La épica también está en el Pizjuán: el Sevilla es lo más parecido al Madrid en Europa (3-0)

Jorge Valdano escribió que "el fútbol es un estado de ánimo" y si alguien ve al Sevilla, le dará toda la razón. El equipo es otro desde que llegó José Luis Mendilibar al banquillo. No queda nada de aquel conjunto que divaga por el campo con Jorge Sampaoli. Este cambio le ha servido para eliminar al Manchester United en los cuartos de final de la Europa League tras la victoria en casa (3-0).

El Ramón Sánchez-Pizjuán había regresado a los jueves de magia. Es difícil ilusionarse este año en el Sevilla, porque es la peor temporada de la última década y quizá del presente siglo. Pero los sevillistas tienen algo en la Europa League similar al Real Madrid en la Champions League, salvando las distancias. Tal vez por eso sacaron un resultado tan positivo en la ida (2-2), teniendo cuenta cómo transcurrió el partido.

La victoria ante el Valencia en Liga (0-2) había alejado al Sevilla del descenso (está a ocho puntos). Gracias a ese triunfo, el club se ha permitido la licencia de soñar con la Europa League. Pintaba a jueves de los de antes en Nervión, donde los aficionados se congregaron horas antes de que echara a rodar el balón. No hay nada como recordar los viejos tiempos, esos que siempre se añoran.

El sueño de Mendilibar

El fútbol lleva tal velocidad de crucero que impide recordar que solo fue hace tres años cuando el Sevilla levantó su última Europa League, la sexta de su palmarés. Fue una edición atípica (como la vida en general esa época) por el confinamiento que se vivió en Europa y en casi todo el mundo. En una sede neutral, en Colonia. Ahí fue cuando Julen Lopetegui escribió su nombre con letras de oro en la historia del club.

José Luis Mendilibar es ahora el que quiere hacer lo propio. Cogió a un equipo tocado y casi hundido, pero tenía clara cuál era la hora de ruta: el pragmatismo. Si me juego la vida, no saco el balón jugado y elijo contragolpear. Esta fue la receta para abordar a un Manchester United que llegó con bajas sensibles a Sevilla, como las de Lisandro Martínez y Bruno Fernandes. Los astros, en este caso, se alinearon con el Sevilla.

Porque no importa cómo es la situación del club, el Sevilla se transforma en la Europa League. Es algo incomprensible, ya que no hay justificación alguna que tenga que ver como la lógica. Quizá por eso el fútbol es algo que se escapa de cualquier tipo de control humano. Y, por tanto, permite que haya historias cargadas de épica y de un romanticismo más propio de los cuentos infantiles.

Su competición fetiche

El gol de En-Nesyri contribuyó a ello. Era importante adelantarse en el marcador de manera prematura para que el Manchester United, sensible por las bajas que tenía, viera el miedo. La primera mitad fue buena, pero la segunda aún más. Esta es la competición de los sevillistas. No hay más.

La historia suelen escribirla los vencedores. Y el Sevilla tenía claro que en esta batalla tenía que ganarle al Manchester United. Salvar la temporada pasa por confirmar la permanencia y quizá por levantar otra Europa League, que clasifica automáticamente al equipo para la Champions League. Solo así evitaría el club una situación económica completamente insostenible.

El error de De Gea

El gol de Badé en un córner asentó el dominio de un Sevilla que estaba siendo superior al Manchester. Este equipo termina las jugadas, algo que demandaba la afición desde hacía muchas semanas. ¿Cómo no iban a ilusionarse? El Pizjuán recuperó el aspecto y el jolgorio de las grandes noches. A escasos días de la Feria, la fiesta está servida en la ciudad.

El error de De Gea sirvió para que en Nesyri cerra una noche espectacular, tanto en lo personal como en lo colectivo. Por algo el Sevilla es hexacampeón de la competición. Ya conocen la frase de cabecera del club: dicen que nunca se rinde. El Manchester United lo ha comprobado bien.