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Casado y García Egea dejan sus destinos políticos en manos de Ayuso
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EL TERREMOTO POLÍTICO DE MURCIA AFECTA AL PP

Casado y García Egea dejan sus destinos políticos en manos de Ayuso

El presidente del PP y el secretario general han sufrido directamente este cambio de escenario, hasta el punto de que sus destinos quedan vinculados a los de Díaz Ayuso y a su suerte electoral

Foto: De izda. a dcha.: Teodoro García Egea, Pablo Casado, José Luis Martínez-Almeida e Isabel Díaz Ayuso. (EFE)
De izda. a dcha.: Teodoro García Egea, Pablo Casado, José Luis Martínez-Almeida e Isabel Díaz Ayuso. (EFE)

Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida fueron la tabla salvavidas de Pablo Casado en mayo de 2019 por ser 'apuestas personales' para conservar el gran bastión del poder territorial. Dos años después, el líder del PP ve cómo su destino sigue bien atado a Madrid. Fuentes de la dirección nacional admiten a El Confidencial que la convocatoria anticipada de elecciones, precipitada este miércoles, es una operación de “riesgo”, pero aseguran que no les quedaba otra salida. “Era esto o perderlo”, concluyen. En Génova, asumen que su suerte está ligada a la de Ayuso. Si el PP logra vencer y mantener el Gobierno madrileño, el liderazgo de la presidenta se catapultará y el de Casado reflotará. Sin embargo, si la jugada sale mal, el naufragio arrastrará a todos.

El Partido Popular vive estos días en la ciclotimia. Han pasado de la euforia tras la fallida moción de censura de Santiago Abascal al nerviosismo y al temor. Ya antes de las elecciones catalanas, el ambiente que respiraban sus dirigentes estaba enrarecido porque los escenarios políticos que analizaban por las mañanas no auguraban nada bueno. Los peores pronósticos se confirmaron cuando Vox adelantó en escaños a PP y Cs juntos. A partir del lunes siguiente, Casado y Teodoro García Egea, absolutos dominadores de los tiempos de la dirección nacional, deciden impulsar el plan de renovación provincial y autonómico. La lectura es más o menos la siguiente: si no se reactiva el partido a pequeña escala, no alcanzará el poder estatal.

Estaba el PP inmerso en una sorprendente crisis interna por la agresividad con que Génova comenzó a aplicar el plan provincial cuando a primera hora de este miércoles trascendió que el PSOE y Cs, en la Región de Murcia, unían a sus diputados y a sus ediles para presentar sendas mociones de censura contra el presidente autonómico y el alcalde de la capital. Aunque desde la noche anterior Casado y García Egea conocían lo que se estaba fraguando, la publicación de la noticia conmocionó a sus protagonistas. Ya no solo se trataba de apaciguar la rebelión de los barones por los planes de renovación ingeniados por García Egea, sino de salvar a los barones.

Foto: La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas. (EFE) Opinión
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El líder y su secretario general, en cuanto acabaron sus intervenciones en la sesión de control al Gobierno, abandonaron el Congreso a toda prisa y se fueron a Génova para analizar los acontecimientos y medir hasta dónde llegarían el terremoto y sus réplicas. Lo primero que hicieron fue reprobar la operación de Cs y certificar algo que no acabaron nunca de creer: que Arrimadas estaba decidida a virar al centro mediante pactos concretos con el PSOE. Hace poco, con motivo de una visita en Zaragoza, estuvo reunida con el presidente aragonés, el socialista Javier Lambán, y ya es sabido que altos cargos de su confianza se reúnen a menudo con altos cargos de la confianza de Pedro Sánchez.

García Egea, en la comparecencia ante los medios que ofreció entrada la tarde del miércoles, fue muy duro con la presidenta de Cs y verbalizó lo que en los despachos de Génova se lleva tiempo mascullando: atraer a simpatizantes, militantes y dirigentes de la formación naranja. La conclusión genera pocas dudas: si Arrimadas se ha alineado con la izquierda, solo el PP puede ocupar el espacio del centro derecha.

Foto: Pablo Casado y Teodoro García Egea. (EFE)

Cómo lo vivió Casado

Fuentes de la dirección nacional del PP aseguran que el líder es informado la noche anterior de la crisis que estaba a punto de estallar en Murcia. A la mañana siguiente, PSOE y Ciudadanos confirman su pacto para sacarlos del poder en esa comunidad y en el PP se extiende el temor de que sus otros barones caigan. El tablero del poder territorial está en juego. Empieza la contraofensiva.

Casado acude a las 9:00 a la sesión de control en el Congreso y tras su intercambio con Pedro Sánchez abandona el pleno como un rayo en compañía del secretario general, Teodoro García Egea. Los dos dirigentes del PP se encierran en el cuartel general de Génova para analizar la crisis abierta por la ‘traición’ de Inés Arrimadas, con quien, según fuentes del entorno de Casado, no habló ayer. “Sí con otros miembros de Ciudadanos”, deslizan alimentando el marco del desembarco de políticos naranjas al PP, al que García Egea apeló ayer públicamente. “Abrimos nuestras puertas a militantes y dirigentes defraudados con Inés Arrimadas”.

En paralelo, Ayuso se dispone a presidir la reunión de su Consejo de Gobierno, a las 10 de la mañana. Antes de entrar, la dirigente regional telefonea al líder de Génova y le traslada su decisión de convocar a las urnas para evitar un eventual derribo de su Gobierno. “Hablaron y Casado respaldó su decisión”, aseguran en la dirección nacional, remarcando la unidad de acción.

Sin embargo, la operación la había anticipado Ayuso hacía meses y estaba cerrada a falta de buscar el momento. La desconfianza hacia su socio de gobierno, Ignacio Aguado, es total. Los enfrentamientos por la gestión de la crisis sanitaria, continuos. Y la amenaza reiterada de una posible moción de censura desde la izquierda, letal.

Foto: La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. (EFE)
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De hecho, en junio de 2020, Génova frenó la intención de su 'baronesa' de convocar los comicios anticipadamente, apenas un año después de formar Gobierno con Ignacio Aguado. La presidenta, guiada por su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, quiso darle al botón rojo vistos los recelos hacia su socio y ante la constante amenaza de una moción de censura del PSOE. Pero Casado le pide aliviar tensiones: está en juego su estrategia de comunión con Inés Arrimadas, con la que se presentará semanas después en las elecciones del País Vasco. “Las relaciones han sido difíciles, la moción de censura ha sobrevolado siempre, pero es verdad que nuestra relación con Cs iba por otro lado”, admiten ahora en la cúpula.

En resumen, puede parecer que el adelanto electoral en Madrid fue una operación relámpago. Pero Ayuso tuvo desde el verano redactado sobre su mesa el decreto de disolución de la Cámara madrileña y la convocatoria de elecciones anticipadas.

El campo de pruebas de Madrid

La comunidad que aún preside Ayuso medirá la capacidad del PP para aglutinar todo este espectro ideológico en torno a su marca, como se encargó Casado de recalcar en su cuenta de Twitter. “La unidad en torno al Partido Popular es la única solución para España”, escribió tras la voladura del pacto con Cs en Murcia.

Madrid y el madrileñismo que quiere acuñar la dirigente del PP se han convertido en las antípodas del sanchismo precisamente por el empeño de la propia presidenta de ser un ariete contra el Gobierno. Aunque el balance regional, en lo legislativo y en lo sanitario, es controvertido, las perspectivas económicas resultan esperanzadoras. En un tiempo en el que tener un restaurante es casi la ruina, Ayuso se ha erigido en una especie de Juana de Arco de la hostelería, y así se lo reconocen en prácticamente toda España.

Las madrileñas serán, por tanto, unas elecciones 'nacionales'. Y Ayuso, ya acostumbrada, será quien marque el discurso político, lo que 'a priori' colisiona con la apuesta por el centro de Pablo Casado. Mientras barones como Alberto Núñez Feijóo, Juanma Moreno o Alfonso Fernández Mañueco intentan hacer bandera de la moderación, Ayuso ha hecho bandera de lo contrario, y no le va mal, pues es en Madrid donde el PP ha neutralizado a Vox y ha absorbido a Cs.

Foto: El presidente del PP, Pablo Casado, y la presidenta de Cs, Inés Arrimadas. (EFE)

La dirigente madrileña del PP convoca a las urnas aupada por las encuestas, que indican una tendencia clara hacia la mayoría absoluta. “Isabel está en una situación muy potente, creemos que puede sacar la absoluta”, afirman en el núcleo duro de Casado.

Un miedo y una esperanza

Uno de los aspectos que ensombrecen los ánimos del PP en Madrid es lo que hará Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno sabe que en la comunidad no encuentra el gancho electoral que le gustaría, así que las fuentes populares temen su audacia. Si en Cataluña fue Salvador Illa, en Madrid suena el nombre de Margarita Robles, ministra de Defensa. “Con ella será difícil, porque acapara ese centro izquierda desencantado con Cs”, señalan las fuentes.

Foto: La ministra de Defensa, Margarita Robles. (EFE)

La esperanza la sitúan en un desenlace imprevisto de la moción de Murcia que lo precipita todo. Les basta con tres díscolos de Ciudadanos, un partido “roto” en la región. Pero también en un resultado positivo en Madrid.

García Egea afirmó ante los medios, en la rueda de prensa de este miércoles: "Si algo positivo trae esta operación clandestina [en Murcia], es que clarifica las cosas en el panorama político, pues esto va de socialismo o libertad, de sanchismo o prosperidad, de caos o de PP".

Son palabras similares a las que pronunció Ayuso horas antes, muestra de que en Génova está asumido que el destino político de Casado está en las manos de la presidenta madrileña.

Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida fueron la tabla salvavidas de Pablo Casado en mayo de 2019 por ser 'apuestas personales' para conservar el gran bastión del poder territorial. Dos años después, el líder del PP ve cómo su destino sigue bien atado a Madrid. Fuentes de la dirección nacional admiten a El Confidencial que la convocatoria anticipada de elecciones, precipitada este miércoles, es una operación de “riesgo”, pero aseguran que no les quedaba otra salida. “Era esto o perderlo”, concluyen. En Génova, asumen que su suerte está ligada a la de Ayuso. Si el PP logra vencer y mantener el Gobierno madrileño, el liderazgo de la presidenta se catapultará y el de Casado reflotará. Sin embargo, si la jugada sale mal, el naufragio arrastrará a todos.

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