Casariego: "El fútbol, en temas sociales, va siempre un paso por detrás, avanza a trompicones"

¿Pueden 11 tipos que corren detrás de una pelota en pantalones cortos explicar la idiosincrasia de todo un barrio? Nicolás Casariego, escritor y guionista, responde afirmativamente a esta pregunta, pero lo hace tras haberse hecho abonado, por primera vez en su vida, del Rayo Vallecano y haberlo seguido durante parte de la temporada 2022-23. Siempre ha sido madridista y ha gritado como el que más goles insignes como el de Mijatovic en Ámsterdam o el de Ramos en Lisboa. Un curso futbolístico da para mucho, y le ha llevado a recorrer más de 9.000 kilómetros y a conocer y charlar con cientos de aficionados.

Su aventura como socio la ha publicado en Rayografía. Cómo once tipos en calzones explican un barrio, una ciudad y un país (Debate, 2023), un volumen a caballo entre el diario y la crónica periodística, en el que el coguionista de La sociedad de la nieve (Juan Antonio Bayona, 2023) —película que va a representar a España en los próximos Oscar— narra cómo fueron los partidos del Rayo la campaña pasada al tiempo que reflexiona sobre infinitas temáticas que tienen que ver con el balompié: los ritmos mercantiles del fútbol moderno, el racismo aún imperante en las gradas, la literatura deportiva o el papel del hincha en el actual desempeño futbolístico, al mismo tiempo que comprende la osmosis que se produce entre el barrio de Vallecas y el equipo de fútbol que acoge desde 2024 y se adentra en la historia de este particular club, sin esquivar polémicas como el actual desempeño de su presidente, Raúl Martín Presa.

Charlamos con Casariego, quien fuera finalista del prestigioso premio Nadal en 2005 con su novela Cazadores de luz —el mismo año en que empezaba el infierno rayista en la ya extinta 2.ª B, tras un traumático descenso—, sobre su libro y las diferentes formas en que pueden dialogar el fútbol y la literatura.

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PREGUNTA. ¿Qué es lo que hace al Rayo Vallecano un equipo tan especial desde el punto de vista sociológico?

RESPUESTA. El Rayo es una respuesta de la evolución de Vallecas, de ese barrio que se podría parecer a otros de Madrid que también experimentaron un aluvión con el crecimiento de la inmigración en los años 50. A diferencia de otros barrios, en el caso del vallecano, fenómenos como el asociacionismo o la implicación que tuvo la Iglesia roja hicieron que el componente social fuese más fuerte que en otros sitios. Eso hizo que el barrio tomara una identidad muy grande. Tiene su propio gentilicio, la gente te dirá que es vallecana y no madrileña. Esa identidad tan potente del barrio se ha traspasado al club, y eso hace que haya una especie de simbiosis entre el equipo y sus habitantes que en España es muy raro, y más dentro de una ciudad grande.

"Me interesó darme cuenta de hasta qué punto ese equipo, hasta en la manera de jugar, tiene que ver con toda la historia de un lugar"

P. En el libro hablas de la historia del equipo, desde su fundación en 1924 hasta el periplo de su estadio como campo de concentración para los republicanos tras la guerra. ¿Qué es lo que más le llamó la atención?

R. Puede que sea el momento en que tuvo el equipo más mítico, el Matagigantes, que asciende a Primera y gana a casi todos los grandes en la primera temporada. Ese equipo de 1977 y el de ahora, el de los últimos años, tienen unas características en su propio juego también similares: de intensidad, de cierta alegría, de ir a por el contrario sea quien sea. Esto último es algo que, de nuevo, tiene mucho que ver con el barrio. Me interesó darme cuenta de hasta qué punto ese equipo, hasta en la manera de jugar, tiene que ver con toda la historia de un lugar.

P. Escribe en el libro que es madridista, pero es inequívoco que, a lo largo de la temporada pasada, se hace muy simpatizante del Rayo Vallecano. ¿Es un mito eso de que no se puede ser de dos equipos a la vez?

R. Yo creo que se puede ser de varias cosas a la vez, porque nuestra identidad es complejísima. Esto es algo que he constatado también en las conversaciones que he tenido con muchos aficionados: puedes ser de un equipo, ya sea porque es el de tu infancia o porque tus padres te llevaban al campo, y cambiar de equipo, o bien ser aficionado de dos conjuntos. Hay mucha gente que cambia de equipo por muchas razones. En mi caso, hacer una cosa tan intensa como la que he hecho esta última temporada me ha transformado. Es algo que yo no sabía si iba a pasar, lo de hacerme del Rayo Vallecano, pero, si lo pienso unos meses después, es algo lógico, pues he visto muchos partidos en vivo, y me ha gustado su fútbol y muchas cosas de las que rodean al Rayo y a Vallecas.

P. Incluye en algunos capítulos los repetidos cánticos que se producen contra Martín Presa. ¿Qué opinión le merece su gestión?

R. Podríamos hablar de una gestión económica y deportiva bien hecha, aunque también es cierto que le cuesta pagar. En cambio, cuenta una gestión en toda la parte social que tiene el club y el fútbol, y por lo que es tan importante en la comunidad, que no ha cuidado, sea por la razón que sea. Esto para el aficionado del Rayo, y también para Vallecas, es un problema. Estamos en el fútbol moderno y dependes de quién sea el dueño.

P. Dedica el capítulo del partido del Rayo de la temporada en el Bernabéu a hablar de Vinícius y a todo lo que rodeó al jugador respecto a la hostilidad con que se recibía en muchos campos. ¿Tiene España y su fútbol un problema de racismo? ¿Se ha adelantado algo en este medio año?

R. Mi sensación es que el fútbol, en temas sociales, va siempre un paso por detrás de lo que ocurre en la realidad. Aunque avance, lo hace a trompicones y en menor medida. En el caso del racismo y de Vinícius. Creo, sinceramente, que no ha cambiado nada. Los ataques siguen siendo muy parecidos. Al final, para que algo cambie, también tienen que cambiar los organismos y las instituciones, renovarse y hacer avanzar la sociedad.

"Lo cierto es que sigue habiendo bastante prejuicio con el fútbol desde el mundo de la cultura, es algo que todavía se mantiene"

P. ¿Cuál es su recuerdo más bonito del año pasado siguiendo al Rayo?

R. Recuerdo el último partido, pese a perder en Mallorca y constatarse que el equipo no va a ir a Europa. A pesar de eso, cuando acabó el partido, me di cuenta de la temporada que habían hecho, lo divertido que había sido seguir el Rayo y también fue plenamente consciente de la aventura tan inmensa que ha sido seguirlo.

P. Empezamos con un pequeño test, con respuestas breves. ¿Son literatura y fútbol dos disciplinas que maridan bien?

R. En la escritura es más importante el cómo que el tema, y entonces creo que todo marida bien con todo, también el fútbol y la literatura. Aun así, lo cierto es que sigue habiendo bastante prejuicio con el fútbol desde el mundo de la cultura, es algo que todavía se mantiene. Pero, por otro lado, ha habido muchas incorporaciones de periodistas o escritores que miran el fútbol de otra manera y que publican sobre ello.

P. ¿Cuál es su libro favorito?

R. Te voy a dar un libro que no es que sea el favorito, pero de los que he leído mientras escribía y me ha maravillado, El fútbol: mitos, ritos y símbolos, de Vicente Verdú.

P. ¿Cuál es el gol que más ha celebrado en su vida?

R. El de Predrag Mijatovic en la séptima, aunque lo cierto es que he celebrado muchos a lo bestia a lo largo de mi vida.

P. ¿Con qué futbolista en activo le gustaría tomar una copa?

R. Con Trejo, porque, además de ser un futbolista que me encanta, tiene una conciencia social y la explicita.

P. ¿Y con qué escritor?

R. Relacionado con el libro, con Jorge Valdano y, si pudiese ser también con alguien que no esté vivo, con Franz Kafka.

P. ¿Qué jugador le gustaría que fichase su equipo?

R. Me gustaría que fichase un central que, como Catena, tuviese desplazamiento en largo y que fuese incluso mejor que él por alto.

P. Si pudiese elegir, ¿qué preferiría: un gol decisivo para ganar la final de la Champions League o llevarse el Nobel de Literatura?

R. Ganar el Nobel, sin dudarlo. Cosa que es absolutamente imposible (risas).