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Europa necesita aprovechar la transición energética para competir con China y EEUU
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OBSERVATORIO EL CONFIDENCIAL-MAPFRE

Europa necesita aprovechar la transición energética para competir con China y EEUU

España parte de una posición privilegiada por su elevada producción renovable y diversificación del suministro, pero sigue teniendo un problema con los precios de la industria

Foto: Un momento de la mesa de expertos del Observatorio.
Un momento de la mesa de expertos del Observatorio.

La energía es tres veces más cara para la industria europea que para la norteamericana. Y así resulta muy difícil competir en un mundo global. La reflexión, que sobrevuela los despachos de Bruselas, también preside la tercera sesión del Observatorio Económico de El Confidencial y Mapfre Economics, que en esta ocasión cuenta con un invitado especial: Miguel Gil Tertre, economista jefe de la Dirección General de Energía de la Comisión Europa. "Como señaló la presidenta, Ursula von der Leyen, tenemos que trabajar en nuestra competitividad. El diferencial de los precios de la electricidad se ha incrementado con otras regiones del mundo como Estados Unidos y China", destaca.

La Unión Europea se juega su crecimiento y para ello tiene que emprender profundas reformas, entre las que la energética se antoja como una de las principales. A diferencia de en otros ámbitos, los Veintisiete no se han arrugado en este, acuciados por el cierre del grifo ruso. Junto a la digital, la transición energética se ha situado como una de las dos grandes patas que inspiran todas las políticas comunitarias, entre ellas los fondos NextGenerationEU. Pero no solo se trata de descarbonizar la economía, a través de la reducción del uso de combustibles fósiles y el impulso de las energías renovables, sino de hacerlo sin aumentar los costes ni dejar a nadie por el camino.

Ha llegado la hora de la autocrítica: en ocasiones, las autoridades comunitarias no han puesto encima de la mesa los trade off, es decir, las renuncias que hay que hacer para conseguir la transición energética. Como en cualquier otro ámbito, coinciden varios miembros del panel, es necesario que los Estados ganadores y perdedores del proceso se den cuenta de que esa es la salida adecuada. Solo así se logrará la integración necesaria para avanzar y competir, aunque haya que compensar a los perdedores, ya sean países miembros, empresas o ciudadanos.

España, bien situada

A diferencia de otras transformaciones, los miembros del Observatorio Económico coinciden en que España se encuentra en una situación privilegiada para afrontar la transición energética. Gil Tertre recuerda que nuestro país tiene una mayor cuota de generación renovable en el mix que la media europea, pero también una oferta energética muy diversificada. Con estas dos fortalezas, ahora el desafío es desarrollar más las redes y la distribución, reducir la vulnerabilidad del sistema y, sobre todo, acelerar los permisos, integrar mejor la producción y el consumo de energía y avanzar hacia la electrificación de la economía, un tema aún pendiente. "España tiene buenas condiciones para la competitividad futura de la industria con sus renovables", destaca.

Foto: Imagen de la reunión del Observatorio El Confidencial-Mapfre.

Sin embargo, al igual que los precios del suministro para las fábricas en Europa son más altos que los de Estados Unidos, los de nuestro país son más elevados que los de otros del continente, en parte por efecto de las ayudas estatales de las naciones con mayor músculo fiscal. Judith Arnal, investigadora sénior del Center for European Policy Studies (CEPS) y del Real Instituto Elcano, pone de relieve que algo está fallando: "El principal problema es el de la estabilidad de los costes energéticos, que son superiores a los de Francia y Alemania". El diseño regulatorio, coinciden los panelistas, resulta clave en este sentido, ya que todavía no se ha adaptado a la transformación del mix, con mayor presencia de una renovable que produce de forma tan barata como intermitente.

En las últimas semanas, además, los precios negativos de la electricidad en el mercado mayorista han puesto en guardia a los inversores, temerosos de no obtener el retorno que justifique los desembolsos. De ahí la importancia de mejorar los sistemas de almacenamiento, que eviten una volatilidad como la actual, además de reforzar las interconexiones para acabar con el aislamiento de nuestro país respecto al resto del continente, y así poder equilibrar los precios de los diferentes mercados. En ese sentido, los miembros del Observatorio lamentan que en los fondos de recuperación no se hayan incluido proyectos transfronterizos, como las infraestructuras energéticas que son necesarias en el ámbito continental.

Foto: Imagen de la reunión del Observatorio El Confidencial-Mapfre.

Al final, Europa quiere hacer la transición, pero cada país va por su lado. Y esa tentación de caminar hacia soluciones nacionales tiene como consecuencia que el sector de la energía no esté integrado. Mientras tanto, otras potencias, como China, gozan de una posición ventajosa en el suministro de materias primas críticas y bienes intermedios necesarios para llevar a cabo el proceso de transición energética, lo que constituye un desafío para la autonomía estratégica del continente. "La transición descansa sobre materiales críticos en los que hay una gran concentración, como señalan las evidencias de la Agencia Internacional de la Energía", resume Gil Tertre.

El problema de la financiación

Alejandra Kindelán, presidenta de la Asociación Española de la Banca, considera que otro de los problemas que tiene Europa, en comparación con Estados Unidos y China, es la dificultad de encontrar fondos para este proceso. De ahí que sea necesario crear un ecosistema de financiación. Actualmente, la bancaria supone el 70% del total, debido a la escasa profundidad del mercado de capitales y al excesivo celo regulatorio que limita instrumentos como las titulizaciones. Se trata de una asignatura pendiente más, que todos los panelistas llaman a resolver para que no solo sea el sector público, sino el privado, quien reme para llevar a buen puerto la transición. "Debemos desarrollar instrumentos financieros para atraer más capital privado a la transición energética. El gasto público no será suficiente", concluye Gil Tertre.

La energía es tres veces más cara para la industria europea que para la norteamericana. Y así resulta muy difícil competir en un mundo global. La reflexión, que sobrevuela los despachos de Bruselas, también preside la tercera sesión del Observatorio Económico de El Confidencial y Mapfre Economics, que en esta ocasión cuenta con un invitado especial: Miguel Gil Tertre, economista jefe de la Dirección General de Energía de la Comisión Europa. "Como señaló la presidenta, Ursula von der Leyen, tenemos que trabajar en nuestra competitividad. El diferencial de los precios de la electricidad se ha incrementado con otras regiones del mundo como Estados Unidos y China", destaca.

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