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La industria militar española: cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer
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ANÁLISIS FEINDEF 2023

La industria militar española: cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer

En un panorama donde hay abiertos enconados debates sobre la guerra del futuro, las estrellas de la feria son productos que vienen a cubrir con retraso capacidades perdidas u oxidadas en las Fuerzas Armadas españolas

Foto: Feindef 2023. (Sergio Beleña)
Feindef 2023. (Sergio Beleña)
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La tercera edición de la Feria Internacional de la Defensa (Feindef) cierra este viernes en Madrid tras una edición récord. Un evento así genera enormes cantidades de notas de prensa y materiales promocionales donde se usan, y abusan, de términos como innovación tecnológica o se insiste con énfasis en elementos un tanto etéreos como afrontar los retos del futuro. El problema es que la innovación es un concepto intangible. Y no necesariamente se encuentra donde se concentra la atención de público y medios. En un panorama donde hay abiertos enconados debates sobre cómo será la guerra que viene, las estrellas de la feria fueron productos que vienen a cubrir con retraso capacidades perdidas u oxidadas en las Fuerzas Armadas españolas.

El programa de actividades de Feindef arrancó el miércoles con una charla con un personaje que, en otro contexto, habría llenado auditorios multitudinarios. Sin embargo, el paso de Alex Karp, cofundador y consejero delegado de la empresa estadounidense Palantir, apenas congregó a unas pocas decenas de personas. La empresa ha ganado una enorme relevancia por el uso en Ucrania de su plataforma de análisis de datos con inteligencia artificial para labores de inteligencia y operaciones de combate (del que también hay una versión comercial). Pero, en realidad, Palantir no es relevante por este hito reciente. Desde su fundación, en 2003, se ha labrado una reputación de empresa puntera por la sofisticación de sus herramientas al alcance de muy pocos, fundamentalmente gobiernos y grandes empresas.

La charla de Karp no fue noticiosa porque, como él mismo se encargó de resaltar, la particularidad de vender herramientas avanzadas en estos niveles es que no se puede contar gran cosa en público sobre clientes o casos reales. Así que sí hizo hincapié en otros temas, como las dificultades de convencer a los decisores políticos de invertir en herramientas de software avanzadas para la defensa. Campos como la inteligencia artificial serán claves en las Fuerzas Armadas del futuro; pero todo lo intangible, especialmente cuando es caro, no resulta atractivo y comprensible en comparación con sistema de armas grandes y llamativos.

Foto: Silam de Escribano M&E. (Sergio Beleña)

Ver a Alex Karp en Madrid hablando en Madrid a una audiencia tan pequeña fue, con certeza, curioso; especialmente en un evento como Feindef, donde se habla tanto en folletos, vídeos promocionales y powerpoints de conceptos como innovación, tecnología y adaptación a los retos del futuro. Fue llamativo que, entre el personal uniformado, había representantes de los Ejércitos de Tierra y del Aire y del Espacio, pero no de la Armada. Pero, posiblemente, que la mayoría de las personas que pasaron por la feria el pasado miércoles perdieran la oportunidad de escuchar al jefe de una de las empresas que más encarna todos esos conceptos en el ámbito de la defensa refleja una de las grandes paradojas de este tipo de ferias.

Los productos que más llaman la atención a prensa y público son los grandes sistemas de armas, mientras que todo lo que representa verdadera innovación tecnológica es intangible o poco visible. La innovación más puntera y meritoria a veces proviene de empresas pequeñas y desconocidas, o se materializa en una caja negra o un programa de ordenador al que pocos prestan atención.

Foto: EC Diseño

Es difícil tomarse una foto con el software

Si configuramos la lista de los productos estrella de Feindef prestando atención a la afluencia de público para hacerse fotos y las menciones en redes sociales, estarían sin duda los vehículos blindados de General Dynamics Land Systems Europe, tanto los derivados del vehículo de cadenas Pizarro como los vehículos de ruedas Dragón. La propuesta de las empresas Escribano y Expal en alianza con la israelí Elbit para el programa Sistema Lanzacohetes de Alta Movilidad (SILAM) del Ejército de Tierra en forma de un enorme camión Iveco 8x8 fue, sin duda, otro de los productos más llamativos de la muestra. Y, aunque no formaran parte de una propuesta comercial abierta de una empresa, la presencia de un lanzacohetes M142 Himars y un helicóptero Sikorsky MH-60R como contribución de las Fuerzas Armadas estadounidenses también generó bastante atención.

Foto: Demostrador del 8x8 Dragón en Feindef 2021. (Juanjo Fernández)

Esta lista podríamos tomarla como síntoma de lo bueno y lo malo que enfrentan las Fuerzas Armadas españolas. Por un lado, el lanzamiento de programas ambiciosos de sistemas de armas grandes y llamativos es síntoma de que estamos en un ciclo inversor en Defensa expansivo. Hace cuatro años, en la primera edición de Feindef, el ánimo era totalmente distinto. Nadie esperaba grandes alegrías del ministerio. Aquellas circunstancias convirtieron al prototipo de la variante especializada del Pizarro para los zapadores del Ejército de Tierra, el vehículo Castor, en inesperado protagonista de la exhibición.

Cuatro años después, podríamos pensar que el vehículo Castor se produjo en serie y entró en servicio. Pero no es así. Y es que la lista de blindados pendientes de entrar en servicio en España, sumados al programa del sistema de lanzacohetes SILAM, nos presenta un panorama con muchos deberes pendientes. Si consideramos la incorporación del carro de combate Leopard 2E como el fichaje estrella del Ejército de Tierra, podemos decir que faltó montar un equipo a su alrededor con vehículos especializados y de apoyo a la altura.

Foto: El dron Akinci de Bayraktar. (Bayraktar)

Esto significa que el presente ciclo inversor expansivo no va a ser protagonizado por la incorporación de nuevos sistemas orientados a la guerra del futuro, sino que muchos de estos programas significan cubrir los huecos de un equipo que tenía serias carencias. Al fin y al cabo, el programa SILAM viene a compensar la baja en 2011 del sistema Teruel. Gracioso y triste a la vez, el Regimiento de Artillería Lanzacohetes de Campaña n.º 63 con sede en Astorga (León) ha mantenido la denominación a pesar de no tener ni un solo lanzacohetes, armado, en cambio, con piezas de artillería tradicional de tubo.

Pistas del camino a seguir

Los candidatos al programa SILAM, con productos de Corea del Sur, Brasil e Israel, debería servir de pista del camino a seguir por España. La experiencia de participación en grandes consorcios europeos ha supuesto adoptar un papel secundario frente a los gigantes industriales de Reino Unido, Alemania, Francia e Italia. En cambio, la alianza con potencias industriales medias, como son los tres países mencionados más Turquía, permitiría a España establecer acuerdos entre iguales en los que se puede estar a los mandos del proyecto con verdadera capacidad de decisión. Sin embargo, en esta última edición de Feindef solo pudimos ver una participación limitada de la industria turca e israelí.

En los 40.000 m² de exposición pudimos ver una amplia variedad de drones. Unos cuantos se parecían demasiado a los que poblaban los powerpoints de hace unos cuantos años. Aunque por fin pudimos ver a una empresa española, AERTEC, mostrando un modelo armado con pequeños proyectiles guiados a semejanza de los célebres Bayraktar TB2. Pero, cuando la industria española ha alcanzado ese hito, la industria turca ya está a otra cosa. En el reciente festival aéreo TEKNOFEST, Bayraktar presentó en vuelo el prototipo de su dron a reacción Kızılelma, pensado para acompañar y complementar a los aviones de combate. Poco antes, había presentado también el TB3, la variante naval del TB2 pensada para operar de la cubierta de un buque gemelo del español L61 Juan Carlos I. Sería interesante conseguir interesar a Bayraktar en participar en la próxima edición.

Los planes estadounidenses para dejar atrás a sus competidores a la par, principalmente China, junto con los sucesivos revulsivos que han sido los conflictos armados de alta intensidad en el Alto Karabaj y Ucrania, han ido configurando una lista de tecnologías a tener en cuenta y han abierto innumerables debates por resolver. Sería deseable que el ambiente de cierto optimismo vivido en el ámbito de la Defensa en España, con las expectativas de un aumento del gasto y el lanzamiento de proyectos tan necesarios como multimillonarios, fuera acompañado de nuevas perspectivas y estrategias.

Algunas, como buscar socios a la par para no diluir la participación española en grandes consorcios europeos, ya se están llevando a la práctica. Pero merece la pena pararse a estudiar y entender el cambio tecnológico para que no se parezca al paso de Alex Karp por Feindef.

La tercera edición de la Feria Internacional de la Defensa (Feindef) cierra este viernes en Madrid tras una edición récord. Un evento así genera enormes cantidades de notas de prensa y materiales promocionales donde se usan, y abusan, de términos como innovación tecnológica o se insiste con énfasis en elementos un tanto etéreos como afrontar los retos del futuro. El problema es que la innovación es un concepto intangible. Y no necesariamente se encuentra donde se concentra la atención de público y medios. En un panorama donde hay abiertos enconados debates sobre cómo será la guerra que viene, las estrellas de la feria fueron productos que vienen a cubrir con retraso capacidades perdidas u oxidadas en las Fuerzas Armadas españolas.

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