Ni Benzema ni Rodrygo: el héroe fue Courtois y su parada cuando nadie creía en el Real Madrid

La cara de Thibaut Courtois no mentía: corría el minuto 75 y el belga miraba al cielo tratando de encontrar una explicación a lo que estaba ocurriendo. Timo Werner, tras una desafortunada acción defensiva del Real Madrid —la enésima en el partido ante el Chelsea—, se plantaba solo ante él y, con algo de fortuna, el balón pasaba entre sus piernas para poner el 0-3 en el marcador. La eliminatoria acababa de cambiar de signo, pero 'Tibu' sabía que no se podían bajar los brazos.

Pongámonos en situación: el Madrid llegó de Stamford Bridge con una renta de 1 a 3, tras dar un baño de fútbol al vigente campeón de Europa y demostrando una superioridad insultante bajo la lluvia de Londres. Una semana después, en solo 75 minutos, el Chelsea había dado la vuelta al marcador... y gracias, porque el dominio en el Santiago Bernabéu era tan aplastante que el marcador podía ser mucho mayor. Solo la falta de puntería lo impedía.

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Y decimos la falta de puntería porque, hasta ese minuto 75, Courtois no había tenido que hacer una sola parada. En el '15, un balón muerto en el área permitió a Mason Mount fusilarle a placer; en el '51, a la salida de un córner, Antonio Rudiger la mandaba a la jaula y, a pesar de su estirada, no lograba salvarla, y en el '75, el ya citado gol de Werner que tocó, pero no pudo evitar. Cualquier jugador hubiera bajado los brazos... Pero el Madrid y su portero son de otra pasta.

¿Saben qué pasó solo un minuto después del 0-3 del Chelsea? Quizá muchos lo hayan olvidado o no lo recuerden, pero cuando el Madrid estaba con un pie en la lona y casi noqueado, Courtois se inventó una parada monumental a Havertz difícil de explicar. El alemán, entrando como un tanque en el área, se sacó un cabezazo canónico abajo y ajustado al palo. El meta belga voló con agilidad felina para hacer un paradón increíble. No se llevó los focos, pero permitió lo que vino después.

Como es lógico, el posterior gol de Rodrygo para igualar un partido que estaba perdido y el tanto en la prórroga de Benzema para clasificar al Madrid a las semifinales de la Champions quedarán en la retina de los aficionados para siempre, pero esa acción de Courtois marcó el partido. Sin esa estirada en un momento tan complicado del partido, sin esa impresionante mano cuando peor lo pasaba el Madrid, el Chelsea hubiera matado la eliminatoria. Y, sin embargo, el Madrid logró una vida extra.

El belga, que ha sido decisivo para el Madrid desde el comienzo de la temporada, no tuvo ante el Chelsea su partido más brillante, pero apareció en el momento en que hizo falta para salvar a su equipo. Y si no, que se lo digan a Hakim Ziyech en el minuto 114 de la prórroga, cuando tras un gran contraataque de los 'blues' se plantó mano a mano con el belga y, tras fusilarle a bocajarro, recibió otra parada de genio para evitar el tanto que hubiera igualado de nuevo la eliminatoria.

Courtois tuvo tiempo, incluso, de dejar una 'delicatessen' en forma de regate a Havertz en salida de balón para, tras el pitido final, alzar los puños al cielo y gritar de alegría. Los jugadores corrieron como locos a abrazarse a Benzema, autor del gol definitivo, a Modric por su enorme partido, y a Rodrygo por obrar el milagro. No muchos se acordaron del belga, abocado a la soledad del portero. Pero que a nadie se le olvide que, sin esa parada en el '75, nada de lo que pasó hubiera sido posible.