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El Gobierno se plantea recuperar la reforma 'dura' del poder judicial si el PP no pacta
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SÁNCHEZ Y CASADO SIGUEN EN EL DESACUERDO

El Gobierno se plantea recuperar la reforma 'dura' del poder judicial si el PP no pacta

El Ejecutivo considera que no hay ya razones de oportunidad para que Casado mantenga el bloqueo, reafirmado este miércoles en su conversación con Pedro Sánchez

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), y la vicepresidenta primera, Carmen Calvo (d), conversan con el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), y la vicepresidenta primera, Carmen Calvo (d), conversan con el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. (EFE)

"La paciencia tiene un límite". Así se pronuncian fuentes cercanas al Ejecutivo respecto a la resistencia del Partido Popular a negociar una renovación del Consejo General del Poder Judicial. Indican que el Gobierno ha esperado durante tres meses un gesto del partido de Pablo Casado que no ha llegado a producirse y aseguran que, si este "bloqueo" continúa, reactivarán la polémica reforma legislativa que permitiría sustituir la actual composición del órgano de gobierno de los jueces por una nueva sin necesidad de contar con los votos del PP en el Congreso. Esta ley 'dura' quedó paralizada y sustituida por una más blanda a la espera de que los populares se sentaran a negociar los cambios en el CGPJ. Pero el pacto no se ha producido y la paciencia se ha acabado.

Este miércoles, han hablado Pedro Sánchez y Pablo Casado y, aunque Moncloa habla de "conversación constructiva", el PP asegura que mantiene las mismas condiciones que han mantenido la renovación bloqueada.

Foto: El presidente del PP, Pablo Casado, conversa con los miembros de su grupo parlamentario. (EFE)

"Parece que nunca es el momento adecuado". Primero fueron las críticas a la Corona desde Podemos, el socio de la coalición, después la salida de la anterior portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, motivada según aseguró por sus reticencias ante el actual sistema para elegir a los integrantes del CGPJ. La última de las líneas rojas del PP era la de las elecciones catalanas. Pasado los comicios, no hay cambios en la postura del principal partido de la oposición.

Fuentes conocedoras de las conversaciones indican que el PP tenía intención de reactivar la negociación esta misma semana. Sin embargo, el descalabro en las urnas y la evidente crisis en que ha entrado el partido —acosado por la resurrección de sus procedimientos de corrupción, con un juicio sobre su presunta caja B y un Bárcenas dispuesto a cooperar— han cambiado de nuevo el orden de las prioridades y los populares "ni están ni se les espera". En el PSOE se esperaba una cita esta misma semana y solo ha obtenido silencio.

Foto: El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes. (EFE)

Por ello, el Ejecutivo ha decidido reemprender un camino que quedó congelado coincidiendo con la moción de censura lanzada por Vox el pasado octubre. En aquel momento, en medio de las advertencias que llegaban desde Europa, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció que detenía "el reloj de la reforma del CGPJ" para poder llegar a un acuerdo. La modificación de la ley implicaría una reducción de la mayoría necesaria para sacar adelante la renovación prescindiendo del partido de Pablo Casado. De la actual exigencia de apoyo de los tres quintos del Congreso y el Senado, se pasaría a una mayoría simple que el PSOE y sus socios tienen asegurada.

Después de aquella paralización, el Gobierno optó por un plan B más suave, destinado a reducir la capacidad de acción del CGPJ cuando finaliza su mandato de cinco años. En el caso del que preside Carlos Lesmes, esta fecha se cumplió hace ya más de dos años. Esta segunda reforma más blanda iniciará el camino parlamentario para la aprobación la próxima semana, cuando está prevista la primera votación en el Congreso. Su principal objetivo es limitar la capacidad del Consejo para hacer nombramientos cuando se encuentre en funciones.

Unidas Podemos presiona para aprobar la "reforma dura" y presiona desde hace meses al Gobierno para cambiar la mayoría necesaria para la renovación.

Foto: Leopoldo Puente (d) tomando posesión del cargo. (EFE)

Más allá de este tira y afloja, que se prolonga ya desde el pasado verano, ambas partes reconocen que ya cuentan con una base firme para el acuerdo. Uno de los puntos de encuentro entre las dos formaciones está en el Tribunal Constitucional. En el caso del tribunal de garantías, existe un compromiso de repartir dos a dos los cuatro puestos que deben ser renovados. Entre ellos, se encuentran el de su actual presidente, Juan José González Rivas, y el de la vicepresidenta, Encarnación Roca.

En cuando al propio CGPJ, el principal punto de roce se encuentra en la presidencia, para la que se busca un consenso de las dos partes. Hasta el momento, se han barajado varios nombres, como el de la magistrada del Supremo Pilar Teso, pero, según aseguran fuentes jurídicas, en la última etapa se ha fortalecido la posibilidad de proponer a González Rivas, saliente del TC, para dirigir el TS y el Consejo.

"La paciencia tiene un límite". Así se pronuncian fuentes cercanas al Ejecutivo respecto a la resistencia del Partido Popular a negociar una renovación del Consejo General del Poder Judicial. Indican que el Gobierno ha esperado durante tres meses un gesto del partido de Pablo Casado que no ha llegado a producirse y aseguran que, si este "bloqueo" continúa, reactivarán la polémica reforma legislativa que permitiría sustituir la actual composición del órgano de gobierno de los jueces por una nueva sin necesidad de contar con los votos del PP en el Congreso. Esta ley 'dura' quedó paralizada y sustituida por una más blanda a la espera de que los populares se sentaran a negociar los cambios en el CGPJ. Pero el pacto no se ha producido y la paciencia se ha acabado.

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