A un tubero nunca le falta trabajo: el oficio que muestra qué pasará tras la Gran Jubilación

En 1971 se abrió la primera refinería del Complejo Petroquímico de Tarragona. Fue el pistoletazo de salida de una de las industrias más potentes del litoral levantino, que durante décadas dio trabajo a decenas de miles de personas en las plantas de Repsol o Dow Chemical. Sobre todo, a esa generación que hoy abandona sus puestos de trabajo camino a la jubilación sin que haya un relevo claro. Soldadores, montadores, ajustadores-mecánicos o tuberos.

Jordi García es uno de esos tuberos que durante años desempeñó ese oficio casi en vías de extinción. "No hay tuberos, no se encuentran ahora mismo", explica a El Confidencial. A sus 42 años es encargado en Ipsum Proyectos Industriales, otra de esas empresas del sector, pero antes de eso, trabajó más de una década como tubero. Disfruta hablando de su antigua labor, que consiste en fabricar y montar los miles de kilómetros de tuberías que unen los equipos y las distintas plantas de los complejos industriales.

"Los padres trabajaron en estas profesiones pero los hijos no quieren"

Como tantos compañeros, comenzó a trabajar de joven, porque su padre era encargado en una de las empresas de la región. Primero en verano, luego a tiempo completo. "Me empezó a gustar porque cada día aprendías algo nuevo", añade. Durante todos esos años, vio cómo una generación desaparecía sin que llegara a contar nunca sus secretos. "Todos esos cálculos que sabían hacer se han perdido, yo aprendí de la gente que se ha jubilado y por mi cuenta todos esos años".

Las empresas de la región ahora se encuentran con un doble problema: no solo no hay oferta de trabajadores, sino que el conocimiento no ha pasado de generación en generación. La de tubero es una de esas profesiones que suelen asomar la cabeza cada cierto tiempo en los catálogos de oficios de difícil cobertura en regiones donde la industria tiene un gran peso, como Navarra, Burgos o Murcia. Mucha gente ni siquiera sabe qué es un tubero, lamentan.

"Lo que nos dicen las empresas es que los tuberos experimentados están a punto de jubilarse, que no ha habido transferencia del conocimiento a los aprendices, y muchos se han ido a otros países atraídos por el sueldo", explica Aitor Lallana, profesor del Instituto Pere Martell de Tarragona y uno de los responsables del proyecto Diseño y fabricación de una estación formativa para el aprendizaje de instalaciones de tuberías industriales de CaixaBank Dualiza, junto al Centro Menesianos Zamora Joven de Zamora. "Así que si alguien es tubero no va a tener problemas para encontrar trabajo, porque tiene que ser rápido de mente y no todo el mundo vale para ese oficio".

"Uno de los problemas que tenemos es que ha habido un cambio generacional que está marcando esa job vacancy rate en los sectores tradicionales, esos que no están tan de moda ahora", explica Javier Blasco, director de The Adecco Group Institute. "Los padres ejercieron esas profesiones, pero los hijos no quieren seguir sus pasos, probablemente por falta de información, tanto de qué tipo de formación se necesita como de salarios. Es lo que está pasando en la industria y en la construcción, a lo que se une que en la anterior crisis había un colectivo importante de inmigrantes que cubría esas necesidades y bien ha cambiado de sector o se ha jubilado, lo que ha ampliado aún más esa brecha".

"En todas las comunidades hay la sensación de que no se van a cubrir esos huecos"

"En Tarragona hay mucha oferta y mucha demanda, las empresas están buscando perfiles de todos los tipos porque no encuentran profesionales cualificados, ya sean de automoción, de talleres mecánicos, imprentas o mantenimiento industrial", añade Lallana, que es profesor del departamento de fabricación mecánica. "En País Vasco pasa lo mismo, en todas las comunidades hay la sensación de que en unos años va a haber una jubilación importante de profesionales, pero no saben cómo cubrir esos huecos".

Una cuestión española

La de tubero es una profesión que resume la situación de tantas otras de la España de la Gran Jubilación. Un oficio que se transmitía de los trabajadores veteranos a los jóvenes, que sirvió para dar empleo a los hijos de la España de la industria y del boom inmobiliario y que tras su jubilación han dejado atrás un gran vacío difícil de llenar. Lo que ha provocado que, de repente, haya demanda y no se encuentren trabajadores cualificados. Como añade Lallana, "quizá la sociedad ha cambiado, la gente a lo mejor no se ve trabajando de eso".

"Es cierto que existe escasez de oferta laboral en algunos trabajos cualificados", explica Marta Martínez Matute, economista de la Universidad Autónoma de Madrid, que señala que se debe sobre todo a las condiciones laborales existentes. "La especialización del capital humano depende de los incentivos del mercado de trabajo: sabemos que los estudiantes que eligen estudios universitarios tienen información sobre la empleabilidad y el salario que van a percibir cuando sean egresados, y que mayores salarios y mejores condiciones hacen que la inversión en capital humano sea más rentable".

Esa es la principal razón por la que, durante las últimas décadas, tubero ni siquiera era una posibilidad si cabía la alternativa de optar por un estudio universitario. Sin embargo, la situación está cambiando poco a poco de mano de una fuerte apuesta de los distintos gobiernos por la Formación Profesional. En los últimos años, recuerda Lallana, cada vez hay más demanda en centros como el suyo. En el curso 2021-2022, la FP superó por primera vez el millón de estudiantes, un crecimiento de un 29,8% durante los últimos cinco años.

"Si no encuentran profesionales, tendrán que subir sueldos u ofrecer otros horarios"

Para Blasco, no hay más trabajadores cualificados en estos sectores por falta de información. "No es solo que no estén mal remunerados, es que están mucho mejor pagados que la media de los salarios universitarios", responde cuando se le pregunta por los niveles de algunos de estos perfiles sin cubrir. "Dependiendo de la provincia y el convenio colectivo, puedes plantarte en Vizcaya con unos 50.000 anuales. No se sabe que trabajos como tornador o fresador no tienen la penosidad que tenían, incluso con jornadas que permiten mejor la conciliación y sectores que están cada vez más industrializados y robotizados con menos peso de la fuerza física". Esos prejuicios también limitan, por ejemplo, la incorporación de la mujer.

Martínez señala que hay varios factores que explican que España haya llegado a esa situación. Por una parte, "el gran desajuste entre la oferta y la demanda de trabajo", un fenómeno común a otros países cercanos, con la diferencia de que las tasas de desempleo en nuestro país son más elevadas. "Quizá en este sentido hay que mejorar las políticas activas de colocación que reduzcan este desajuste, invertir en formación de nuevas habilidades y educación y en aquello que haga que los individuos adquieran habilidades que demande el mercado de trabajo de futuro", propone. Para ser tubero, por ejemplo, se necesita un certificado de profesionalidad que puede obtenerse en relativamente poco tiempo.

¿Compitiendo con Arabia Saudí?

Otro de los motivos por los que no es tan fácil encontrar tuberos es porque la demanda es también elevada en otros países con los que España no puede competir. "Muchos se han ido a otros países atraídos por los sueldos, porque si les pagan el doble en Alemania, se van a Alemania", añade Lallana. "Me cuentan mucho que en Arabia Saudí les pagan en proyectos concretos de un mes lo que aquí pueden cobrar en un año". La ventaja para las empresas españolas es que no resulta fácil marcharse de tu hogar y empezar una nueva vida en el otro rincón del mundo.

"Las manufacturas españolas han elevado mucho su competitividad con respecto a otros países", explica Martínez. "No obstante, hay aspectos en los que se puede mejorar. Por ejemplo, aún destaca la escasez de grandes empresas en este sector: en Alemania, casi un 70% del valor añadido se genera por grandes empresas, mientras que en España este porcentaje apenas alcanza el 45%, solo por delante de Italia en la UE. Las políticas en este sentido deberían ir encaminadas a incentivar estrategias de crecimiento empresarial que permitan alcanzar mejores niveles de productividad, salarios y competitividad, en la línea de otros países".

El gran elefante en la habitación es esa migración de trabajadores formados en España. "Si ven que no encuentran profesionales, tendrán que adaptarse a la sociedad en la que viven, no sé si subiendo sueldos, ofreciendo otros horarios…", valora Lallana. Como recuerda Martínez, la oferta y la demanda se ajustan a través de inmigración o la participación laboral, pero también con el salario: “Si la oferta es escasa con respecto a la demanda, el salario tendría que subir en este tipo de ocupaciones si el mercado de trabajo funcionara sin restricciones o barreras de entrada”, explica. "Pero las instituciones del mercado de trabajo (como la negociación colectiva, por ejemplo) y las políticas públicas pueden influir en ello". Los tuberos tienen cogida la sartén (o el tubo) por el mango a la hora de negociar sus condiciones.

Muchos se han marchado a otros países "aunque aquí está buen remunerado"

Jordi es consciente de que muchos de sus compañeros se han marchado a otros países porque "aunque dentro de los baremos está bien remunerado, como en todos los sectores, se ha notado un bajón del salario". Sin embargo, anima a los jóvenes a los que les gusta realizar trabajos manuales a que se lo planteen, no solo por el sueldo, las condiciones o la demanda. "Para mí es bonito y gratificante, porque puedes realizar algo que ha hecho un ingeniero, lo fabricas y lo montas tú, y te vas satisfecho de haber hecho un buen trabajo", concluye. "A un joven le diría que fuese con voluntad y ganas de aprender, con esos dos gestos mejoraría mucho la cantera".