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Sánchez da por "rotas" las negociaciones con Iglesias tras la "mascarada" de su consulta
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ENTREVISTA EN LA CADENA SER

Sánchez da por "rotas" las negociaciones con Iglesias tras la "mascarada" de su consulta

Estalla contra el líder morado por haber llamado a sus bases tras su última oferta. Considera "trucada" esa consulta que le vale a Iglesias para justificar su no, que coincidirá con el de la "ultraderecha"

Foto: Pedro Sánchez, el pasado 2 de julio en el último Consejo Europeo extraordinario, en Bruselas. (EFE)
Pedro Sánchez, el pasado 2 de julio en el último Consejo Europeo extraordinario, en Bruselas. (EFE)

Pedro Sánchez considera ya que su investidura de la próxima semana está sentenciada. Todo por la "ruptura unilateral" de las negociaciones decretada por Unidas Podemos. Pablo Iglesias, al convocar una "consulta trucada", con preguntas teledirigidas y que no recogen la "última propuesta" del PSOE, persigue únicamente, a juicio del jefe del Ejecutivo, justificar su voto contrario por segunda vez (la primera fue en 2016), que coincidirá con el de la "ultraderecha". Así que las conversaciones se dan por cerradas y el PSOE espera ya únicamente que las fuerzas parlamentarias actúen con "responsabilidad" y se abstengan sin negociar nada.

Se esperaba un movimiento definitivo por parte del presidente en funciones. Dedicó este fin de semana a reflexionar cómo reenfocar su estrategia y encarrilar su investidura, enormemente atascada. Y el momento para hacer pública su última maniobra era este lunes, en una entrevista a primera hora en la Cadena SER. Sánchez se había abierto a la incorporación de ministros de Unidas Podemos, siempre que fueran de perfil técnico y no de la cúpula dirigente. Porque la línea roja seguía siendo Pablo Iglesias y su equipo. Las conversaciones se torcieron más aún después de que a esta propuesta le siguiera la convocatoria de la consulta a los inscritos de la formación morada, un anuncio que irritó al jefe del Ejecutivo porque Iglesias no se lo había anticipado en la larga charla telefónica que mantuvieron la víspera. Él se enteró, dijo, por los medios de comunicación, y se quedó "sorprendido" y "frustrado". Era su primer misil, en la primera pregunta.

Ahora ya las negociaciones el presidente las da por "rotas" por la "mascarada" de la consulta. Sobre todo porque entre las dos opciones que dan los morados a sus inscritos —apoyo a un Gobierno de coalición "sin vetos", en el que las dos fuerzas tengan una representación "razonablemente proporcional" a sus votos, y un Gobierno de cooperación "diseñado únicamente por el PSOE— no recoge la última de las propuestas que Sánchez hizo a Iglesias. El presidente se dolió de que había lanzado hasta cinco ofertas a Iglesias, y todas habían sido rechazadas: primero un Ejecutivo en solitario del PSOE, luego un Gabinete de "cooperación", más tarde incorporar a independientes de reconocido prestigio de la órbita morada y en cuarto lugar volver al punto de partida. La quinta y última propuesta la hizo el jueves en esa charla por teléfono, cuando "por primera vez en 40 años de democracia" planteó la incorporación de personas con "cualificación" al Consejo de Ministros. La respuesta de Iglesias fue calificar de "idiotez" este plan —lo hizo en TVE— y "precipitar" la consulta.

A Sánchez le indignó que entre las opciones del referéndum no aparece recogida su última vía: sumar a ministros morados "cualificados" y técnicos


Eso es un "cierre de puertas de la negociación", una "ruptura unilateral" de las conversaciones vestida con una "mascarada bien grande" de consulta que solo sirve a Iglesias para "justificar" su voto contrario a su investidura "por segunda vez". Para "blindarse" como líder. Su no coincidirá así con el de la ultraderecha, repitió una y otra vez para meter más presión hacia Podemos. Aquel rechazo a su elección en 2016 funcionó como una suerte de pecado original para la formación morada y la primera visualización potente de las diferencias estratégicas entre Iglesias y quien era su número dos y que ahora lidera otro partido, Íñigo Errejón.

Foto: Íñigo Errejón, con Rita Maestre y Eduardo Fernández Rubiño, el pasado 6 de julio ante la carroza de Más Madrid en el Orgullo LGTBI. (EFE)

"Debo tener la capacidad de decidir"

La consulta, para estupor de Sánchez, "no recoge la realidad" de las negociaciones. "Vuelve a la primera" propuesta, y todo se debe a que Iglesias "se ha encastillado en una posición maximalista" y se ha instalado en una "ceremonia" para "justificar lo injustificable". "Todos somos adultos. Yo he entendido el mensaje. Entiendo que o se hace lo que él dice o habrá un voto negativo en mi investidura", incidió, para dar por quebradas ya las conversaciones.

Ya no habrá ninguna oferta más: desde el momento en que Iglesias convocó la consulta "decayeron todas las propuestas del PSOE a Unidas Podemos"

Aimar Bretos, conductor de 'Hoy por hoy', le preguntó si el problema radicaba en la presencia del propio Iglesias en el Consejo de Ministros. Sánchez reconoció sin ambages que sí, que no lo quiere en su Gobierno: "No me gustan los vetos, pero no acepto imposiciones", y es que "una de las principales tareas del presidente", como así lo subraya la Constitución, es "hacer su equipo". "Debo tener la capacidad de poder decidir", reivindicó. "Yo siempre he tenido dudas de que se incorporase Pablo Iglesias", sostuvo. Porque aunque ambos líderes tienen coincidencias, también les separan las "enormes discrepancias" sobre temas de "enorme vigencia en la legislatura", como la cuestión catalana, con una hipotética aplicación del 155 en el horizonte —"Yo no quiero, pero mi deber es contemplarlo"— si tras la sentencia del 'procés', que se prevé dura, las fuerzas separatistas retornan a la vía unilateral.

Así que por eso consideraba que era mejor "sortear las contradicciones" a través de un Gobierno de cooperación, que suponía la entrada de miembros de la formación morada en segundos niveles, o bien con una 'coalición blanda', que era su quinta propuesta. La incorporación de personas "con perfil sectorial, y no político". El presidente ponía el ejemplo de lo que ocurrió en su actual Gobierno: los responsables de Transición Ecológica o Cultura, Teresa Ribera y José Guirao, son militantes del PSOE, pero ambos gozan de "reputación" profesional que va más allá de su filiación política. La oferta fue "sincera" y "honesta", aunque despreciada por Iglesias. "Nunca hablamos de nombres", se quejó. Porque enseguida vino además la convocatoria de esa "consulta trucada".

[Consulte aquí en PDF la transcripción íntegra de la entrevista del presidente en funciones en la Cadena SER]

A partir de ese momento, "decayeron todas las propuestas que le ha hecho el PSOE a Unidas Podemos". "Yo ya no estoy en ese escenario”, sino en el “escenario de esperar a ver qué es lo que hace Iglesias, si quiere o no quiere, votar con la ultraderecha en contra de la investidura de un presidente socialista", señaló. Más aún, hablaba de los morados como "socio preferente" en pasado.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, durante su última reunión en el Congreso. (EFE)

Iglesias no puede "imponer" los nombres

Sánchez reprochó en varias ocasiones al líder de Podemos rigidez en sus planteamientos, cuando él considera que ha sido "flexible y razonable", aunque siempre preservando su voluntad de construir un Gobierno que atienda al "interés general" y que esté "cohesionado" internamente "al 100%", con una "única dirección". El jefe del Ejecutivo señaló que Iglesias no le había "explicitado de esa manera" su voluntad de ser vicepresidente —Ferraz dijo que sí lo había exigido en su reunión de hace una semana—, pero sí señaló que no podía tolerar que otra fuerza tratara de "imponerle" los nombres de su Consejo de Ministros. Podemos puede "proponer" candidatos, pero no forzarlos, subrayó, porque si hay problemas con un ministro, el primer y último responsable es el jefe del Ejecutivo. "¿Tiene lógica democrática que una cuarta fuerza, con la que no sumo mayoría absoluta, trate de imponer los nombres?", estalló. En ese momento apuntó que la estrategia de los morados en otros territorios es semejante: ocurre ahora en La Rioja, donde la formación, con una sola diputada, quiere tres consejerías de un Gobierno de ocho presidido por la socialista Concha Andreu, con 15 escaños. "¿De verdad que este es el sistema que queremos?", preguntó indignado.

Sánchez incide en que la oportunidad es ahora, porque si su investidura es fallida la próxima semana, su candidatura "decae" y el Rey decide

Sánchez adelantó que volverá a llamar otra vez a los líderes de PP, Cs y Unidas Podemos. Esta vez para "instarles a la mayor de las responsabilidades" y pedirles que faciliten su investidura porque además no hay alternativa. Previsiblemente, no tendrá fortuna. Como le recordó Bretos, ya Pablo Casado le dijo su particular 'no es no', el mismo que el hoy presidente dio a Mariano Rajoy en 2016. Sánchez sostuvo que hoy la situación es distinta, y que es necesario "contextualizar" el sentido del voto de una formación política. En aquel momento, sí había una alternativa, y ahora no; el PP se había contraído desde su mayoría absoluta de 2011, mientras que el PSOE creció el 28-A en votos y escaños, y la formación conservadora estaba empantanada por la corrupción, problema que no atenaza al actual partido gobernante.

Además, el líder socialista desea que su futuro Ejecutivo "no dependa" de las fuerzas secesionistas —ellos "que hagan lo que consideren"—, lo que exigiría que populares y naranjas se abstuvieran. No va a entrar en cambalaches como intercambiar el apoyo en España por el de Navarra, porque entonces se entraría en un "bucle de imposible solución": "Es como si pido que en Madrid, Murcia o Castilla y León gobierne la primera fuerza política", que fue el PSOE.

Foto: Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y parte de sus respectivas direcciones, el pasado 9 de julio en el Congreso. (Inma Mesa | PSOE)

"Reflexión" sobre la utilidad

La probable investidura fallida de la próxima semana conducirá, avisó, al "bloqueo". Y tal vez a elecciones, hipótesis que él no quiere plantear abiertamente. Pero sí insistió en que no habrá quizá un segundo debate. Sánchez volvió a explicar que si el Congreso no le otorga su confianza, su candidatura "decae", y será entonces el Rey el que decida, tras una nueva ronda de consultas, y para que haya una segunda sesión "todas las fuerzas deberán hacer un movimiento". Pensar en septiembre, cuando vence el plazo constitucional de dos meses antes de que el país se conduzca a nuevas generales, es una "irresponsabilidad", dijo, porque su "deber" es sacar la investidura en julio. Y porque no tiene sentido "esperar" a entonces: España tiene problemas y desafíos por delantes que hay que resolver, justificó.

El líder socialista descarta una consulta a sus bases porque no hay ningún acuerdo con Podemos. Un referéndum puede ser usado de forma "torticera"

Sánchez fue preguntado por las palabras de Errejón este lunes en una entrevista en 'El Mundo': el exsecretario político ve hueco para una fuerza transversal y "no sectaria". El presidente lanzó otro recado a Iglesias: "En el espacio social y electoral de Unidas Podemos lo que puede haber es una reflexión sobre si se quiere ser fuerza útil o va a la contra de un conglomerado de personas y movimientos sociales que esperan un Gobierno progresista", sostuvo, para subrayar como "llamativo" que ambas fuerzas no hayan sido "capaces" de sentarse a hablar sobre propuestas.

El secretario general descartó una consulta a sus bases porque no hay ningún pacto con los morados. "Yo tengo que hacer una consulta si llego a un acuerdo, si no para qué voy a someter a los militantes a hacer una consulta sobre algo que no existe. Es más, las consultas me parecen que son un elemento que pueden legitimar tu decisión, pero también puede deslegitimar tu decisión si se utilizan de una manera torticera, como está haciendo el señor Iglesias". Los puentes entre las dos fuerzas ya están prácticamente rotos. Solo queda esperar a nuevos movimientos. Si los hay.

Sánchez rechaza la fórmula griega de un bonus de 50 escaños para el ganador de las generales

Pedro Sánchez insistió este lunes en la SER en que hay que reformar el artículo 99 de la Constitución, para evitar situaciones de bloqueo que lleven a unas segundas elecciones. El ejemplo en positivo es el sistema que rige en los municipios, en los que la "gobernabilidad está garantizada" 20 días después de los comicios (artículo 195 de la Ley Electoral). El presidente en funciones no cree que haya que exportar ese modelo al Congreso, pero sí que hay que dar una "respuesta". Una solución podría ser mirar a Euskadi y Asturias, en los que no es posible votar en contra. De hecho, este lunes, el líder socialista asturiano, Adrián Barbón, fue elegido presidente del Principado en segunda votación, en la que se requería mayoría simple, con los votos de su grupo (20) y los dos de Izquierda Unida. Los cuatro parlamentarios de Podemos volvieron a abstenerse.

Pablo Casado planteó a Sánchez una prima de 50 escaños al ganador de los comicios, sistema existente en Grecia hasta la última reforma. El presidente considera ese sistema de "dudosa constitucionalidad", y además "nada tiene que ver con el proceso de investidura". Cree que el PP quiere crear "un régimen presidencialista en una monarquía parlamentaria", pues facilitaría las mayorías absolutas. Él defiende el modelo parlamentario con un juego de contrapoderes, y que el Ejecutivo se someta a la fiscalización de las Cortes. 

"Yo lo que creo es que es mucho más sencillo. Lo que tenemos que hacer es más ancho y más fácil el camino hacia la investidura y la conformación de un Gobierno. Eso será a futuro", indicó. 

🏛La Junta General ha elegido al candidato del @GPSAsturias, @AdrianBarbon, presidente del Gobierno del Principado de Asturias con los votos a favor de los diputados socialistas y de Izquierda Unida. pic.twitter.com/ssfI8O5eQo

 

Sánchez fue preguntado de nuevo por la carta de los 66 diputados socialistas que se abstuvieron en 2016 y que la semana pasada se dirigieron al PP para que haga lo mismo y siga ese camino "difícil", pero "honorable". En TVE señaló que no la conocía de antemano. Este lunes en la SER contó que sabía que había diputados que estaban moviéndola. En efecto, el exparlamentario malagueño José Andrés Torres Mora fue el que promovió el movimiento

"Sabía que estaban trabajando en una carta, pero conocí el contenido de la carta por los medios". Y eso que estaba también firmada por sus números dos y tres, Adriana Lastra y José Luis Ábalos. "Yo no la leí, pero lo que sí que le puedo garantizar —contó a Aimar Bretos— es que sabía que, efectivamente, Ábalos y Lastra la iban a firmar". 

Pedro Sánchez considera ya que su investidura de la próxima semana está sentenciada. Todo por la "ruptura unilateral" de las negociaciones decretada por Unidas Podemos. Pablo Iglesias, al convocar una "consulta trucada", con preguntas teledirigidas y que no recogen la "última propuesta" del PSOE, persigue únicamente, a juicio del jefe del Ejecutivo, justificar su voto contrario por segunda vez (la primera fue en 2016), que coincidirá con el de la "ultraderecha". Así que las conversaciones se dan por cerradas y el PSOE espera ya únicamente que las fuerzas parlamentarias actúen con "responsabilidad" y se abstengan sin negociar nada.

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