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Por qué Fernando Alonso apareció con los pulgares vendados después de la carrera de Melbourne
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EN EL GRAN PREMIO DE AUSTRALIA

Por qué Fernando Alonso apareció con los pulgares vendados después de la carrera de Melbourne

El golpe en clasificación fue severo y Alonso recibió buena parte del impacto en sus manos, lo que le hizo comprobar rápidamente si sufría algún tipo de fractura en los dedos

Foto: Alonso, tras la carrera de Melbourne. (EFE/EPA/James Ross)
Alonso, tras la carrera de Melbourne. (EFE/EPA/James Ross)

Fernando Alonso vivió un Gran Premio de Australia para el olvido. Al piloto español no le salió nada en pista, tuvo un fin de semana con demasiados problemas y, por si fuera poco, acabó último en Melbourne... y con las manos vendadas. La imagen sorprendió a propios y extraños, cuando al término de la carrera y ya con el mono fuera, se pudo ver al asturiano vestido con los colores del equipo y con protecciones en sus dedos pulgares. ¿Qué había pasado?

La explicación es sencilla: el accidente sufrido el sábado pudo tener muchas más consecuencias de las que, por fortuna, tuvo finalmente. Alonso estaba yendo realmente bien en clasificación, con un coche rápido, marcando buenos parciales y con capacidad de acabar en las primeras líneas de la parrilla de cara al domingo... pero fue en plena Q3 donde todo se fue al traste. Un problema con el sistema hidráulico acabó con el español pegando contra el muro.

Foto: Artem Severiukhin, haciendo el saludo nazi en el podio. (YouTube)

Alonso estaba marcando una vuelta increíble, con récord en el segundo parcial, y enfocaba la curva 11 a gran velocidad... pero, al llegar al vértice, se dio cuenta de que algo no iba bien. El coche no respondía y no podía bajar de marcha, lo que provocó un impacto contra el muro por encima de los 100 kilómetros por hora. A pesar de ello, las imágenes confirman la valentía del piloto español, que intentó domar su coche hasta el último momento sin soltar el volante.

El golpe fronto-lateral fue severo y Alonso recibió buena parte del impacto en sus manos. De hecho, a los pocos segundos del accidente, se puede comprobar cómo una de las primeras cosas que hace el español es mover sus manos rápidamente. ¿Qué buscaba? Seguro que sentía gran dolor tras el impacto y simplemente trataba de comprobar que era una sensación momentánea y que no existía ningún tipo de fractura en ninguno de sus dedos.

Ese golpe es el que provocó que Alonso compitiera el domingo con protecciones en sus manos, aún doloridas, y cuyas imágenes pudieron verse una vez se retiró el mono y los guantes al término de la prueba. Y es que el golpe no fue ninguna tontería: no solo por la velocidad a la que impactó, en cuarta y sin poder reducir por la pérdida del hidráulico, sino porque, en un impacto así, es el volante el que termina asumiendo la energía que se genera... y más si las manos no lo han soltado.

De hecho, este mismo fin de semana ocurrió algo similar en la IndyCar, donde la leyenda Jimmie Johnson sufría un golpe similar y, el impacto del volante le provocaba la fractura del dedo meñique de su mano derecha. Este tipo de golpes son peligrosos por sí mismos pero, además, pueden generar un daño colateral en las manos. Por eso, muchos pilotos suelen poner sus manos cruzadas sobre el pecho para evitar problemas, pero Alonso estuvo valiente e intentó corregir el coche.

Fernando Alonso vivió un Gran Premio de Australia para el olvido. Al piloto español no le salió nada en pista, tuvo un fin de semana con demasiados problemas y, por si fuera poco, acabó último en Melbourne... y con las manos vendadas. La imagen sorprendió a propios y extraños, cuando al término de la carrera y ya con el mono fuera, se pudo ver al asturiano vestido con los colores del equipo y con protecciones en sus dedos pulgares. ¿Qué había pasado?

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