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Estos dos aficionados descubrieron hace años que en los arbitrajes del Barça había algo raro
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CASO ENRÍQUEZ NEGREIRA

Estos dos aficionados descubrieron hace años que en los arbitrajes del Barça había algo raro

Un arquitecto y un programador se metieron a detectives para indagar en los datos de penaltis y tarjetas de los últimos 20 años de Liga. No sabían de Negreira, pero ahora todo cuadra

Foto: El árbitro Gil Manzano muestra la tarjeta roja a Brais Méndez. (EFE/Siu Wu)
El árbitro Gil Manzano muestra la tarjeta roja a Brais Méndez. (EFE/Siu Wu)

Ahora sabemos que, entre 2016 y 2018, el FC Barcelona pagó 1,4 millones de euros al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira, pero para los aficionados al fútbol la pregunta sigue siendo la misma. ¿Dinero a cambio de qué?

En las facturas que la Agencia Tributaria requirió al club catalán en 2021 figuran conceptos inconcretos como "asesoramiento de vídeos técnicos" o "grabación de los partidos de equipos españoles en competiciones europeas", pero estos servicios nunca se tradujeron en informes ni en ningún tipo de material documental. Antiguos entrenadores del Barça como Ernesto Valverde o Gerardo 'Tata' Martino dicen no haber oído hablar nunca de esos informes arbitrales.

placeholder Fotografía de archivo del 06/01/90 de Enríquez Negreira durante un partido disputado entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid. (EFE)
Fotografía de archivo del 06/01/90 de Enríquez Negreira durante un partido disputado entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid. (EFE)

La Fiscalía lo describe simplemente como "asesorías verbales", por las cuales las empresas del excolegiado, Dasnil 95 y Nisdal SCP, habrían facturado unos 6,2 millones de euros del club culé, según publicaba esta semana Infolibre. Las transacciones entre el Barcelona y las empresas de Enríquez Negreira, que permaneció como número dos de los árbitros españoles entre 1994 y 2018, comenzaron en torno al año 2001.

Desde que aquella relación contractual comenzara, el Fútbol Club Barcelona ha levantado diez veces el título de Liga, siete veces la Copa del Rey y otras tantas la Supercopa de España. La incógnita es qué influencia real ha tenido, dado que esta interferencia arbitral se ha solapado con épocas de un dominio futbolístico incontestable por parte del Barça, con la enorme influencia de Ronaldinho o la irrupción de Messi, capaces de desequilibrar un partido tanto como un penalti a favor o una tarjeta roja para el equipo rival.

Demostrar que los árbitros beneficiaron al Barça a lo largo de veinte temporadas requiere mucho más que un puñado de partidos seleccionados con decisiones polémicas. Aquí sucede lo mismo que con el cambio climático, no puede demostrarse porque un día de diciembre haga mucho calor ni se desmiente cuando cae granizo en pleno verano. Tanto en un caso como en otro, hay que observar la tendencia.

De aficionados a detectives

Esto mismo se propuso, hace más de quince años, Miguel, un arquitecto que prefiere ser identificado por su nombre en Twitter, MaketoLari. Como madridista viviendo en Barcelona, un día se empeñó en demostrar a sus contactos culés que ese mantra de que el Madrid era el equipo más ayudado por los árbitros era un mito. Necesitaba datos para matar el relato.

Hoy en día, el big data ha entrado de lleno en el fútbol y es posible acceder a toda la información, especialmente con servicios de pago como Opta. En su caso, el mérito estuvo en hacerlo todo con fuentes abiertas y gratuitas. "Cogí una base de datos que estaba esponsorizada por el diario Sport, para que no pudieran acusarme de que usaba las del As o el Marca, que ya me contará si ellos tienen algún interés en las estadísticas, pero por si acaso", explica a este periódico. Con el tiempo fue perfeccionando el método y añadiendo nuevos parámetros a las bases de datos: penaltis a favor y en contra, faltas cometidas, faltas sancionadas con tarjeta, porcentaje de tiros a puerta.

El objetivo último de este proyecto era demostrar el saldo arbitral, concepto clave y piedra filosofal de esta investigación

Inicialmente, este arquitecto comenzó comparando solo los registros de Real Madrid y Barcelona, pero pronto le surgió un aliado. Juan Pablo Frutos, informático y madridista como él, se fijó en su trabajo y preguntó cómo podía ayudar. Juntos lograron ampliar el análisis al resto de equipos de la 1ª división e incluso preparar un programa sencillo para trabajar con estos datos. La ventaja de que los eternos rivales hayan permanecido en la máxima categoría sin excepciones hace que el análisis pueda remontarse hasta la temporada 1928-29, mucho antes del nacimiento de Enríquez Negreira, cuando las expulsiones se hacían de forma verbal —las tarjetas rojas nacieron a finales de la década de los sesenta, después de que el argentino Antonio Ubaldo Rattín fuera expulsado por el árbitro alemán Rudolf Kreitlein en un Inglaterra-Argentina del Mundial '66 y permaneciera diez minutos en el campo haciéndose el loco y solicitando un traductor— y los penaltis eran una novedad llegada de las islas británicas.

"Nuestras principales bases de datos han sido las de Sport y 20minutos, compartidas hasta hace cinco años, Bdfutbol, Cero a Cero, Cihefe, whoscored, sofascore y Futbolfantasy", explica MaketoLari. El trabajo llevado a cabo por ambos fue absolutamente minucioso, tenía que ser así para lograr convencer incluso al antimadridista más recalcitrante. A menudo, se veían obligados a cotejar los números incluidos en las bases de datos con crónicas de la época. "Especialmente las bases de datos anteriores al 2000 tienen muchos fallos", indica, "si se pitaba un penalti pero el jugador lo acababa fallando, igual ni aparecía registrado".

El objetivo último de este proyecto era demostrar el saldo arbitral, concepto clave y piedra filosofal de esta investigación.

El saldo arbitral

El concepto fue pronunciado por primera vez en 2012 por Alfons Godall, vicepresidente del F.C. Barcelona durante la primera época de Laporta, entre 2003 y 2010, en una conversación bastante casual con un micrófono de La Sexta.

"Pasamos una época de buena relación con la Federación Española, de buena relación con las entidades donde "se cuece" la cosa, los comités de árbitros, la Liga de Fútbol... creo que Laporta cultivó mucho y muy a fondo las buenas relaciones [...] y eso nos ayudó", contaba Godall. "Veo por parte de Rosell una cerrazón, un complejo, un miedo a salir a dar la cara que me extraña, creo que a estas alturas podemos afirmar definitivamente que esta ausencia está perjudicando al club a nivel deportivo, en cuestiones como el saldo arbitral, si hablamos de diferencia entre lances favorables y desfavorables y en comparación con los rivales".

Aquellas declaraciones, pronunciadas en mitad de la guerra sociocultural entre el Barça de Pep Guardiola y el Madrid de José Mourinho, abrieron los ojos a estos dos aficionados, que no tardaron en encontrar las señales adecuadas en la montaña de datos. Concretamente, para calcular ese saldo arbitral echaron mano de las dos intervenciones más capitales que un colegiado puede protagonizar en un partido: penaltis señalados y expulsiones, tanto a favor como en contra.

"Lo que hemos detectado analizando los datos son tres etapas muy definidas: 2003-2009, 2009-13 y 2013-2021", me explican. Las etapas coinciden, grosso modo, con los cambios en la presidencia del Fútbol Club Barcelona de los que hablaba Godall, pero también con otros factores, como el retorno de Florentino Pérez a la planta noble del Bernabéu en julio de 2009. Junto a él llegaron fichajes como el de Cristiano Ronaldo, quien fue fundamental a la hora de cambiar la tendencia en penaltis señalados a favor del Real Madrid: durante sus nueve temporadas en el Bernabéu logró forzar 18 penas máximas.

Por parte del Barça, a Neymar le pitaron 15 penaltis en cuatro temporadas, un factor clave para que el club azulgrana se alzase con LaLiga en la temporada 2015-16, primera de las investigadas por los pagos a Enríquez Negreira. Este año, el Barça tuvo 19 penaltis a favor por solo uno en contra y solo le expulsaron a un jugador frente a nueve rivales. El Madrid, que se quedó a un solo punto de sus eternos rivales, tuvo un saldo arbitral de +5 con nueve penaltis a favor, cuatro en contra y empate a cinco en tarjetas rojas contra sus oponentes.

"Aquello sucedió en un periodo en el que el Barça tuvo 78 partidos consecutivos sin penaltis", recuerda Frutos, "y hubo 107 jornadas en los que le pitaron un penalti en contra y más de 30 a favor, eso es una desproporción, y más en un equipo donde jugaba Mascherano".

En total, en las primeras seis ligas analizadas, durante la primera época de Laporta como presidente, había un saldo arbitral positivo del Fútbol Club Barcelona (+24) y muy malo (-11) para el Real Madrid. Puede argumentarse que en este periodo los blancos tuvieron entrenadores con fama de defensivos como Fabio Capello, pero también estuvieron Vicente del Bosque con los galácticos o Bernd Schuster.

En la segunda etapa, con Manuel Pellegrini y José Mourinho al cargo del banquillo madridista, el club logra duplicar el saldo arbitral con respecto al Barcelona.

Y en la tercera, a partir de 2014, el equipo catalán recupera el favor de los árbitros con un saldo muy superior al del Real Madrid, que es superado incluso por Athletic de Bilbao y Atlético de Madrid.

¿Y la posesión qué?

Para los críticos de este tipo de análisis, que no son pocos, el examen al saldo arbitral tiene un punto ciego, y es que puede haber una correlación entre el abrumador porcentaje de posesión del balón del Barça durante todos estos periodos y que obtengan a cambio más faltas, penaltis o tarjetas a su favor. Lo mismo pasa con el tipo de jugadores, aquellos que suelen encarar más y buscar el uno contra uno lograrán más penaltis. ¿Pero hasta qué punto puede existir una sobrecompensación?

"Desde los medios de comunicación se ha utilizado la coartada de la posesión, de Messi o del estilo de juego para justificar el saldo arbitral tan favorable entre Barcelona y Real Madrid", indica Frutos. "Lo que ocurre que si metes al resto de equipos en la ecuación, pues resulta que no es así".

placeholder Luis Enrique y su asistente, Juan Carlos Unzue, en un partido contra la Juventus de 2017. (Albert Gea/Reuters)
Luis Enrique y su asistente, Juan Carlos Unzue, en un partido contra la Juventus de 2017. (Albert Gea/Reuters)

Las tres temporadas analizadas por la Fiscalía y en la que Negreira recibió del Barça esos 1,4 millones, entre la 2015-16 y la 2017-18, es donde se produce un mayor diferencial en el saldo arbitral —recordemos, penas máximas y tarjetas rojas a favor y en contra— con respecto al resto de clubes. Sin embargo, aquel equipo entrenado por Luis Enrique fue conocido por jugar con mucha menos posesión (64,5%) que sus predecesores: Martino, Tito Vilanova y Guardiola, que en 2010-11 llegó a ganar la Liga con casi un 73% de posesión.

"Era muy extraño, porque el Madrid aparecía con saldos negativos pese a tener mayor posesión que los rivales, es cierto que contra el Barcelona el equipo no tenía más posesión, pero en el resto de encuentros sí", explica el programador. "Y si el Atlético de Madrid o el Athletic de Bilbao, con menos posesión que el Madrid tienen mejor saldo de rojas pues entonces ya ese argumento no vale".

Las faltas y tarjetas: la madre del cordero

Los penaltis están sobrevalorados. Sí, pueden decantar muchos partidos, pero a la hora de querer demostrar un favoritismo a lo largo de veinte ligas, no son un buen indicador. De hecho, Real Madrid y Barcelona están prácticamente empatados en cuanto a los penaltis a favor y en contra que les han pitado. La clave aquí no está tanto en la pena máxima como en las mínimas, las faltas y tarjetas señaladas por los árbitros.

Existe también un factor cultural que dificulta comparar el favoritismo de los árbitros en España hacia los clubes grandes con el que puede haber en otros países, hacia equipos de gran supremacía en sus competiciones locales como PSG, Juventus o Bayern de Munich. En España, tradicionalmente, se sacan muchas tarjetas amarillas y se expulsa a mucha más gente que en otras ligas europeas.

A finales de septiembre de 2022, con apenas un mes de competición, un análisis mostraba que mientras en la Premier solo se habían sacado cuatro tarjetas rojas, en la Ligue 1 francesa se habían sacado 34, en LaLiga 20, en la Serie A italiana 15 y en la Bundesliga 12.

Solo siete equipos, de los 41 que han jugado en 1ª entre 2003 y 2021, tienen peor saldo de expulsiones que los madridistas

Hay estudios que correlacionan el PIB o el nivel de desarrollo de un país con el número de tarjetas que se sacan en cada partido de primera división. España está al nivel tarjetero de Venezuela, Chile, Argentina, Ecuador o Perú, pese a estar económicamente al nivel de Italia, Corea del Sur o la República Checa, países donde se sacan habitualmente muchas menos tarjetas.

Quizá por este motivo, las desigualdades pasan más desapercibidas.

"En estas 18 ligas analizadas, la mayor diferencia se da en las expulsiones, en las que el Fútbol Club Barcelona tiene un +50 y el Real Madrid un -8", explica MaketoLari. "El Real Madrid es 2º en saldo de penaltis y el 34º, empatado con el Levante, en saldo de expulsiones".

Solo siete equipos, de los 41 que han jugado en 1ª entre 2003 y 2021, tienen peor saldo de expulsiones que los madridistas: Alavés, Espanyol, Betis, Celta, Mallorca, Osasuna y Málaga.

De acuerdo, muchos aficionados tendrán en la retina partidos en los que se perdonó una tarjeta a Casemiro o a Sergio Ramos, el jugador más expulsado de la historia. Lo cierto es que el Real Madrid, como el Barcelona, suele recibir bastantes más faltas de las que comete. Concretamente, desde 2003 han cometido 1.116 faltas menos de las que ha recibido, pero tienen ocho tarjetas rojas más en contra que a favor. El equipo culé sufrió 2.697 faltas más de las que cometió y su saldo de tarjetas rojas es de +50, es decir, los rivales fueron expulsados medio centenar más de veces que los barcelonistas.

Aquí es donde está, de largo, la mayor diferencia entre ambos equipos durante todos los años analizados, que coinciden en su mayor parte con los que el Barcelona tuvo un acuerdo contractual con el nº2 arbitral. Longitudinalmente, en las casi veinte temporadas en las que Negreira recibió pagos del Barça, independientemente de quién fuera el entrenador o los jugadores, siempre necesitaron hacer más faltas que el Real Madrid para que los árbitros les mostraran una amarilla o una roja. O dicho de otra manera, gozaron de una menor presión para jugar al límite.

Este detalle no es baladí. El año pasado, un grupo de estadísticos de la Universitat Autònoma de Barcelona publicaron un estudio donde analizaron 1.826 partidos de las cinco grandes ligas europeas para comprobar cómo influía en el rendimiento del equipo recibir tarjetas amarillas o rojas. "En particular, si se muestra una tarjeta roja con al menos 30 minutos para el final del partido, el impacto esperado es de 0,39 goles si el jugador culpable está en el equipo visitante y 0,50 si juega en el equipo local", explicaban Llorenç Badiella y sus compañeros. En cuanto a las amarillas, también tienen su influencia: "Los equipos con un mayor número de jugadores amonestados tienen una tasa de goles más baja cuando van ganando".

En el saldo arbitral, el Valencia es el equipo más perjudicado desde 2003

Otro estudio, realizado con partidos de la Premier League: cuando hay una tarjeta roja, el número de puntos se reduce en 0,25 para el equipo que la padece y sube 0,36 para los rivales. El autor es el estadístico Alan Greenberg, que se propuso desmentir ese cliché de que un equipo defiende mejor con diez que con once jugadores.

Son detalles que a lo largo de una temporada pueden acabar decantando un título, mucho más cuando este se decide por uno o dos puntos, como sucedió en las temporadas 2014-15 y 2015-16, ligas que levantó el Barcelona y hoy se ven con otra luz a tenor de las revelaciones de los últimos días. No solo el Madrid puede protestar por el saldo arbitral. Entre los equipos grandes, hay uno particularmente perjudicado por los árbitros en los últimos 20 años. "El Valencia sale fatal", dice Frutos, "ellos saben que no les arbitran bien y creen que es por el Madrid, ¡pero si somos hermanos en el saldo arbitral!"

Armados con estos y muchos otros datos, las pesquisas de estos dos aficionados madridistas aparecieron hace un par de años en una web llamada FútbolGate, dedicada a analizar las corruptelas del deporte rey en España. Con su trabajo meticulosamente repasado durante años para que nadie pudiese negarlo, Miguel y Juan Pablo esperaban sacudir los cimientos del establishment futbolístico. Una demostración objetiva de sesgos arbitrales, positivos y negativos, de la que el Barça resultaba ser el gran beneficiado.

Pulsaron el botón de publicar y —adivinen qué— no pasó absolutamente nada. Hasta la semana pasada.

Ahora sabemos que, entre 2016 y 2018, el FC Barcelona pagó 1,4 millones de euros al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira, pero para los aficionados al fútbol la pregunta sigue siendo la misma. ¿Dinero a cambio de qué?

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