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Iglesias radicaliza su mensaje y critica al CNI tras prometer a Sánchez "lealtad de Estado"
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HACIA LA INVESTIDURA FALLIDA

Iglesias radicaliza su mensaje y critica al CNI tras prometer a Sánchez "lealtad de Estado"

Del posibilismo se ha pasado a la voladura de puentes. Podemos empieza a dar visos de que asume que el PSOE no se plegará a negociar una coalición y lo hace notar en sus últimos movimientos

Foto: Pedro Sánchez y Pablo Iglesias durante su primera reunión en Moncloa tras las elecciones generales, el pasado 7 de mayo. (Reuters)
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias durante su primera reunión en Moncloa tras las elecciones generales, el pasado 7 de mayo. (Reuters)

La Moncloa se reafirma cada vez más en su desconfianza sobre Pablo Iglesias, uno de sus principales argumentos para no compartir el Consejo de Ministros con el líder de Podemos. En las últimas horas, Iglesias ha puesto en tela de juicio el papel del CNI en el atentado yihadista de Barcelona a través de un tuit, ha vinculado en una entrevista el fracaso de las negociaciones a la presión del Ibex 35 y los poderes económicos sobre el PSOE y los representantes del partido morado en la Mesa del Congreso se han alineado con los independentistas para que se reconsiderase la suspensión de los diputados independentistas presos. "Un verdadero socio", ironizan fuentes del Ejecutivo muy próximas a Pedro Sánchez.

Como en 2016, cuando Pablo Iglesias se convenció de que el PSOE no estaba dispuesto a negociar con Podemos en los términos que estos deseaban, se sube el listón y se busca más acentuar las contradicciones "de Estado" de los socialistas que reiterarse en un acercamiento que ha sido negado por el otro. Entonces, durante aquella primera investidura fallida de Pedro Sánchez, fue cuando se aludió a la "cal viva" y los GAL. El guion tiene visos de volver a repetirse si la escalada de las últimas horas continúa. Como hace ahora tres años, Podemos empieza a dar muestras de que asume que el PSOE no se plegará a negociar un Gobierno de coalición puro y duro y lo hace notar en sus últimos movimientos. Del posibilismo se ha pasado al rupturismo remarcando el antagonismo entre ambas fuerzas.

El guion de 2016, que remató con las alusiones a la "cal viva" en la investidura, tiene visos de repetirse si la escalada de las últimas horas continúa

La escalada en Unidas Podemos hacia posiciones que no parecen indicar nada más que un rechazo a la investidura, se está produciendo como respuesta a las "descalificaciones" con las que arrancó la semana Sánchez sobre sus potenciales socios, a quienes acusó de "trucar" su consulta a las bases. Una "mascarada", según la llamó tras dar por rotas las negociaciones. Ahí comenzó esta escalada verbal y repliegue hacia posiciones fuertes que tratan de visibilizar la gran distancia política en cuestiones de Estado entre PSOE y Unidas Podemos.

El líder de Podemos prometió a Sánchez lealtad en asuntos de Estado durante una de sus reuniones negociadoras, comprometiéndose también a dejar en manos del Gobierno el liderazgo en cuestiones trascendentales como Cataluña, después de haber renunciado también a tener influencia en carteras consideradas de Estado (Interior, Defensa, Justicia y Exteriores). Incluso la confluencia catalana, En Comú Podem, renunció por escrito a la demanda de un referéndum como gesto de buena voluntad. El presidente en funciones nunca llegó a fiarse, y así lo trasladó a sus colaboradores más cercanos, primero, y a la opinión pública después, cuando ya todo apuntaba al desacuerdo entre ambas partes.

Foto: La candidata socialista en La Rioja, Concha Andreu, junto a su equipo negociador (Paco Ocón y Nuria del Río), este 17 de julio en Logroño. (EFE)

"¿Por qué callan hoy?"

"Nosotros ya hemos demostrado fidelidad", aseguraba Iglesias este martes en una entrevista con La Sexta, en referencia a los meses en los que trabajaron con el PSOE desde la moción de censura como socios parlamentarios preferentes. Los socialistas sí han reconocido que se ha granjeado confianza durante esos meses, pero no esconden sus temores de cara al futuro. Hacen hincapié, principalmente, en la hipótesis de que Podemos reclame un indulto a los presos del 'procés' si hay una sentencia condenatoria e, incluso, ante la posibilidad de que se tenga que aplicar el artículo 155 en Cataluña si se retoma la vía unilateral. Supuestos por los que Iglesias ya se prestó a pactar los desacuerdos y a insinuar que si se producía una deslealtad el presidente del Gobierno siempre podría echar mano de su potestad para expulsar a los representantes de Podemos del Consejo de Ministros. Algo que el jefe del Ejecutivo considera una excentricidad.

Del posibilismo se ha pasado al rupturismo. Movimientos con los que Podemos da visos de que asume que el PSOE no se plegará a una coalición

O bien como preaviso, o bien como gesto de ruptura, el secretario general de Podemos elevaba el tono de su discurso durante las últimas horas en cuestiones consideradas de Estado. "El silencio de los grandes medios sobre lo que el CNI sabía de los terroristas de las Ramblas revela cómo funciona el poder en España. Y sirve para entender ciertos vetos para que nada cambie. ¿Por qué PP, PSOE y Cs impidieron que el Congreso investigara? ¿Por qué callan hoy?", se preguntaba a través de Twitter aludiendo a una noticia del diario 'Público' según la cual 'El cerebro de la masacre de las Ramblas fue confidente del CNI hasta el día del atentado'.

Que el CNI había tenido contacto con el imán de Ripoll, Abdelbaki es Satty, considerado el cerebro de los atentados, era conocido. EFE publicó en 2018 que los servicios secretos se reunieron con él entre 2012 y 2014 cuando estuvo en la cárcel de Castellón encarcelado por tráfico de droga para captarlo como confidente, pero según la teoría del diario de Jaume Roures, próximo al independentismo y al propio Iglesias, el contacto se mantuvo hasta poco antes de los atentados. Antes que Iglesias, el independentismo abrazó esta teoría de la conspiración según la cual el CNI estuvo detrás del atentado de las Ramblas, o al menos lo consintió. "Hoy, un diario publica revelaciones muy relevantes que vinculan los atentados de Barcelona con el CNI", tuiteó Carles Puigdemont.

La publicación ha tenido una amplia repercusión en Cataluña y la han llevado a la agenda política desde el 'president' Quim Torra hasta los portavoces independentistas en el Congreso, que han puesto en duda que se abriese una comisión de investigación. En el Congreso el entonces director del CNI, Féliz Sanz Roldán, informó sobre este extremo en una comparecencia a puerta cerrada.

En esta misma línea rupturista, el coordinador federal de IU, Alberto Garzón, afirmaba este miércoles que el Poder Judicial estaba "asalvajado" y que había "perdido la cabeza" por anular la declaración del Parlament contra Felipe VI como respuesta a su discurso del 3 de octubre "y su justificación de la violencia ejercida por los cuerpos policiales", según recogía el texto. "Esto es una barbaridad, y muy grave. ¿Está diciendo el Tribunal Constitucional que un Parlamento democrático no puede hacer una resolución no legislativa con la que dar su opinión sobre la monarquía?", criticaba el líder de IU a través de un tuit.

Sobre las presiones que habría recibido Sánchez para cerrar la puerta a un acuerdo de cogobierno con Podemos, el reponsable de la comisión negociadora de pactos de la formación morada, Pablo Echenique, arremetía contra los poderes que podrían estar impidiendo esa entente con Sánchez. "Si aceptásemos que los poderosos del Ibex 35, los fondos buitre y la banca puedan vetar a las personas elegidas en las elecciones para formar parte del Gobierno, estaríamos aceptando el fin de la democracia en España. ¿Manda el pueblo o mandan la CEOE, el Santander y Moody's?". La respuesta de los socialistas no se hacía esperar, tildando de conspiranoicos a sus potenciales socios.

Foto: Carmen Calvo, José Luis Ábalos y María Teresa Fernández de la Vega en la toma de posesión de Guillermo Fernández Vara, el pasado 27 de junio en Mérida. (EFE)

No al 'izquierdómetro'

Al PSOE le irrita que los morados vuelvan a sacar el 'izquierdómetro' y que intenten dar lecciones a Sánchez. En la dirección les gusta recordar que el hoy presidente tuvo que sobreponerse a un violento desalojo de Ferraz precisamente por oponerse a la abstención a Mariano Rajoy, a la traición de los suyos y a unas durísimas primarias contra la ungida por los notables del partido, Susana Díaz. De ahí que su número dos, Adriana Lastra, demandara "respeto" al jefe del Ejecutivo porque ha demostrado que "tiene mucho criterio y no se deja llevar por las presiones de nadie".

La escalada verbal del PSOE contra Iglesias se ha acentuado. Ferraz pone como prueba el voto diferente el martes por Cataluña en el Congreso

Los últimos tuits de Podemos, así como la entrevista a Iglesias en La Sexta, no han hecho más que afianzar la desconfianza que ya anidaba en el PSOE. Pero más que las palabras, que la cúpula enmarca dentro de una estrategia de comunicación para ganar la batalla del relato —una cruzada no menor si realmente España va a elecciones en el otoño—, lo que preocupa más es la posición que algunos califican de "cerril". La exigencia de un Ejecutivo de coalición con Iglesias y su núcleo dentro. Una línea roja que Sánchez no quiere traspasar. Su última oferta es la de un Gabinete bicolor con ministros morados de perfil técnico en carteras sectoriales.

El combate dialéctico contra Podemos se ha recrudecido desde el lunes. Los pesos pesados del Gobierno y del partido se han desplegado contra Iglesias. Le han acusado de hablar "todo el tiempo" de "cargos y puestos" en lugar de medidas, de pretender poner en pie un Ejecutivo "paralelo a su servicio", de "reeditar" la 'pinza' que IU y el PP ensayaron en los 90 contra el PSOE y que erosionó gravemente a la formación. Ferraz quiere fijar el mensaje de que el jefe de la formación morada dio vida a una "consulta trampa" simplemente para "justificar" una decisión que ya tenía tomada: rechazar la investidura de Sánchez, como ya hiciera en 2016, solo que en este caso acompañado de la ultraderecha de Vox.

Este miércoles, siguieron las paladas de reproches. José Luis Ábalos contrapuso la "apelación al sentido de la política" que hacía su partido frente a las "cuotas de poder" que exige Podemos. También advirtió de que el Gobierno no está para resolver la "situación de necesidad" de ningún partido. Negó el "principio" de que el actual Ejecutivo no sea de izquierdas. Y profundizó en la cicatriz de la desconfianza al recalcar que los morados no pueden pretender "fiscalizar al Gobierno desde el Gobierno", porque esa tarea se hace desde el Parlamento.

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Ejecutiva para cerrar filas

Nuevamente, tanto el número tres como la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, insistieron en que Sánchez no establece "vetos" personales: se trata, dijeron, de que quiere resguardar su competencia constitucional de componer su Consejo de Ministros, y en él "no caben todos". Pero sí, Iglesias es el gran elefante que empantana las conversaciones desde el origen.

Las actitudes del líder de Podemos son las de "un verdadero socio", ironizan en el entorno de Sánchez. En el PSOE ven "cerril" su posición

Ábalos reiteró que Sánchez necesita armar un Gobierno "cohesionado", también por los "retos difíciles" que quedan por delante. Se refería, obviamente, a Cataluña, y al escenario inestable que puede abrirse en otoño tras la sentencia del 'procés'. Este es el foco evidente de tensiones con Podemos. No por casualidad Lastra recordaba el martes que en la Mesa y Junta de Portavoces los dos representantes del grupo morado se habían alineado con las tesis de los independentistas. Estos pedían que se reconsiderase el cálculo de tiempos, ponderación de voto, asignación de iniciativas, subvenciones... Los llamados a ser "socios preferentes" discreparon en el sentido del voto, como ocurrió en el arranque de la legislatura. Para el PSOE, la del martes fue una prueba más de que esa "lealtad" prometida por Podemos no es tal. La vicesecretaria general también recordaba que ese reconocimiento de Iglesias del "liderazgo" del PSOE en el abordaje del conflicto catalán no podía ser entendido como una "cesión", toda vez que ese "liderazgo" le corresponde al presidente. Es, pues, a juicio de Ferraz, una mera obviedad.

Torra aboga por el no a Sánchez mientras PSOE y Podemos siguen enfrentados

Los socialistas volverán a apuntalar su argumentación este jueves, día en que se cierra el plazo para que los inscritos de Podemos puedan votar. Celebran su última ejecutiva federal antes del debate para cerrar filas con el candidato y después él mismo será entrevistado en 'Al rojo vivo' por Antonio García Ferreras. También Calvo y Ábalos redondearán la ofensiva mediática con declaraciones en radios y televisiones a lo largo de la jornada.

La voladura de puentes no ha hecho más que empezar, habida cuenta de que queda todavía una semana para la segunda votación de la investidura. El riesgo de esta deflagración, aunque controlada, es palpable, puesto que del número de puentes que sigan en pie dependerá cómo y hasta qué punto se pueden reconducir las conversaciones de cara a una segunda investidura en septiembre o si se precipita el abismo del desacuerdo en las izquierdas con otra repetición electoral para el domingo 10 de noviembre.

La Moncloa se reafirma cada vez más en su desconfianza sobre Pablo Iglesias, uno de sus principales argumentos para no compartir el Consejo de Ministros con el líder de Podemos. En las últimas horas, Iglesias ha puesto en tela de juicio el papel del CNI en el atentado yihadista de Barcelona a través de un tuit, ha vinculado en una entrevista el fracaso de las negociaciones a la presión del Ibex 35 y los poderes económicos sobre el PSOE y los representantes del partido morado en la Mesa del Congreso se han alineado con los independentistas para que se reconsiderase la suspensión de los diputados independentistas presos. "Un verdadero socio", ironizan fuentes del Ejecutivo muy próximas a Pedro Sánchez.

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