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El caso Negreira exhibe las miserias del fútbol español y deja la duda de si rodarán o no cabezas
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EL SEVILLA, LA VOZ DE LOS AFICIONADOS

El caso Negreira exhibe las miserias del fútbol español y deja la duda de si rodarán o no cabezas

Si en 1994 ya había sospechas sobre la relación del árbitro catalán con el Barça y el CTA de la RFEF de Villar, con Rubiales hay que recordar lo que sucedió con Subies, Busquets y Ana Muñoz

Foto: La Guardia Civil, en la Federación Catalana de Fútbol. (EFE/Alberto Estévez)
La Guardia Civil, en la Federación Catalana de Fútbol. (EFE/Alberto Estévez)

En el fútbol en general y el español en particular, las ayudas arbitrales son como las meigas, haberlas, haylas. Con la diferencia de que en este caso, más que verlas, lo complicado sea demostrarlas. De aquí la importancia del caso Negreira, curiosamente destapado gracias a una inspección de Hacienda, como en la caída de Al Capone, por más que el FC Barcelona estuviera pagando durante 17 años, ¡17 años!, al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA). Un hecho "ni ético ni estético", que diría el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD).

Sin embargo, al igual que otros escándalos más recientes, como el de los palos de Rubiales y Piqué con la Supercopa de Arabia, será la Justicia ordinaria y no la deportiva la que determine hasta dónde se puede llegar desde el punto de vista sancionador, si bien da la sensación de que el Barça saldrá indemne. "Si Laporta no lo explica bien, debería dimitir", dijo Javier Tebas, mientras Rubiales, que recibió al presidente de la UEFA en la intimidad, aún no ha dicho una palabra. El hecho de que, según El Mundo, Enríquez Negreira le pidiera ser indemnizado tras salir del CTA, mientras su hijo siguió acompañando a los árbitros en el Camp Nou, puede comprometerle.

Foto: Laporta junto a Villar y Zapatero. (EFE/Alberto Estévez)

En un claro ejemplo del sentir de todos los aficionados, y no solo de quienes curiosamente se sienten como únicos perjudicados, el Sevilla FC emitió este lunes un comunicado en el que, además de mostrar su "preocupación e indignación", señala "la gravedad de los hechos conocidos hasta la fecha, poniendo en tela de juicio o sembrando dudas sobre la integridad de las competiciones del fútbol español", lo que le lleva a solicitar públicamente a LaLiga y a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), "siendo además la RFEF el máximo responsable del colectivo arbitral", que "promuevan y se personen en todos los procedimientos que de este caso pudieren derivarse una vez que finalice la investigación". Y es que, como concluye la nota del club sevillano, "los aficionados de todos los equipos merecen un respeto, y es responsabilidad de los dirigentes favorecer el contexto necesario para que nunca se ponga en duda la honestidad de las competiciones en las que participamos". Después del Sevilla FC, fue el RCD Espanyol quien emitió otro comunicado en la misma línea.

Por más que haya prescito, el caso Negreira es igual de concluyente, sobre todo porque la historia viene de más lejos. Rebuscando en la hemeroteca, resulta que ya en 1994 José Vicente Hernáez escribió un artículo en el diario Marca en el que apuntaba que "curiosamente, desde que el ex colegiado catalán Enríquez Negreira está en el Comité, el Barcelona es el único club para el que no existe el problema arbitral", mientras que en otro aún fue más lejos al asegurar que "al Barça, naturalmente, no le hace falta recusar a un árbitro. Basta, por ejemplo, con que un día cualquiera de partido se le insinúe algo a Enríquez Negreira (miembro del Comité de Designación) en el palco del Camp Nou, al que suele ir con relativa frecuencia. O en cualquiera de los partidos de su hijo con uno de los equipos inferiores del Barça". Bingo.

placeholder José María Enríquez Negreira, en una imagen de archivo. (EFE/Archivo)
José María Enríquez Negreira, en una imagen de archivo. (EFE/Archivo)

La dimisión de Ana Muñoz como vicepresidenta

Claro que del mismo modo que podemos remontarnos en el tiempo, tampoco está de más recordar que una vez que el excolegiado catalán dejó de ser miembro del CTA y, casualmente, también de cobrar del Barça, en la RFEF han seguido pasando cosas raras en lo que al estamento arbitral se refiere. Así, cuando en enero de 2020 Ana Muñoz dimitió de su cargo de vicepresidenta de Integridad, se conoció que, además de por la Supercopa de Arabia, tuvo otro desencuentro con el presidente de la RFEF cuando quiso denunciar ante el Comité de Competición las declaraciones de Sergio Busquets tras el partido del FC Barcelona contra la Real Sociedad. "Es penalti clarísimo. Si ha visto la primera, tiene que ver esta y, si no, que entre el VAR, aunque yo creo que lo ha visto, pero no lo ha querido pitar", dijo el centrocampista.

Como quiera que a Busquets no se le sancionó, el capitán del Real Madrid, Sergio Ramos, no quiso ser menos y, tras la derrota de los blancos ante el Levante, aseguró que "hay decisiones predeterminadas. El criterio es distinto según los días, pero con este árbitro no me sorprende". En un acto de coherencia y que sirvió para tapar muchas bocas en el entorno culé, Ana Muñoz también quiso salir al paso de las declaraciones de Ramos y se preguntó en su cuenta personal de Twitter: "¿Y si se aplica la normativa deportiva?". Es decir, cuestionó el habitual proteccionismo a los llamados dos grandes del fútbol español, pues, aunque evidentemente quien más retratado ha quedado tras destaparse el caso Negreira sea el FC Barcelona, más de uno debería recordar el peligro que tiene escupir hacia arriba.

El oscuro papel del difunto Josep Contreras

Y es que, además del exárbitro y exvicepresidente del CTA, hay un nombre que relaciona lo sucedido en el club catalán con la RFEF desde 2018, es decir, cuando Rubiales relevó a Villar en la presidencia y permitió que Florentino Pérez volviera a formar parte de la junta directiva. Se trata de Josep Contreras, directivo del FC Barcelona durante las presidencias de Núñez, Gaspart y Bartomeu, además de vicepresidente de Andreu Subies en la Federación Catalana de Fútbol entre 2011 y 2014. Esta "figura destacada del fútbol catalán", como rezaba el comunicado del Barça tras su fallecimiento en diciembre, es quien la Fiscalía sospecha que el club pudo utilizar como pantalla para pagar al exárbitro y a su hijo, quien de hecho le facturaba los trabajos que entregaba en un sobre marrón.

placeholder Andreu Subies, en el centro de la imagen, a su llegada al CSD. (EFE/Mariscal)
Andreu Subies, en el centro de la imagen, a su llegada al CSD. (EFE/Mariscal)

Y de Contreras se llega inevitablemente a Subies, vicepresidente económico de la RFEF y mano derecha de Rubiales tras su llegada a la poltrona de Villar. El catalán fue detenido en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas el 30 de octubre de 2018. Tras declarar en la Audiencia Nacional ante el juez Santiago Pedraz, encargado de la Soule, quedó en libertad provisional. La Fiscalía le acusó de haber desviado fondos de la subvención de la RFEF a la Federación Catalana para las obras que se realizaron en su domicilio, así como en el restaurante de su mujer en Cambrils. "Mi compromiso con la transparencia es total y también, como jurista, con la presunción de inocencia", dijo entonces Rubiales.

La detención de Subies y el enroque de Rubiales

Tras la detención de Subies, el presidente de la RFEF se vio obligado a convocar una junta directiva con carácter extraordinario. Lo normal hubiera sido que rodaran cabezas, pero Rubiales aseguró que Subies debía "seguir desarrollando su trabajo con absoluta normalidad, dado que fue puesto en libertad sin ninguna medida cautelar". Tal y como informamos en su momento en este diario, solo la mencionada Ana Muñoz votó a favor de aceptar la dimisión de Subies, mientras que 14 votos fueron a favor de mantener al catalán en su cargo. Algo lógico si se tiene en cuenta que, junto al incondicional Rubiales, en la citada junta había seis de los presidentes de territoriales a los que el CSD —antes de Franco, evidentemente— pidió al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) que abriera expediente por su carta de apoyo a Villar. Además del propio Subies, que se abstuvo, Maximino Martínez (Asturias), José Ángel Peláez (Cantabria), Pedro Rocha (Extremadura), Miquel Bestard (Baleares) y Rafael del Amo (Navarra).

Foto: Rubiales saluda a Ceferin, en la Eurocopa 2020. (EFE/Kiko Huesca)

La RFEF aseguró en un comunicado que "la junta directiva reitera la máxima colaboración de la institución con la Justicia" y recordó que "esta institución está personada como acusación particular en el caso Soule, en aras al compromiso con la transparencia", aunque en marzo de 2019 Subies presentó su dimisión irrevocable tras las informaciones de un informe de la Guardia Civil que concluía que desvió casi medio millón de euros en su etapa de presidente de la Federación Catalana de Fútbol para construir una casa y un restaurante. "Subies presentó ya su renuncia en noviembre de 2018, pero no le fue aceptada. En este caso, la decisión es irrevocable, dado que quiere centrarse en la defensa de las acusaciones por las que está siendo investigado judicialmente y de las cuales está convencido de que demostrará su absoluta inocencia", fue el comunicado publicado por la RFEF, en el que se omitía que el catalán era vicepresidente económico.

Puede que el caso Negreira parezca, y realmente así lo sea, el más escandaloso de todos, pero no deja de ser más de lo mismo y lo que hace es confirmar las miserias del fútbol español. Con la diferencia, eso sí, de que ahora todo el mundo opina según el color de la bufanda con que lo hagan. Algunos, mezclando churras con merinas. Otros, sin saber siquiera que los árbitros dependen de la RFEF y no de LaLiga. E incluso aquellos que tan pronto cuestionaron la nueva Ley del Deporte por haberse modificado, como, al darse cuenta de que no fue así, criticaron no haberlo hecho. Los mismos que echan en cara a la prensa catalana mirar para otro lado, como si ellos no lo hubieran hecho en otros asuntos, si no tan graves, sí lo suficiente como para negarse a darle al on en lugar de al off...

En el fútbol en general y el español en particular, las ayudas arbitrales son como las meigas, haberlas, haylas. Con la diferencia de que en este caso, más que verlas, lo complicado sea demostrarlas. De aquí la importancia del caso Negreira, curiosamente destapado gracias a una inspección de Hacienda, como en la caída de Al Capone, por más que el FC Barcelona estuviera pagando durante 17 años, ¡17 años!, al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA). Un hecho "ni ético ni estético", que diría el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD).

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