie de presentar esa moción de censura.

El PSOE no había hablado con Ciudadanos sobre Madrid, como le explicó Inés Arrimadas a Pablo Casado la mañana del miércoles y como le dijo insistentemente Ignacio Aguado a Ayuso antes de que esta firmara el decreto. Y ni siquiera es probable que Ciudadanos apoyara la moción presentada, si es que llegara a prevalecer sobre las elecciones.

Es decir, ese movimiento del PSOE y Más Madrid pone en bandeja a Ayuso su coartada. Y aunque llegara a haber moción, no es seguro el apoyo de Ciudadanos. Además, el PSOE deja claro con esos movimientos que no quiere elecciones, que las teme, aunque el jueves ya empezó a virar el argumentario oficial de la Moncloa hacia la satisfacción por la cita electoral y la oportunidad para ganar esos comicios. Primero se enseña el miedo y luego se intenta convertir en satisfacción sobreactuada.

En ese giro del jueves, tras el desconcierto del día antes, el Gobierno ya empezó a abandonar internamente la idea de la moción para empezar a dar por hecho que habrá elecciones el 4 de mayo. Incluso, se reconstruye el argumentario camino de convertirlo en una operación política sesuda y de éxito diseñada al milímetro para provocar las elecciones en Madrid, derrotar al PP y debilitar a Casado.

La tesis es que a Ayuso puede salirle mal porque, aunque suba, seguirá necesitando a Vox y Ciudadanos. Si pacta con la extrema derecha, daña a Casado, y la ruptura con Ciudadanos ha sido demasiado cruenta y traumática como para recomponer un acuerdo en mayo.

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Se puso ya en marcha la maquinaria electoral y la búsqueda de candidatos, con nombres sobre la mesa como Margarita Robles, Pilar Llop, Reyes Maroto, Fernando Grande-Marlaska o José Cepeda. Se busca mujer moderada y con trayectoria de gestión, y la ministra de Defensa es la que mejores condiciones reúne, si es que acepta. No puede anunciarse el nombre hasta que no se aclare el embrollo jurídico, lo que da al PSOE margen de maniobra. Y, a la vez, ese retraso está causado por la decisión de presentar la moción de censura en la Asamblea.

En todo caso, será decisión personal de Sánchez. "Si él decidió personalmente el candidato del PSC, que es un partido teóricamente autónomo, cómo no va a decidir en este caso", asegura un veterano diputado. Hay quien opina que como sólo serán dos años de Gobierno tras estas elecciones no vale la pena quemar a un "primera fila" y quien sostiene que si no ganan ahora no tendrán nada que hacer. Hasta se piensa en Ferraz que el acto de fin de campaña será el 2 de mayo, aniversario de la fundación del PSOE. Cumple 142 años.

Hay un efecto colateral en todo esto del que advierten desde el 14 de febrero algunos miembros del Gobierno con éxito relativo: fortalecer de nuevo a Vox al debilitar al PP. Pero asumir ese daño es coherente con las reiteradas frases de Sánchez, en la solemnidad del pleno del Congreso, utilizando a Vox para debilitar y ningunear al PP. A la misma hora que PSOE y Ciudadanos registraban en Murcia la moción de censura contra el PP, Sánchez le decía a Casado en el Congreso: “Usted vuelve a ser el aperitivo del plato fuerte que viene luego”. Se refería a Santiago Abascal. En plena campaña electoral catalana, ya alabó el “sentido de Estado y la responsabilidad” de la ultraderecha y días después Vox superó ampliamente al PP en las urnas.