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Livakovic detiene el sueño de Japón en penaltis y alarga el legado de la Croacia de Modric
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Resultado agónico

Livakovic detiene el sueño de Japón en penaltis y alarga el legado de la Croacia de Modric

El portero balcánico detuvo tres de los cuatros lanzamientos nipones en la fatídica tanda de penaltis. La subcampeona del mundo ya está en cuartos de final tras derrotar a la revelación del torneo

Foto: Livakovic, héroe absoluto en la tanda de penaltis. (Reuters/Lee Smith)
Livakovic, héroe absoluto en la tanda de penaltis. (Reuters/Lee Smith)
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Estuvo cerca, muy cerca, pero Japón se quedó en la orilla de dar otra campanada histórica en el Mundial de Qatar. El combinado nipón, que empezó ganando el encuentro de octavos de final contra Croacia gracias al gol de Maeda en la primera parte, no pudo lograr el 2-0 en la segunda mitad. Ahí fue cuando Croacia reaccionó con un cabezazo histórico de Perisic por su belleza e importancia. Con el empate en el marcador, ambos conjuntos tuvieron sus oportunidades en la segunda parte y, aunque Croacia fue mejor, no obtuvo el premio del gol de la remontada. El partido se fue a la prórroga y Luka Modric, exhausto, fue sustituido en el que podía haber sido su último partido en un Mundial. El estadio le dedicó una sonora ovación. Sin goles en la prórroga para ninguno de los dos equipos, la eliminatoria se decantó en la tanda de penaltis. El portero croata, Livakovic, paró tres de los cuatro lanzamientos japoneses (Minamino, Mitoma y Yoshida), mientras que Vlasic, Brozovic y Pasalic anotaron. Solo Asano marcó para los asiásticos y solo Livaja falló entre los balcánicos. La subcampeona del mundo ya está en los cuartos del Mundial.

La primera parte se jugaría más a lo que quería Japón que a lo que deseaba Croacia. La selección nipona, que venía de tumbar a Alemania y a España en la fase de grupos hasta arrebatarle la primera plaza al combinado español, volvió a sorprender a un rival de máxima calidad. En un inicio de encuentro infernal, con Shogo Taniguchi rozando el primer gol para los asiáticos en un centro e Ivan Perisic para los croatas tras un fallo defensivo de Tomiyasu, quedó claro que viviríamos el encuentro más igualado de lo que llevamos de octavos de final hasta el momento. Los dos tendrían opciones claras de adelantarse en el marcador.

placeholder Daizen Maeda abrió la lata. (EFE/Georgi Licovski)
Daizen Maeda abrió la lata. (EFE/Georgi Licovski)

El plan de Japón era cristalino. Robar y correr. Bien parapetados en defensa y dejando a Croacia progresar con la pelota solo en los primeros pases, el combinado nipón volaba al contragolpe cada vez que recuperaba la pelota. Y mordía arriba. O esperaba si así lo requería la jugada. Brozovic perdía balones comprometidos y Modric firmaba la peor primera parte desde que empezara el Mundial. Nada es casualidad. Ahí, con Croacia mal colocada e insuficientemente agresiva en la recuperación de la pelota, los japoneses cogían a Croacia muy expuesta en transición defensiva.

La reacción croata

Un centro peligrosisimo merodeó el área sin encontrar rematador por fortuna para Croacia. La selección de Dalic era demasiado pasiva con y sin la pelota y solo Josko Gvardiol, el mejor central del Mundial hasta el momento, achicaba agua en tareas defensivas. A sus 20 años, el central del RB Leipzig ya es todo un líder capaz de mandar en la zaga de la subcampeona del mundo. Así de serio en su ascenso. Croacia consiguió bajar el ritmo del partido tocando y tocando. Entonces tuvo dos ocasiones claras, pero entre Petkovic y Kramaric no atinaron en el área de Gonda. Lo pagarían muy caro. Al filo del descanso, un centro lateral de Kamada a balón parado fue rematado por Yoshida, que tocó la pelota como pudo y Maeda batió a Livakovic. Japón daba la campanada. Otra vez.

La segunda parte inició con los mismos jugadores... y con Kamada buscando el 2-0 con un latigazo. Croacia necesitaba empatar, pero Japón era un quebradero de cabeza intenso, doloroso y punzante. Con más corazón que cabeza, el equipo croata empujó a Japón a su área. Las ocasiones no eran claras, aunque los croatas cambiaron el plan pasivo por el agresivo, mordiendo arriba. Los centros llovieron sobre el área asiática, tratando de encontrar la envergadura del gigantón Petkovic y la teórica inferioridad física japonesa.

placeholder Ivan Perisic celebra el empate. (Reuters/Matthew Childs)
Ivan Perisic celebra el empate. (Reuters/Matthew Childs)

En el minuto 55, después de 15 centros al área, Ivan Perisic remataría un centro de Dejan Lovren en uno de los mejores goles del Mundial. Un giro de cuello perfecto, un cabezazo potente y una precisión y potencia demoledora para Gonda. Croacia empataba y Endo contestó con un latigazo desde la frontal para Japón que despejó como pudo Livakovic. Modric, que había estado muy desacertado en la primera parte, emergió en la segunda mediante un misil que forzó la mejor versión de Gonda. Empezó el baile en la banda con la entrada de Budimir, jugador de Osasuna, por Petkovic en Croacia y de Mitoma y Asano por Maeda y Nagatomo.

El cambio de Dalic surtiría efecto y Budimir, absolutamente solo, falló un gol de cabeza cantado tras el centro de Barisic. Perdonó Croacia en los peores momentos de Japón otra vez, cuando Perisic cabalgó al contragolpe y solo la pierna de un defensor japonés evitó la remontada croata. El partido estaba en terreno balcánico y a balón parado provocaban pánico en la zaga de Japón. Responderían los asiáticos hasta que el partido se anestesió con la prórroga ya en el horizonte. Al final de los 90 minutos, Japón había sido mejor en la primera parte y Croacia, en la segunda.

Pacto de no agresión

La prórroga empezó con ambos equipos prácticamente fundidos. Nadie quería perder en la primera prórroga del Mundial de Qatar. Croacia era consciente de que los balones al área eran la kriptonita de Japón y no cejó en su empeño... pero no había ningún futbolista ajedrezado en el área. Japón decidió pasar al ataque, siempre basándose en su endiablada velocidad y los pases de Endo para Mitoma, Minamino y Asano. Croacia, que le vio las orejas al lobo, decidió rebajas las pulsaciones del partido y adueñarse de la pelota.

Sin novedades en el marcador, Dalic sustituyó a Modric en el que podría haber sido su último partido en un Mundial. Se llevó una gran ovación. Le acompañó Kovacic y entraron Majer y Vlasic. Cuando la primera parte de la prórroga ya agonizaba, Mitoma corrió con mucho espacio, Croacia no le cerró y disparó desde la frontal con dureza. Intervino Livakovic y ambos conjuntos se fueron con el 0-0 a la segunda mitad.

placeholder Modric se fue sustituido en la prórroga. (Reuters/Dylan Martinez)
Modric se fue sustituido en la prórroga. (Reuters/Dylan Martinez)

Orsic y Livaja entraron en la reanudación por Perisic y Budimir (tras haber entrado este en la segunda parte). Sin embargo, sería Japón quien llevaría la boz cantante con el revolucionado Mitoma. El futbolista japonés, muy activo desde que entró, puso un balón de oro en el área al que ninguno de sus compañeros llegó por muy poco. Croacia solo intimidaba a balón parado, con un centro de Orsic sin rematador y otro envío de Juranovic. Tuvo un disparo franco Majer desde la frontal... pero falló. El bombardeo croata murió en las manos de Gonda y la tanda de penaltis llegó porque era justo lo que Japón y Croacia deseaban.

Minamino falló el primer lanzamiento tras la parada de Livakovic. Vlasic no perdonó. Mitoma volvió a fallar el segundo lanzamiento japonés. Brozovic mostró nervios de acero. Asano anotó el primer gol nipón en el tercer lanzamiento. Livaja, muy tranquilo, estrelló su pena máxima en el palo para añadir emoción. Yoshida fallaría el tercero, con Livakovic parando otro. Pasalic anotaría el gol de la victoria para dar el pase a los cuartos de final a la subcampeona del mundo en Rusia 2018.

Estuvo cerca, muy cerca, pero Japón se quedó en la orilla de dar otra campanada histórica en el Mundial de Qatar. El combinado nipón, que empezó ganando el encuentro de octavos de final contra Croacia gracias al gol de Maeda en la primera parte, no pudo lograr el 2-0 en la segunda mitad. Ahí fue cuando Croacia reaccionó con un cabezazo histórico de Perisic por su belleza e importancia. Con el empate en el marcador, ambos conjuntos tuvieron sus oportunidades en la segunda parte y, aunque Croacia fue mejor, no obtuvo el premio del gol de la remontada. El partido se fue a la prórroga y Luka Modric, exhausto, fue sustituido en el que podía haber sido su último partido en un Mundial. El estadio le dedicó una sonora ovación. Sin goles en la prórroga para ninguno de los dos equipos, la eliminatoria se decantó en la tanda de penaltis. El portero croata, Livakovic, paró tres de los cuatro lanzamientos japoneses (Minamino, Mitoma y Yoshida), mientras que Vlasic, Brozovic y Pasalic anotaron. Solo Asano marcó para los asiásticos y solo Livaja falló entre los balcánicos. La subcampeona del mundo ya está en los cuartos del Mundial.

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