Por qué la bomba Rubiales estalló en el momento oportuno y se lleva a Rocha por delante

Aunque pueda parecer una casualidad, la bomba de relojería, que tarde o temprano tenía que explotar y volver a poner patas arriba el fútbol español, lo hizo el día más oportuno. Solo unas horas antes de que la Comisión Gestora de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que preside Pedro Rocha tuviera previsto reunirse para convocar unas elecciones que debieron celebrarse al poco de dimitir el inhabilitado Luis Rubiales. Es decir, hace nada menos que seis meses.

Con el extremeño recién dimitido de la presidencia de su territorial para ultimar su asalto a la de la RFEF, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, con el apoyo de Europol y en coordinación con la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada, irrumpió en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas en una intervención vinculada a presuntos hechos delictivos asociados a la corrupción en los negocios, administración desleal y blanqueo de capitales.

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Bajo la dirección del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 4 de Majadahonda, donde el 30 de mayo de 2022 la Asociación Transparencia y Democracia en el Deporte presentó una querella contra Rubiales y Gerard Piqué tras la publicación en este diario de los Supercopa Files, la intervención policial también se desarrolló en otras provincias españolas, entre ellas Granada, donde se registró el domicilio del expresidente, quien, sin embargo, se encuentra en República Dominicana.

La reunión de la Comisión Gestora, aplazada

Con los agentes de la UCO registrando despachos y realizando varias detenciones, la negativa de buena parte de los miembros de la Comisión Gestora de la RFEF de acudir a la convocatoria de Rocha no le dejó al extremeño otro remedio que aplazarla a un momento más oportuno.

Como comentábamos, el propósito del testaferro de Rubiales era definir el calendario de unos comicios a los que tiene previsto presentarse, de momento con la única oposición de Carlos Herrera, aunque para ello el comunicador tiene que lograr 21 avales, algo muy complicado dado el sistema clientelar que rige la RFEF. De ahí que poder presentarse ya sería todo un éxito.

Claro que lo sucedido este miércoles puede dar un giro a la situación electoral. Aunque Rocha no se encuentra entre los detenidos, no hay que olvidar que él fue vicepresidente económico de la RFEF, no exactamente cuando se produjeron los hechos que investiga el Juzgado de Majadahonda, pero sí posteriormente, de ahí que alguna posible responsabilidad tendrá.

Por no hablar de que uno de los detenidos ha sido Tomás González Cueto, fundador y director del despacho GC Legal. El cerebro jurídico de Rubiales al que el extremeño ha mantenido a su lado y que, con un informe del que informamos hace unos días, ha llevado a la RFEF a la situación en la que se encuentra.

Por si fuera poco, también está siendo investigado su socio Ramón Caravaca, administrador y único accionista de la inmobiliaria Egmont 2008 SL, empresa que pagó el presunto espionaje al que fue sometido David Aganzo, presidente del sindicato AFE. Los otros detenidos son los directores de los Servicios Jurídicos y de Recursos Humanos de la RFEF, el salobreño Pedro González Segura, conocido como el concejal de festejos, y José Javier Giménez, respectivamente.

Juan Rubiales, Ana Muñoz y Albert Soler

Después de lo sucedido este miércoles en la sede de la RFEF, hay una serie de nombres propios que merecen un reconocimiento. Empezando por Juan Rubiales, tío y ex jefe de Gabinete del inhabilitado y dimitido presidente del mismo apellido, quien denunció ante la Fiscalía Anticorrupción todo lo que estaba sucediendo en la RFEF.

"Nunca imaginé que iba a terminar de esta manera tan esperpéntica, y esta especie de sainete berlanguiano. Ahora, ¿que sabía que tarde o temprano iba a caer? Sin duda alguna. Porque yo, inmediatamente, me di cuenta de que no tenía talla para ser presidente de la Federación", declaró a este diario el tío Juan.

Siguiendo por Ana Muñoz, la exvicepresidenta de Integridad, que dimitió al ocultarle el contrato que Rubiales firmó con Arabia para llevar a este país la Supercopa de España, además de asegurar ante la jueza que la RFEF podría haber sellado ese acuerdo sin la intermediación de Piqué.

"Realmente, ¿quién pone palos en las ruedas? Los que con su estratégica pasividad aparentan que todo cambia para que todo (y sobre todo ellos) sigan igual", escribió la leonesa en referencia a un comentado artículo del director de un periódico deportivo en el que cuestionaba la investigación periodística sobre la RFEF y hablaba de "intereses ocultos".

A diferencia de lo que hizo Elvira Andrés, la que fuera responsable de Compliance, pasó a ser vicepresidenta tras la salida de Ana Muñoz y actualmente ejerce de secretaria general junto a otro salobreño como Alfredo Olivares, dos miembros de la Sección de Ética del Comité Jurisdiccional de la RFEF también dimitieron. Lo mismo que Ángel Manuel Álvarez Capón, un alto funcionario de Hacienda al que Rubiales fichó como director financiero, pero quien también se marchó en cuanto empezó a ver cosas que no le gustaban.

Y, por último, tampoco se puede olvidar el nombre de Albert Soler. El ex director general del Consejo Superior de Deportes (CSD), quien, a diferencia de su entonces presidente, José Manuel Franco, y de quien posteriormente sustituyó a este, Víctor Francos, siempre estuvo a favor de elevar al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) las numerosas denuncias que llegaron contra la gestión de Rubiales. El catalán no solamente terminó dimitiendo de su cargo, sino que sufrió una campaña de acoso y derribo desde la RFEF, aun con Andreu Camps como secretario general y el ahora detenido Tomás González Cueto.

El papelón de José Manuel Franco

"No me parece ético ni estético", se limitó a decir el ahora senador socialista José Manuel Franco, además de asegurar que no se podía iniciar ninguna actuación contra Rubiales "basándonos en informes periodísticos". Y todo ello mientras la magistrada Delia Rodrigo admitía a trámite la citada querella de la asociación que preside Miguel Galán tras las informaciones desveladas por este diario, que destaparon una larga lista de presuntas irregularidades en la gestión de la RFEF y, por extensión, del fútbol español que el Gobierno sistemáticamente encubrió.

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De hecho, y aunque resulte tan triste como paradójico, si no llega a ser por su bochornoso espectáculo tras la final del Mundial femenino, lo más probable es que Rubiales siguiera a día de hoy como presidente de la RFEF, quién sabe si incluso reelegido para cuatro años más. Aunque, claro, ello le hubiera supuesto que la Guardia Civil le detuviera este miércoles junto a Cueto, González Segura y Jota Giménez.

Algo que, efectivamente, no sucedió con Rocha. Aunque solo el hecho de que el extremeño fuera, primero, su vicepresidente y posteriormente elegido sucesor de Rubiales, y haya mantenido a su cerebro jurídico, Tomás González Cueto, debería deslegitimarle para presentarse a unas elecciones que veremos cuándo y cómo convoca. La sombra de la impugnación sobrevuela la Ciudad del Fútbol Las Rozas, conocida ya como el nido de la UCO, y cada vez está más claro que o cambia el sistema o no cambiará nada.