Mendilibar e Isco: cómo salir y entrar al paro para beneficio de la larga depresión en el Sevilla

La clasificación del Sevilla para las semifinales de la Europa League es histórica por la delicada situación que atraviesa el club. En una temporada marcada por el pánico al descenso, los recortes económicos en los fichajes, las pañoladas al palco contra el presidente José Castro, la guerra judicial de José María del Nido, la falta de tino de Monchi en los refuerzos y el bajón deportivo de los futbolistas, se vio la luz con la salida de Isco y la llegada de José Luis Mendilibar. El primero sigue en el paro y el segundo salió para darle intensidad y normalidad al juego del equipo.

Lo que ha conseguido el Sevilla eliminando al Manchester United es una hazaña que parecía imposible hace una semana. Era un equipo con el único objetivo de competir para seguir en la Primera división. En la competición europea recupera su grandeza. En la primera foto de la temporada, la del fracaso, las tensiones, el bajo rendimiento y la decepción, aparece Isco. En la segunda, la de la ilusión y la esperanza, está Mendilibar.

Isco sigue sin equipo desde que rescindió su contrato con el Sevilla el 21 de diciembre. El que iba a ser la estrella del Sevilla se bajó del barco tras la salida de Julen Lopetegui y un enfrentamiento con Monchi. A Isco le faltaba compromiso. Justo lo que necesitaba el Sevilla para remontar en los puestos de descenso de la Liga y hacer una eliminatoria como la del Manchester United. Ese compromiso y hambre lo ha traído José Luis Mendilibar. De él se han contagiado los jugadores.

Un contrato barato

Estaba en el paro y ha dado con la tecla para revitalizar al Sevilla. Firmó un contrato de corta duración, hasta final de temporada, para los 12 partidos de Liga que quedaban y sin la presión de tener que seguir compitiendo en la Europa League. La prioridad es mantenerse en Primera y lo tiene casi en la mano. El salario de Mendilibar es de 200.000 euros y el club ya lo ha amortizado con el pase a las semifinales, lo que le reporta 2,8 millones de euros. El rendimiento de Isco le salió caro al Sevilla y con Mendilibar es todo beneficios. Es por lo que ya se está hablando de si merece seguir más años en el Sevilla.

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José Luis Mendilibar (62 años) es un entrenador de los de antes. Sencillo, práctico y de los que luce chándal durante los partidos. En poco tiempo ha resucitado a un equipo deprimido y ha devuelto la ilusión a una afición tocada. Mendilibar no ha inventado el fútbol ni tiene un estilo vanguardista de juego. Es el triunfo del sentido común para aplicar lo que nunca falla: competir es jugar a una alta intensidad y que tus jugadores se lo crean. Llegó para subir la autoestima a los jugadores con las reglas básicas del deporte. Para competir minimizando riesgos, el plan es tener equilibrio táctico y ser eficaz en defensa y en ataque. A la plantilla le llegó un mensaje de confianza y seguridad.

Defensor del fútbol tradicional, con lenguaje directo y sin hacer un uso excesivo de la tecnología, en poco tiempo ha sacado rendimiento a un grupo de futbolistas que sufrían un colapso. Sampaoli los tenía robotizados. José Castro reconoce que los jugadores no entendían al anterior entrenador y se aburrían. Mendilibar es un maestro de la vieja escuela. El fútbol es calidad, pero también mucha pasión y alma. Los jugadores han limpiado su mente con un mensaje fácil de entender que ponen en práctica en el campo.

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El Sevilla tiene compromiso colectivo. Contra el Manchester United se vio un equipo que mordía, en el que corrían todos, defendían en manada y atacaban con agresividad. Un día de los de antes en el Sánchez Pizjuán, con una atmósfera espectacular en la grada y una felicidad que les ha devuelto el entrenador que estaba en el paro. "Mendi es un genio", dice Marko Dmitrovic, el portero serbio al que le preguntó Monchi si podía ser el salvador del equipo. Dmitrovic trabajó con Mendilibar en el Eibar y lo recomendó para beneficio del Sevilla. Lo que no le dio Isco al equipo lo ha aportado Mendilibar.