Las mujeres se hacen camioneras: "No tengo a nadie dándome el tostón y a las 15:00 estoy fuera"
Algunas conductoras han identificado dos realidades que el sector conoce bien: que nunca les va a faltar trabajo y que es mucho más cómodo que en el pasado
"A mí me encanta. Se me pasa el día volando, es un trabajo tranquilo, no tienes a nadie detrás dándote el tostón. Tienes que cumplir con el reparto, pero puedes organizarte el día para salir lo antes posible. Me pongo en marcha a las cinco de la mañana, pero a las tres de la tarde he terminado. No tengo que dormir ninguna noche fuera, así que no me puedo quejar".
Laura Peris Borrás (32 años) había pasado la mayor parte de su vida trabajando de forma temporal como camarera, pero hace tres años decidió probar suerte sacándose el carné de conducir C de camión rígido. “Es un trabajo en el que siempre van a buscar gente, así que me dije que por tenerlo no perdía nada, y me salió faena enseguida”, explica.
En España hay unos 250.000 conductores, un 70% de los cuales tiene ya más de 50 años
Hoy ha conseguido también el carné de tráiler, que conduce de lunes a viernes (y algún que otro sábado) en la zona de Valencia y el norte de Alicante. Su retribución, entre los 1.500 y 1.600 euros, es muy superior a la que percibía como camarera. Forma parte de un pequeño grupo de mujeres que, aunque aún minoritario, se ha dado cuenta de una realidad de la que ya eran conscientes en el sector desde hacía tiempo: que hacen falta camioneros, que el trabajo es hoy mucho más cómodo de lo que era hace años y que, con la preparación necesaria, puede estar relativamente bien remunerado.
La de camionero es una de esas profesiones que no encuentran recambio. En España hay alrededor de 250.000 conductores, un 70% de los cuales tiene ya más de 50 años. El sector necesita solo en España entre 18.000 y 20.000 transportistas, un número que aumentará durante los próximos años. Son los datos que proporciona MAN, la empresa alemana de producción de camiones. “Hay una falta de conductores a nivel global importante y, según los datos de la Organización Internacional de Transporte por Carretera (IRU) de 2021, en Europa se necesitan 380.000”, explica Myriam Torrecilla, responsable de comunicación de la empresa.
Hay varios factores que explican esta falta de relevo generacional. La de camionero es una profesión que se percibe como muy sacrificada e incómoda, en la que hay que pasar mucho tiempo fuera de casa a cambio de sueldos no especialmente altos, y a la que siguen ligados estereotipos negativos. No es la clase de empleo por el que optaría un joven trabajador, que tienen “otros valores y prioridades”, en palabras de Torrecilla. Además, según la comunidad autónoma, el precio de los carnés C+E puede llegar a los 6.000 euros.
Más importante aún es que muy pocas mujeres se habían planteado hasta hace no tanto ser camioneras. Con el objetivo de matar ambos pájaros de un tiro, MAN puso en marcha el programa WoMAN para becar a las mujeres que decidan obtener los permisos de conducción, además de un programa PROFIdrive en el centro de formación de Siero (Asturias).
Solo el 2% de camioneros son mujeres, pero el 27% de nuevos carnés E lo sacan ellas
En España, solo el 2% de camioneros son mujeres. La media europea es de un 3%, con un 5% en Alemania y un 7% en Italia. El número, no obstante, parece estar aumentando: el 7% de los nuevos carnés C de rígidos lo sacan mujeres y el porcentaje asciende hasta un 27% en el carné E de articulados.
Solas (pero acompañadas) en la carretera
Noa Conde (25 años) es una de esas conductoras de articulados que recorren cada día las carreteras gallegas. “Lo que más me gusta es que te da libertad, vas sola en el camión siguiendo unas normas de la empresa, pero a tu aire, visitando sitios, conociendo lugares”, explica. “Si te gusta conducir, el transporte y el camión, como es mi caso, tampoco lo ves como un trabajo”.
"Es un trabajo cualquiera, como ser comercial, pero en un camión"
Conde representa un perfil muy habitual en el mundo del transporte: su padre era camionero, así que el camión fue parte de su vida desde niña y siempre tuvo claro que era su vocación: “Desde pequeña sabía que quería andar en camión”. Por eso mismo, también, planea seguir con la empresa familiar cuando su padre se jubile. Una fórmula más o menos habitual en el sector, en la que abundan las compañías formadas por familias de conductores.
Es el mismo caso que el de Cristina Fragua (37 años), camionera de Alcira (Valencia), madre de tres hijos y con padre, tío y sobrino camioneros. Durante su vida adulta, había trabajado un poco de todo (“de cajera, de camarera, limpiando, en un almacén de naranjas, de teleoperadora”) hasta que poco después de la cuarentena se sacó el carné C. Ahora acaba de obtener el de tráiler. “Trabajo no me ha faltado en ningún momento”, explica.
Conde también pasó unos cinco años trabajando en el sector de la automoción para ahorrar. Es una de las beneficiarias de la beca Woman. También, uno de los trabajadores (no solo mujeres) más jóvenes del sector. Aunque en Portugal hay más conductores de su edad, en España solo conoce a una más como ella. “La gente tiene una idea un poco equivocada del sector”, explica. “Cuando alguien viene conmigo en el camión un día lo termina viendo de forma diferente: la mayoría de empresas están adaptadas, tienen duchas, baños, es un trabajo cualquiera, como el de comercial, pero en el camión”.
Aunque los conductores de larga distancia sí deben pasar varios días fuera de casa, muchos otros respetan la jornada laboral de ocho horas y retornan a su hogar cada noche. Conde suele limitarse a su comunidad autónoma y Galicia, donde hay mucha demanda de transporte de frigoríficos y lonas. “La gente tiene la sensación de que siempre te tiras toda la semana fuera de casa, tirado y sin ducharte, pero no es así”, explica.
"Hay mucha gente apasionada de la soledad a la que le apetece estar tiempo fuera"
Una de las características que las conductoras suelen resaltar de su trabajo es la independencia laboral y, aunque pueda parecer sorprendente, la conciliación. Conde, por ejemplo, valora positivamente su “horario de ocho horas, que me permite tener un plan de vida”. Como recuerda Torrecilla, “hay gente apasionada de la soledad a la que le apetece pasar semanas fuera de casa”.
Está de acuerdo Fragua con la importancia de la libertad: “Vas a tu aire, sin escuchar a nadie, pones tu música y vas un día aquí, otro allí”. No quiere necesariamente decir que estén solas, como matiza Peris Borrás, al recordar que “nunca me siento realmente sola, porque siempre estás hablando con alguien”.
Para ser feliz quiero un camión
Hay dos grandes perfiles de mujeres que deciden sacarse un carné de camión, añade Torrecilla. Por un lado, el de las de algo más de veinte años que se decantan por la conducción como primera carrera profesional. Por otro lado, el de las mujeres de más edad que “han tenido otra profesión y se reinventan porque ven una buena oportunidad”.
@soycris_86 Compartir tu pasión y trabajo con tu hija no tiene precio . Momentos irrepetibles y preciosos.#trailer #españa #camionera#sueñocumplido#compartiendomomentos ♬ Vuela Libre - Caty Ocaña
Fragua encaja en este segundo perfil. Decidió sacarse el carné al ver que sus hijos (10, 16 y 17 años) ya eran mayores y, por lo tanto, pasar la semana fuera de casa, en el camión, no era tan problemático. Económicamente, le compensa más que sus trabajos previos, aunque, como recuerda, “ganas más, pero trabajas más”. Al mes cobra entre 1.200 y 1.300 euros. “Tanto como que no hay conductores, no, lo que no hay son sueldos para los conductores, porque nadie trabaja gratis”, añade.
“Se ha producido una desvirtuación de la imagen de camionero”, recuerda Torrecilla. “Cuando éramos pequeños era una profesión idealizada, el conductor era el señor que se paraba y te echaba una mano si había algún problema. Eso se ha perdido porque no se ha sabido transmitir la importancia de un sector que mueve 600.000 empleos directos y el 90% de mercancías”. Tan solo durante la pandemia se prestó un poco más de atención al heroico trabajador esencial que era el camionero, pero pronto ese interés desapareció. Un escenario de posible automatización está aún muy, muy lejos, añade.
Ninguna se ha sentido discriminada por ser mujer, coinciden
Un buen ejemplo es el de Fragua, que en sus palabras, apenas pesa 40 kilos. Muchos no se creen que sea camionera. Además, tiene una cuenta de TikTok donde narra su experiencia como camionera, a veces al ritmo de Los Chichos, a veces de Cobrah. “Hasta que me jubile, nadie me baja del camión, soy la más feliz del mundo”, añade.
“Si alguien se lo está pensando y económicamente puede, que se lo saque, porque no caduca y está ahí para siempre, por probar no pierdes nada”, concluye Peris Borrás. “Al principio pensaba que no iba a encajar, pero qué va, es un trabajo normal y corriente como otro cualquiera”. Eso es lo más especial de las mujeres camioneras, que no tienen nada de diferente. No es un entorno machista y nunca se han sentido discriminadas, coinciden. Si alguien quiere probar, anima Conde, que se monte en un camión un día y pruebe. Se sorprenderá de que no hay nada sorprendente.
"A mí me encanta. Se me pasa el día volando, es un trabajo tranquilo, no tienes a nadie detrás dándote el tostón. Tienes que cumplir con el reparto, pero puedes organizarte el día para salir lo antes posible. Me pongo en marcha a las cinco de la mañana, pero a las tres de la tarde he terminado. No tengo que dormir ninguna noche fuera, así que no me puedo quejar".
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