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Ayuso revienta la 'operación Murcia' de Arrimadas y frustra su viraje al centro
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ASÍ SE GESTÓ LA MOCIÓN

Ayuso revienta la 'operación Murcia' de Arrimadas y frustra su viraje al centro

La moción se ultimó en una larga negociación con el PSOE. Cs no contaba con el anuncio de la presidenta madrileña, que frustra así un plan pilotado solo para Murcia y deja el partido ante un futuro complicado

Foto: La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas. (EFE)
La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas. (EFE)
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La moción de censura en Murcia, que ha hecho saltar por los aires el panorama político en toda España, se precipitó la semana pasada y se terminó de cocinar el martes por la noche. El malestar entre los socios del Gobierno regional llevaba meses tocando la línea roja, pero la vacunación irregular de 400 personas en la Consejería de Sanidad fue el verdadero punto de inflexión. El hombre fuerte de Inés Arrimadas, vicesecretario y principal negociador del partido, Carlos Cuadrado, desembarcó en Murcia junto a una parte de su equipo el martes por la tarde para reunir de urgencia a los grupos en el ayuntamiento y la Asamblea regional para fijar una postura común. La unanimidad llevó a la moción de censura.

A partir de ese momento, las conversaciones con el PSOE se intensificaron, tras un contacto previo entre Ciudadanos y Ferraz con José Luis Ábalos a la cabeza, y se prolongaron a lo largo de la noche en la región. Cuando la decisión estaba tomada (la comunidad la presidiría la actual consejera de Economía y líder de Cs, Ana Martínez Vidal, mientras que el ayuntamiento recaería en manos socialistas), se produjeron contactos con el PP. La futura candidata habló directamente con el presidente murciano, Fernando López Miras, mientras que Cuadrado mantuvo una conversación con Teodoro García Egea, número dos de Pablo Casado.

No había nada que negociar porque la decisión era irrevocable, aunque todavía había flecos por resolver. Uno de ellos, el principal escollo, miraba al propio Diego Conesa, secretario general del PSOE de Murcia y jefe de la oposición, que está imputado por un caso de su anterior etapa como alcalde de Alhama, lo que le impediría, afirman en Ciudadanos, entrar en el próximo Gobierno hasta que su situación judicial se resuelva.

En realidad, fue la semana pasada cuando Ciudadanos constató que la situación era “insostenible” tras el último rifirrafe en el Ayuntamiento de Murcia, que llevó al alcalde popular a querellarse contra su propio vicealcalde, de Ciudadanos. A eso se sumaba, aseguran desde el partido naranja, una retahíla de quejas que se acumulaban desde hace meses por la “incapacidad del PP de aceptar lo que es un Gobierno de coalición”. Ni consultaban las decisiones con sus socios, ni compartían información. “Pero eso es así desde el primer día”, explican desde dentro del Ejecutivo.

Foto: Fernando López Miras y la consejera de Economía y líder de Ciudadanos en Murcia. (EFE)

En la cúpula de Arrimadas, aseguran que al PP “no le ha podido pillar por sorpresa”. Afirman que las advertencias se han ido sucediendo a lo largo de los meses entre conversaciones de las dos direcciones nacionales y viajes a Murcia para tratar de calmar los ánimos. “Era imposible seguir así”, afirman. Los últimos movimientos se hicieron con el máximo de los sigilos y en Ciudadanos solo estaban al corriente algunas personas de la cúpula. La decisión la pilotó en todo momento la propia Arrimadas, a pesar de las dudas suscitadas sobre cómo se gestó la estocada final a López Miras.

Los miembros de la ejecutiva nacional naranja se enteraron por la prensa. No recibieron ningún mensaje antes para evitar cualquier filtración y Cuadrado desembarcó en Murcia ya bien entrada la tarde del martes. Cuando el PSOE empezó a dar a conocer la noticia el miércoles a primera hora, Ciudadanos se resistía a confirmar. “Aún quedan cosas por cerrar. No está todo dicho”. Ni siquiera Arrimadas, que estaba en la sesión de control al Gobierno en el Congreso, dio explicaciones a los medios de comunicación. “Lo contarán todo en Murcia”. La presidenta del partido sí defendió internamente la decisión ante preguntas de sus compañeros de filas y las dudas que generadas entre algunos dirigentes que no terminan de compartirla: “Hemos hecho lo correcto”.

placeholder El presidente de la Comunidad de Murcia, Fernando López Miras. (EFE)
El presidente de la Comunidad de Murcia, Fernando López Miras. (EFE)

Ayuso llamó a Casado con su decisión

En Murcia, además, se da la circunstancia de que PSOE y Ciudadanos suman 23 escaños, mayoría absoluta. Dicho de otra manera: la candidata naranja podría salir investida solo con el apoyo de los socialistas, sin requerir a Podemos. Era el territorio idóneo para poner en práctica el giro al centro de Arrimadas y dar un toque de atención al PP, insistente en una operación para absorber a Ciudadanos. Con lo que no contaba el partido naranja en ningún caso era con la respuesta que daría la presidenta de la Comunidad de Madrid adelantando las elecciones para el mes de mayo.

Con el debate jurídico abierto en canal y pendiente de si realmente la disolución de la Cámara se lleva a cabo y los madrileños están convocados a votar el 4 de mayo, la realidad es que Ciudadanos (y la oposición entera) se quedó fuera de juego con la decisión de Isabel Díaz Ayuso. Todo se precipitó en la reunión del Consejo de Gobierno madrileño, según fuentes populares. La actitud de Ignacio Aguado hizo desconfiar a la presidenta madrileña y a sus consejeros, ante las dudas que generó el vicepresidente sobre si lo ocurrido en Murcia podía extenderse a Madrid.

Foto: Ignacio Aguado e Isabel Díaz Ayuso. (EFE)

“Aguado ha tensado la cuerda durante meses. Y cuando haces eso, corres el riesgo de que se rompa. Eso, sumado a que no dejó claro qué podía ocurrir en Madrid, encendió las alarmas”, afirman desde la comunidad madrileña.

Ayuso telefoneó a Pablo Casado para comunicarle la decisión (que ya estaba tomada) y recabó el visto bueno del presidente de su partido y su compromiso de que la apoyaría. En ese momento, el líder del PP improvisaba una reunión con sus dirigentes más cercanos en el Congreso y después se retiraba a la sede nacional.

En Sol, aseguran que la presidenta lo tenía claro porque corría el riesgo de perder el poder si la izquierda se adelantaba al registrar la moción y Ciudadanos sucumbía a la tentación de apoyarla. Lo cierto es que el ‘recado’ de Aguado a la otra parte del Gobierno chocó frontalmente con la postura de Begoña Villacís en el ayuntamiento, que se puso en contacto con el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, para asegurarle que el consistorio madrileño no se vería afectado. También hubo foto de unidad en Andalucía y Castilla y León.

La intención de Ciudadanos nunca fue replicar el seísmo al resto de los territorios. Más bien al contrario. Confiaban en mantener las piezas del puzle encajadas y ejecutar un cambio de Gobierno solo en Murcia. “Si realmente quisiéramos romper los gobiernos con el PP, habríamos empezado por otro sitio”, insisten desde el equipo de Arrimadas, poniendo el foco en Madrid. Pero Ayuso desbarató sus planes y ahora se abre un escenario muy incierto para el partido naranja, especialmente en la comunidad, donde el PP se ha fortalecido en mitad de la pandemia y Ciudadanos podría sufrir muchísimo en una cita electoral.

Foto: Pablo Casado y Teodoro García Egea. (EFE)

Aguado y su equipo mostraron “estupor” ante la decisión de la presidenta, insistiendo en que “por un capricho personal” tiraba por tierra todo el Gobierno de centro derecha en un momento crítico para la comunidad. No comprendieron el cese de todos ellos por parte de Ayuso (en realidad, Madrid ya no tiene un Gobierno de coalición, sino uno en solitario del PP) alegando “desconfianza”. Todavía no confirman la postura que mantendrán si las mociones de censura se tramitan en la Asamblea madrileña, aunque todo apunta a que intentarán hacer recular a Ayuso en esa negociación.

La brecha entre los dos partidos que hasta hace nada afrontaban el debate de una posible fusión, que Ciudadanos rechazaba, parece insalvable. El secretario general del PP señaló el camino anoche, cuando en una comparecencia al cierre de la jornada afirmaba que desde este momento “las puertas del PP están abiertas para los dirigentes y militantes que se sientan defraudados” con la decisión de Arrimadas. Dicho de otra manera: la guerra ha empezado en el centro derecha y los populares no están dispuestos a dejar pasar la oportunidad.

La moción de censura en Murcia, que ha hecho saltar por los aires el panorama político en toda España, se precipitó la semana pasada y se terminó de cocinar el martes por la noche. El malestar entre los socios del Gobierno regional llevaba meses tocando la línea roja, pero la vacunación irregular de 400 personas en la Consejería de Sanidad fue el verdadero punto de inflexión. El hombre fuerte de Inés Arrimadas, vicesecretario y principal negociador del partido, Carlos Cuadrado, desembarcó en Murcia junto a una parte de su equipo el martes por la tarde para reunir de urgencia a los grupos en el ayuntamiento y la Asamblea regional para fijar una postura común. La unanimidad llevó a la moción de censura.

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