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Heroico Real Madrid: resucita y elimina al Chelsea en otra noche histórica (2-3)
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Heroico Real Madrid: resucita y elimina al Chelsea en otra noche histórica (2-3)

El Real Madrid se clasifica para las semifinales de la Champions con un gol de Benzema en la prórroga tras un partido en el que el Chelsea se puso con 0-3. Otra gesta en Europa

Foto: Benzema celebra el gol que clasifica al Real Madrid. (Reuters/Juan Medina)
Benzema celebra el gol que clasifica al Real Madrid. (Reuters/Juan Medina)

Se ha dicho tantas veces, que parece poco original y repetitivo. Pero es lo especial que tiene este equipo en Europa por cómo se transforma. Al Real Madrid hay que matarlo y cuando esté en el suelo, rematarlo. Supera lo impresionante. Es increíble y digno de admirar. El Chelsea es otro de esos equipos, como le sucedió al Paris Saint-Germain, que lo dejó con un hilo de vida y el Madrid se agarró a él para resucitar. Se levantó y tuvo fe, fuerzas, orgullo y fútbol para tumbar al rival. Reaccionó con otra remontada en un partido que se fue a la prórroga, marcó Benzema y eliminó al campeón de Europa. Está en las semifinales.

La recomendación en el Real Madrid era no dejarse llevar por la renta del partido en Stamford Bridge. Los goles de Benzema eran una bendición. Pero no aseguraban la clasificación. Quedaba un partido y el Chelsea sacó el rodillo en el Bernabéu. Se puso 0-3 en el minuto 75. Un pase magistral de Modric a Rodrygo, cinco minutos después, y el remate al primer toque del brasileño mandó el partido a la prórroga. El Madrid fue inferior y pasó de tirar la ventaja de dos goles a tener que hacer otra remontada.

En la prórroga surgió una nueva heroicidad. En el minuto 96, marcó Benzema de cabeza tras un centro de Vinícius en una jugada que se inició en una recuperación de Camavinga. Vinícius no había tenido un buen partido, pero no desfalleció. Es incombustible. Tuvo claridad para poner un balón de gol a su socio Benzema. El Bernabéu entró en éxtasis tras una noche de sufrimiento, de terror y angustia.

placeholder Werner marca ante la salida de Courtois el tercer gol del Chelsea.
Werner marca ante la salida de Courtois el tercer gol del Chelsea.

El partido no se pareció en nada al de Londres. El Real Madrid saltó al Bernabéu con poca decisión y el Chelsea, con un espíritu más valiente y ambición, llegó con mucha facilidad a la portería de Courtois. La diferencia está en salir decidido o medio decidido. El equipo de Ancelotti hizo lo segundo y vivió una noche de terror a partir del cuarto de hora con el gol de Mason Mount. El Chelsea encontró un agujero por el centro de la defensa. Por la zona de Alaba y Nacho se coló el jugador inglés. El desajuste táctico dejó solo a Mount, que fusiló a Courtois.

Los miedos del Madrid

A partir del gol aparecieron los miedos en el Real Madrid. El inicio del partido parecía otra cosa. El planteamiento de Ancelotti fue ir a buscar al Chelsea en su campo, pero lo ejecutó con menos fe e intensidad que en Londres. El Chelsea tenía más espíritu, otro brío y mandó en el partido a partir del gol. Al Real Madrid le faltaba amenaza. Vinícius intentó desbordar, consiguió sacar una tarjeta amarilla a Reece James. La falta la lanzó Benzema por arriba del larguero. El francés no tenía la precisión que mostró en Stamford Bridge. Vinícius se diluyó. El Real Madrid perdió el control muy pronto, llegó el gol, se apagó el ímpetu de los de Ancelotti y el Chelsea se sintió cómodo y jugó en plan dominador.

Era un Real Madrid aterrado contra un Chelsea herido y crecido. El equipo inglés, bien armado con una estructura sólida y vertical, metió al Madrid atrás. Era la repetición del equipo atrincherado que se vio en París. Sufrió para pasar la línea de medio campo, la pelota le duraba poco, las acciones de contraataque eran nulas. Un Madrid sin conexión y más pendiente de mantener el orden y no cometer errores que de asumir riesgos. La superioridad del Chelsea hacía mella en la fragilidad mental de los de Ancelotti. La noche mágica cambió a un clima de sufrimiento en el césped y en la grada. La misión era contener al campeón de Europa y agarrarse a la renta del resultado del partido de ida.

placeholder Rodrygo celebra el primer gol al Chelsea.
Rodrygo celebra el primer gol al Chelsea.

No funcionaba el Real Madrid en la elaboración, le faltaban agresividad y profundidad. No estaba fino ni preciso. Modric y Kroos estaban desaparecidos. Le vino bien el descanso para respirar y analizar si era conveniente hacer un ejercicio de supervivencia. No cambió nada. El Chelsea salió a morder, a cazar el segundo gol ante un rival que veía débil. Lo consiguió a los cinco minutos del inicio de la segunda parte con un cabezazo de Rüdiger tras un saque de esquina. Una acción escandalosa. No era córner. El disparo de Reece James no tocó en nadie. El Chelsea empató la eliminatoria en una jugada injusta. Era superior en fútbol, pero el error arbitral perjudicó a los de Ancelotti.

Empezó un nuevo partido. Reaccionó el Real Madrid con una internada de Benzema, interceptada por la defensa rival. Kroos lanzó una falta que desvió el portero Mendy en una estirada. Era la primera acción de peligro y llegaba en el minuto 55. El Madrid sacó el carácter y el orgullo. Empezó a apretar con más corazón que acierto. Necesitaba meterse en el partido, la eliminatoria entró en el escenario de la épica. Llegaba más. Fede Valverde enganchó un zambombazo dentro del área que se fue por encima del larguero. El ambiente en el Bernabéu era ya el de las remontadas. Duró poco. Un error de Ferland Mendy, una pérdida del balón, provocó la acción directa del Chelsea y el gol anulado a Marcos Alonso. Intervino el VAR. En el rebote con Carvajal, la pelota tocó en la mano del jugador español del Chelsea. Respiró y se salvó el Madrid. Lo celebró el Bernabéu como un gol propio.

El pase magistral de Modric

El partido aumentó las revoluciones, entró en un correcalles y llegó la mejor acción de peligro con un cabezazo de Benzema al larguero. El Real Madrid se activó, se quitó los miedos y fue a por lo que tenía que hacer desde el principio. A marcar el gol. Ancelotti quitó a Kroos y metió a Camavinga. Necesitaba energía y piernas. El alemán se fue con mala cara.

Duró poco el efecto Camavinga. Timo Werner, en una jugada personal, marcó el tercer gol. Superó a Casemiro, primero, Alaba después y luego a Carvajal. Disparó ante la salida de Courtois, la pelota tocó ligeramente en el portero belga y entró. Una sacudida. Ancelotti hizo un doble cambio: Marcelo y Rodrygo por Mendy y Casemiro. En la primera acción, Courtois evitó el cuarto en una intervención a un cabezazo de Havertz. El Real Madrid no se rindió. Volvió la épica con el gol de Rodrygo. Un pase espectacular con el empeine exterior de Modric lo remató el joven brasileño. Rodrygo y Modric resucitaron al Real Madrid, que acabó el partido con Lucas Vázquez de lateral y Carvajal de central por lesión de Nacho. El equipo echó en falta a Militao. Pero se dejó el alma. Así se fue el partido a la prórroga. Se vino arriba con la garra que solo tiene el Real Madrid.

No hay una explicación a la transformación en la prórroga de un Real Madrid que hace milagros futbolísticos. Sufrió, se levantó y reaccionó. Serán el escudo, la historia, la fuerza que transmite el Bernabéu en las noches europeas. Sea lo que sea, es admirable. Nunca se rinde.

Se ha dicho tantas veces, que parece poco original y repetitivo. Pero es lo especial que tiene este equipo en Europa por cómo se transforma. Al Real Madrid hay que matarlo y cuando esté en el suelo, rematarlo. Supera lo impresionante. Es increíble y digno de admirar. El Chelsea es otro de esos equipos, como le sucedió al Paris Saint-Germain, que lo dejó con un hilo de vida y el Madrid se agarró a él para resucitar. Se levantó y tuvo fe, fuerzas, orgullo y fútbol para tumbar al rival. Reaccionó con otra remontada en un partido que se fue a la prórroga, marcó Benzema y eliminó al campeón de Europa. Está en las semifinales.

Karim Benzema
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