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La campaña de Sánchez, a ojos de su gurú, Iván Redondo: "La mayoría cautelosa decide"
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La campaña de Sánchez, a ojos de su gurú, Iván Redondo: "La mayoría cautelosa decide"

El director de Gabinete del presidente trenza su trayectoria profesional y las reflexiones políticas a los antiguos alumnos de Deusto, la universidad en la que él estudió Humanidades

Foto: Iván Redondo, director de Gabinete del presidente, e Iñaki Ortega, director del Deusto Business School, este 26 de septiembre en Madrid. (Iñaki Martínez Bilbao)
Iván Redondo, director de Gabinete del presidente, e Iñaki Ortega, director del Deusto Business School, este 26 de septiembre en Madrid. (Iñaki Martínez Bilbao)

—¿Por qué tomé la decisión? Pues como siempre me he guiado en esta vida: por personas más que por partidos.

Quizá la reflexión extrañe. Pero es Iván Redondo en estado puro. El director de Gabinete del presidente del Gobierno en funciones, el gurú de Pedro Sánchez, el asesor del que tanto se ha escrito en los últimos meses, años, el hombre que desde la penumbra del poder controla los resortes del Ejecutivo y diseña la estrategia. Un personaje cuyo nombre ha saltado a las crónicas periodísticas y a los titulares y que ha activado una leyenda que, como todas, tiene parte de verdad y parte de ficción. Pero él es la mano derecha de Sánchez, admirado por algunos cuadros en el PSOE y visto con (mucha) antipatía por otros. Porque él no viste las siglas del PSOE. Sí las de su jefe.

Su "amigo".

Lo es Sánchez. Jefe y amigo, como antes lo fueron los dirigentes populares Xavier García Albiol, Antonio Basagoiti o José Antonio Monago. A este lo acompañó en la campaña de 2011, tras la que arrebató la presidencia de la Junta de Extremadura al socialista Guillermo Fernández Vara, gracias al concurso de IU. Y por Monago tomó esa "decisión" arriesgada, con apenas 31 años, de convertirse en su director de Gabinete, con rango de consejero. Porque se guiaba, y se guía, asegura, por "personas, más que por partidos".

—La política es un deporte de equipo. Nadie hace ganar a nadie. Lo creo firmemente, y todos aquellos con los que he colaborado lo saben, y podría poner multitud de ejemplos. Somos los centrocampistas. Cuando estás como asesor, implica dar pases, recibir el balón, recibir patadas. Que te tiras por un barranco por tu cliente, porque tienes esa idea profesional, de quien es tu amigo o tu presidente. Al final tienes que tener distancia para no perder el sentido de la realidad, y en política se pierde en muchas ocasiones.

Iván Redondo Bacaicoa (San Sebastián, 14 de abril de 1981) trenzaba retazos de su trayectoria personal y profesional y reflexiones políticas en un foro muy inusual para él. Este jueves era el protagonista de una charla organizada en Madrid por la Deusto Business School (DBS) para antiguos alumnos de la universidad vasca, en la que el director de Gabinete del presidente estudió, en la capital donostiarra, Humanidades y Comunicación. Redondo llenó el pequeño salón de actos del centro. Unas 200 personas seguían, algunas de pie, la conferencia de algo más de una hora del "hombre del momento", del "oráculo" del líder del Ejecutivo, como lo definió Iñaki Ortega, el director de la DBS. Coloquio de acceso restringido a los medios de comunicación pero al que pudo asistir este periódico.

Un 'spin doctor' implica dar pases, recibir el balón, recibir patadas. Que te tiras por un barranco por tu cliente


—¿En qué será diferente la campaña respecto a la del 28-A? Entonces el PSOE podía agitar el miedo a la derecha, pero ahora ya no está tan patente...

—La mayoría cautelosa decide.

Esas cuatro palabras de respuesta de Redondo, calculadas y medidas, contenían la esencia de la campaña de Sánchez. Y el porqué de su apelación constante a la necesidad de formar un Gobierno "progresista, estable y coherente".

Foto: Pedro Sánchez, en el mitin de campaña en Barcelona de las pasadas generales, el 25 de abril. (EFE)

"España es muy yeyé"

Ese concepto, el de "mayoría cautelosa", parte de una reflexión de Redondo, que él mismo explicaba a los antiguos alumnos de Deusto. Pensar en si volverá el bipartidismo es una "pregunta viejuna". Básicamente porque es "mentira" que 40 años de la historia democrática del país hayan estado dominados solo por PP o PSOE. Desde las primeras elecciones, las de 1977, hasta las de 1982, las que ganó por arrolladora mayoría Felipe González, había "multipartidismo", no solo dos grandes. Desde aquel 1982 hasta 1993 el PSOE era "totalmente hegemónico". Y a partir de este último año, cree que sí podemos hablar ya de bipartidismo imperfecto, hasta que en 2011 España emigra a un dominio absoluto del PP, que se prolonga hasta 2014, cuando, con la irrupción de Podemos, España se sumerge de nuevo en el multipartidismo. Han seguido cinco años de "inestabilidad, bloqueo", con la convivencia de la política que él llama "clásica" y los emergentes (los morados y Ciudadanos). "El 'eterno retorno', que decía Nietzsche", apuntaba, evocando a uno de sus autores favoritos.

Redondo cree que en todas las elecciones en España ha habido una mayoría cautelosa que ha apoyado al partido que le inducía estabilidad

La tesis de Redondo, 38 años, es que hay un hilo conductor en todas las elecciones generales vividas en España desde la Transición. "No la mayoría silenciosa que reivindicaba Nixon, sino una mayoría cautelosa que siempre en cada elección ha votado algo muy razonable y muy cauteloso". En ese sentido, "España es muy yeyé". O sea, "tiene sus claves", sus lógicas, sus diferencias como país respecto a otras democracias.

Es a esa mayoría cautelosa a la que Sánchez quiere apelar en esta campaña del 10-N. A la que, llegado el momento de las urnas, opte por la estabilidad frente al caos. Un parámetro especular al que utilizó Mariano Rajoy en la repetición electoral de 2016, y que le llevó a reforzarse respecto a las generales de diciembre de 2015. En el equipo del presidente insisten en que en noviembre "no se votan bloques" porque "los bloques no existen". Conciben el 10-N como una "segunda vuelta" de los comicios de abril. Unas elecciones en las que la dialéctica es simple: "Gobierno sí o Gobierno no". Ahí quieren situar los socialistas el debate, y creen que parten con ventaja frente al PP, pero sobre frente a los nuevos: un Podemos que, pese a todo, es "más fuerte porque tiene más identidad" y una historia de lucha de izquierdas, y un Ciudadanos a la deriva que puede hundirse porque "no hay votantes de toda la vida" de la formación naranja y por la infidelidad de sus votantes.

placeholder Pedro Sánchez, el pasado 24 de septiembre en la ONU, en Nueva York. (Reuters)
Pedro Sánchez, el pasado 24 de septiembre en la ONU, en Nueva York. (Reuters)

Fuentes de la Moncloa apuntan que ahora es complicado hacer pronósticos, puesto que la arena política está en ebullición tras la irrupción de Íñigo Errejón, de modo que hasta mediados de octubre, cuando ya queden claro los espacios y las circunscripciones en las que se presenta Más País —el factor nuevo en estas generales—, no se tendrá una foto más ajustada del electorado. Redondo esquivó a Errejón durante su charla. "No hay que frenar nada emergente bueno que surja", se limitó a expresar. En Ferraz hay expectación, pero se cree que no hará demasiado daño al PSOE la candidatura de Más País. Sí a Unidas Podemos, porque procede de su espacio.

Foto: Iván Redondo. Ilustración: Raúl Arias. Opinión
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"Octubre muy político"

En las alturas del comité electoral advierten de que no puede olvidarse de que octubre será un "mes muy político", en el que elementos como la sentencia del 'procés', la desaceleración económica, la exhumación de Francisco Franco o la hipótesis de un Brexit abrupto pueden descabalar el tablero, por lo que el votante medio, esa "mayoría cautelosa" que invoca Redondo, puede acabar buscando refugio en la candidatura de Sánchez. En el sanedrín de campaña no creen que las turbulencias en Cataluña puedan apuntalar a las derechas. "Queremos entrar en ese terreno de juego", remarcan. De hecho, el Gobierno y su líder han reiterado que no tolerarán "ningún ataque" a la Constitución y a la ley. Y que si tiene que haber 155, lo habrá. Pese a todo, en la Moncloa prevén una campaña "moderada y constructiva" por parte de todas las fuerzas, más que la de abril.

En la Moncloa apuntan que la campaña será más "moderada" que la de abril, una "segunda vuelta" con una pregunta clave: "Gobierno sí, Gobierno no"

El presidente, pues, explotará su faceta institucional, de hombre de Estado. En su círculo repiten que el PSOE, a diferencia de sus rivales, "tiene programa, tiene proyecto, tiene ideas". Y tiene, sobre todo, a Sánchez. "El presidente está muy hecho —decía este jueves su director de Gabinete—. Lo veo muy fuerte, representa la estabilidad del país. Ha crecido muchísimo. Son más interesantes los consejos que él me da a mí que los que yo le doy a él". Precisamente gracias a que el PSOE había hecho un "trabajo" previo desde las primarias de 2017, Sánchez pudo conformar un equipo de Gobierno rápidamente tras ganar la moción de censura, "para sorpresa de muchos", añadió.

placeholder Iván Redondo saluda al exdiputado socialista Juan Moscoso, este 26 de septiembre en la Deusto Business School. Moscoso es profesor y director de Asuntos Globales y Públicos en la DBS. (Iñaki Martínez Bilbao)
Iván Redondo saluda al exdiputado socialista Juan Moscoso, este 26 de septiembre en la Deusto Business School. Moscoso es profesor y director de Asuntos Globales y Públicos en la DBS. (Iñaki Martínez Bilbao)

Y en los pocos meses que se extendieron hasta las elecciones del 28-A, el Ejecutivo fue trabajando "desde un planteamiento de humildad". "Fuimos lo suficientemente cautelosos como para no generar expectativas altas. Pero en los primeros sondeos se demostró que el PSOE, en muy poco tiempo, y eligiendo el 'momentum', se reconcilió con la sociedad". 'Momentum', otro de los conceptos fetiches de Redondo. Crear la oportunidad idónea. "Y cuando vio que su proyecto no salía adelante" porque los Presupuestos fueron tumbados, Sánchez convocó elecciones y demostró que "no quiere ser presidente a cualquier precio". Otro de los mensajes que los socialistas buscarán grabar en la campaña: que rehusó gobernar por gobernar, que antepuso los intereses del país. ¿Y no fue él uno de los convencidos, desde el principio, de que era mejor ir a elecciones? "Siempre he defendido un Gobierno progresista, estable y coherente para este país", respondía. Los mismos términos que Sánchez calza en sus intervenciones.

La relación de Redondo con el líder socialista es bastante reciente. Se remonta a comienzos de 2016, meses antes de su defenestración. "Era abril, en plena época de bloqueo", cuando España se conducía hacia unas segundas elecciones, igual que ahora. Estaba en una conferencia. "Me llamaron de Ferraz. Me quería conocer el secretario general. Nos conocimos y nos hicimos amigos". En aquel momento, Redondo "no quería hacer política". Necesitaba resetearse después de haber salido en julio de 2015 del Gobierno extremeño, tras la victoria de Fernández Vara. Había retomado sus labores de consultor —montó su propia empresa, Redondo & Asociados, en 2007—, escribía en medios ('The War Room'), salía en la tele. Pero para él era un "gusto" poder compatibilizar su trabajo con el conocimiento directo de líderes políticos de su generación. Porque por aquellos meses entró también en contacto con Pablo Iglesias.

Foto: Mariano Rajoy felicita a Pedro Sánchez tras ganar la moción de censura, el 1 de junio de 2018 en el Congreso. (Reuters)

"Ve con luces largas", pero rígido

"Con él he hablado muchísimo de política en todos los sentidos. Tuvimos un cara a cara en 'La Tuerka' el segundo día que nos vimos", un programa que todavía se puede en YouTube y que demuestra la buena sintonía entre ambos en aquellos tiempos y su charla animada sobre política, comunicación o ajedrez. El vídeo se viralizó extraordinariamente: dos estrategas y dos amantes de las series de televisión frente a frente. "Aquello se simplificó mucho", opina. "Tengo muy buena opinión, y él lo sabe perfectamente", señaló este jueves en la DBS. No era una apreciación gratuita, porque Unidas Podemos le culpa de haber sido el principal inductor de la ruptura de las negociaciones entre sus jefes. "Cada uno tiene sus posiciones y sus estrategias. Hemos compartido conocimientos, historias, de manera además muy horizontal, muy generosa por su parte y yo he intentado ser generoso con él".

Redondo conoció a Sánchez en abril de 2016, y se hicieron "amigos". El secretario general lo fichó tras las primarias. "Nunca tuve despacho en Ferraz"

Redondo no asistió a la caída de Sánchez en octubre de 2016. Pero ambos se reencontrarían tras las primarias de 2017. El secretario general, hacia septiembre de aquel año, le fichó como asesor externo, como en su momento lo había sido el experto en comunicación Luis Arroyo. Ahí comenzó su vinculación "no con el PSOE, sino con Pedro Sánchez", como Redondo precisó en la charla. "Nunca he tenido despacho en Ferraz. Nunca lo he querido ni lo necesito". Fuentes de la cúpula del partido coinciden: no tuvo sitio en la sede, su colaboración con el jefe siempre fue desde fuera.

Su peso fue creciendo. Hasta hacerse imprescindible para Sánchez. Cuando ganó la moción de censura —una operación de riesgo en la que todo su núcleo duro, y no solo Redondo, jugó un papel clave—, se lo llevó con él a la Moncloa y se deshizo de quien había sido su jefe de Gabinete en Ferraz, Juanma Serrano, a quien recolocó como presidente de Correos. Redondo ejerció un rol distinto en la sala de máquinas del Gobierno. No el de otros directores de Gabinete de los anteriores presidentes (José Enrique Serrano, Jorge Moragas, José Luis Ayllón...), más dedicados a la 'fontanería' del Ejecutivo. Redondo es el estratega de Sánchez, su gurú, su 'spin doctor', el hombre que se "tira por el barranco" si su cliente se lo pide.

Los que le conocen en el partido sí admiten que es "creativo", que "anticipa escenarios", que es "original", que "ve con luces largas", que es "más estratega que táctico". Y aunque la relación Moncloa-Ferraz parece más engrasada, sí hay quienes advierten de que Redondo "no sabe trabajar en equipo y no se adapta a la cultura de la organización: él simplemente impone". Su grado de influencia en Sánchez es materia discutida. Unos perciben que es muy amplia, pero los más en la cúpula insisten en que es más limitada: el presidente, apuntan, consulta mucho a su estrecho círculo de confianza, en el que no solo está su asesor estrella, sino también la vicepresidenta, Carmen Calvo; el secretario de Organización y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, y la vicesecretaria general de los socialistas, Adriana Lastra, además del secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños. Y añaden que Sánchez ha ganado en este tiempo en autonomía y seguridad.

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias, junto a los dirigentes del partido, Noelia Vera, Pablo Echenique e Idoia Villanueva, durante el último Consejo Ciudadano Estatal de Podemos. (EFE)

La gestión del tiempo

Redondo es un tipo con un complicado encaje en una estructura como la del PSOE. Por sus ideas, su concepción de la política más 'marketiniana' —él no obstante ya afirmó el jueves que las campañas políticas tocan "muchas disciplinas, no solo el marketing"—, su desconocimiento de la vida orgánica. Por eso sus planteamientos "chirrían" a veces con el partido, como cuando en la campaña del 28-A apostó por el debate a cinco con Vox que sin embargo en Ferraz Lastra o Ábalos veían menos ventajoso. Ambos también fueron quienes empujaron a Sánchez a intentar negociar una coalición con UP, de la que el presidente siempre receló.

El asesor de Sánchez antes trabajó para los candidatos populares García Albiol, Basagoiti y Monago, del que fue consejero autonómico

Él, a la postre, no es un pata negra del PSOE. Ante los antiguos alumnos de Deusto contaba que le comenzó a gustar la política desde muy pequeño. Perteneciente a una familia de cuatro hermanos, decidió estudiar Humanidades y Comunicación en Deusto, en San Sebastián, universidad en la que conoció a su mujer, Sandra Rudy. Y de las primerísimas horas de clase recordaba un consejo del profesor Xabier Barandiaran: la "importancia de la gestión del tiempo". Un elemento clave en la estrategia política. Después estudió un máster de información económica en la Complutense y trabajó en la consultora Llorente y Cuenca —en dos etapas— y como asesor de comunicación en el Sindicato de Enfermería. Hasta que en 2007 montó con su esposa su propio despacho, Redondo & Asociados.

placeholder Iván Redondo, a su llegada a la charla con antiguos alumnos de la DBS. (I. M. B.)
Iván Redondo, a su llegada a la charla con antiguos alumnos de la DBS. (I. M. B.)

Trabajó para la campaña por la alcaldía de Badalona del popular Xavier García Albiol —polémica por sus mensajes xenófobos— y más tarde fue contratado por Antonio Basagoiti. "Fue una experiencia de la que aprendí muchísimo. Tanto el PSE como el PP vasco vivían una realidad complicada". Los conservadores, por la traumática salida de María San Gil, del sector más duro. Redondo diseñó para Basagoiti una "campaña pop", en la que logró remontar los malos datos de las encuestas, aunque se quedó con solo 13 de los 75 diputados de la Cámara. Los necesarios, eso sí, para hacer lendakari al socialista Patxi López, desalojando por primera vez del poder al PNV.

"Nuestro planteamiento [en la empresa] era encontrar sitios donde no se hubiera ganado antes, porque era la manera más rápida de crecer", explicaba Redondo a los exestudiantes de Deusto. Esa filosofía le llevó a acercarse a Monago, otro candidato del PP, que tenía por delante una campaña complicada contra "un candidato fantástico como Vara". Tenía 30 años. "Ganamos por primera vez, y fue un 'shock'". El dirigente popular logró las riendas de la Junta gracias a IU y premió a Redondo con la dirección de su Gabinete, con asiento en el Consejo de Gobierno. "Muchas veces haces cosas y no te gustan cómo han salido. En ese caso no. Fue algo acertado. Yo viví una época maravillosa, de aprendizaje". Se guió por las "personas, más que por los partidos". "Y éramos amigos".

La transición extremeña

Los socialistas extremeños aún guardan un mal recuerdo de Redondo. Porque desde el Ejecutivo intentó "masacrar" a Vara. "Fue durísimo", lamentan. Entonces "sí que ejercía una enorme influencia sobre Monago: no se movía un hilo sin que él lo autorizara". "Pero él absorbe, es listo, manda. Y hace una vida muy cómoda a los jefes para los que trabaja", señalan fuentes de la federación regional. Vara ganó en 2015. Recuperó el poder (y el 'spin doctor' regresó a Madrid), y lo consolidó en 2019 con mayoría absoluta.

El grado de influencia sobre el líder es discutido. Unos creen que es amplia, pero otros la limitan: en su círculo están también Calvo, Lastra y Ábalos

Redondo también disertó en la conferencia de política americana. De los presidentes Ronald Reagan, Bill Clinton —"un presidente muy de resistencia", otra cualidad que se endosa a Sánchez—, de George Bush padre e hijo, de Barack Obama, de Donald Trump. Pero también de política española: desde Felipe González a los dos José María Aznar, y de ahí a José Luis Rodríguez Zapatero (y sus "técnicas nuevas" de campaña), Mariano Rajoy y Pedro Sánchez.

placeholder Pedro Sánchez e Iván Redondo, el pasado 25 de julio, tras la investidura fallida en el Congreso. (EFE)
Pedro Sánchez e Iván Redondo, el pasado 25 de julio, tras la investidura fallida en el Congreso. (EFE)

—No tengo claro que me vaya a embarcar en ninguna otra presidencia. Me apetecen muchas cosas en la vida. Pero quiero exprimir a tope esta etapa.

Son las nueve de la noche. No caben más preguntas y Redondo no quiere meterse en aguas peligrosas. Pero al menos ya ha dejado claro qué busca el 10-N. Esa "mayoría cautelosa" que apoye a Sánchez. Una estrategia que incluso algunos en el PSOE ven arriesgada, por conservadora. Pero es la que llevará al líder a las urnas tras un octubre incierto y quizá inquietante.

Comité federal de apoyo al líder

Este sábado, 28 de septiembre, Pedro Sánchez retoma su actividad de partido con la reunión del máximo órgano, el comité federal del PSOE, al que acudirán la mayoría de los barones territoriales, aunque sí se notarán las ausencias de Susana Díaz (Andalucía), por un compromiso familiar, o de Guillermo Fernández Vara (Extremadura), Francina Armengol (Baleares) o Adrián Barbón (Asturias), por razones de agenda. 

No se prevén sobresaltos en la reunión de hoy, prevista para dar apoyo al líder antes de las elecciones del 10-N. El comité mandatará a la comisión federal de listas para que cierre los últimos cambios en las candidaturas. 

Los ajustes serán mínimos. Entre ellos, el relevo de Luis Clemente como uno por Cantabria por Pedro Casares, por decisión personal del primero, o de Blanca Fernández como cabeza por Ciudad Real, ya que es portavoz del Gobierno castellanomanchego. 

La dirección federal, como avanzó eldiario.es, sí barajó incorporar a las listas por Madrid al exministro Ángel Gabilondo, a quien se busca una salida después de dos elecciones autonómicas consecutivas en las que no ganó la presidencia de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, esa opción, muy complicada por el difícil encaje en la lista, se acabó descartando

—¿Por qué tomé la decisión? Pues como siempre me he guiado en esta vida: por personas más que por partidos.

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