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El caso Negreira le explota a Laporta por apoyar a Villar frente al "candidato de Florentino"
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EN LAS ELECCIONES DE LA RFEF DE 2004

El caso Negreira le explota a Laporta por apoyar a Villar frente al "candidato de Florentino"

El presidente del Barça negó el voto a González Otero a la presidencia de la RFEF, mientras Joan Gaspart, que en 2001 fichó al exvicepresidente del CTA, casualmente cambió el de los árbitros

Foto: Laporta junto a Villar y Zapatero. (EFE/Alberto Estévez)
Laporta junto a Villar y Zapatero. (EFE/Alberto Estévez)

"Lo digo muy claro, culés: no es casualidad que esta información salga en estos momentos en los que el Barça va bien. ¡No es casualidad!". Este fue el sorprendente mensaje que Joan Laporta lanzó tras destaparse la noticia de que el club que preside pagó 4,7 millones de euros a José María Enríquez Negreira, exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), aunque quien en realidad hiciera este trabajo tan bien remunerado fuera su hijo. Nadie duda de que, si Laporta no supiera que este asunto viene de lejos, habría cargado contra su antecesor, Josep Maria Bartomeu. Por más que la investigación se centre en el periodo 2016-2018, precisamente la etapa de Bartomeu, todo empezó en 2001, si no antes, y que este caso le haya explotado en las manos al actual presidente del FC Barcelona se debe a una carambola de Villar.

Fue en marzo de 2012, a raíz de la polémica suscitada con la petición de sanción a Piqué por hablar de "premeditación" tras ser expulsado, cuando Alfons Godall, vicepresidente de Laporta entre 2003 y 2010, confesó un trato de favor por parte de los árbitros hacia el equipo catalán. Pistas e indicios fueron dejando: "Nuestra llegada coincidió con elecciones en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Sabíamos que el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, apoyaba con fuerza a Gerardo González, por lo que nosotros decidimos decantarnos por Villar", comentó el mencionado Godall, para añadir sin ningún rubor que "las buenas relaciones con la Federación y con el Comité Técnico de Árbitros (CTA) nos ayudaron".

Foto: Gaspart y Lendoiro, cuando aparecieron juntos en 'Salvados'. (Atresmedia)

Efectivamente, si nos remontamos a noviembre de 2004, resulta que Ángel María Villar ganó las elecciones a la presidencia de la RFEF al superar por tan solo 20 votos a Gerardo González Otero. Así, de los 177 asambleístas presentes, 98, el 55,05%, se decantaron por él; 78, el 43,82%, lo hicieron por su rival, mientras que Sebastián Losada, el tercer candidato en discordia, no obtuvo ningún respaldo. Villar sustentó su victoria en la escisión que logró abrir en la Liga de Fútbol Profesional, ya que, a pesar de que esta decidió apoyar de manera unánime a su rival, siete clubes, encabezados por el FC Barcelona, rompieron la disciplina de voto. Aunque más importante y decisivo fue aún el apoyo del estamento arbitral, que en un principio parecía estar del lado de González Otero.

En este sentido, y tal y como informó el diario AS, "una parte importante de la victoria de Villar se correspondió con el trabajo realizado por Joan Gaspart, su máximo responsable de campaña". El directivo catalán fue definido como "una de las personas clave en el triunfo del anterior presidente de la LFP, Pedro Tomás, en las últimas elecciones de la patronal", pero también fue decisivo para que Jaume Roura, presidente de la Federación Catalana, tampoco cumpliera con el acuerdo alcanzado en esta territorial, así como del cambio de última hora en los árbitros. Casualmente, ahora se ha sabido que fue precisamente bajo la presidencia de Gaspart cuando el FC Barcelona contrató los servicios de Enríquez Negreira, algo que entonces ya sospechaba Gerardo González.

placeholder Florentino Pérez y Joan Laporta, durante el desayuno informativo de Nueva Economía Fórum. (EFE/Mariscal)
Florentino Pérez y Joan Laporta, durante el desayuno informativo de Nueva Economía Fórum. (EFE/Mariscal)

Aunque fuera una confesión en toda regla, lo que en realidad hizo Godall al decir que "las buenas relaciones con la Federación y el Comité Técnico de Árbitros nos ayudaron" fue una crítica a la directiva de Sandro Rossell por no hacer lo mismo. "Tenemos que estar al lado de las entidades en las que se ejerce el poder y no darles la espalda", aseguró el exvicepresidente. Piqué fue expulsado por el madrileño Velasco Carballo y el entonces presidente del CTA, Victoriano Sánchez Arminio, anunció que su organismo le denunciaría al Comité de Competición de la RFEF, que admitió la denuncia. Este hecho provocó el enfado de Godall y conllevó una revelación que cobra aún más sentido tras destaparse el caso Negreira.

Las sospechas de Gerardo González

"Algo tiene que cambiar en la Federación a la vista del resultado de la votación, que es un aviso", señaló el derrotado González Otero. "No sé lo que ha fallado. Mis datos anoche eran que tenía 98 votos a favor, pero en algún momento hubo un corrimiento hacia el otro lado", añadió el gallego, a quien Joan Laporta avisó de que no iba a votarle porque era del Real Madrid y, por tanto, "el candidato de Florentino Pérez". No es de extrañar que desde entonces fueran varias las ocasiones en las que desde los canales habituales del máximo dirigente madridista se lanzaran acusaciones como que los partidos del Barça eran "arbitrados bajo otro reglamento". "A nosotros es mucho más difícil pitarnos algo", llegó a declarar en esta misma línea el que fuera capitán del Real Madrid, Sergio Ramos.

Así se entienden las "esperanzas" que se filtraban desde la zona noble del Bernabéu de que con la caída de Villar las cosas pudieran cambiar en el estamento arbitral y también puede explicarse el apoyo a Rubiales por parte del mismísimo Florentino para pasar de presidir la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) a la RFEF, y de esta manera lograr que el Real Madrid volviera a tener peso en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. De hecho, el nuevo presidente puso al excolegiado madrileño Velasco Carballo al frente del CTA, del que lógicamente salió Enríquez Negreira. También fue entonces cuando este dejó de cobrar del Barça, con las consiguientes amenazas que desveló el diario El Mundo y que dejan al catalán no solo como un chantajista, sino también como una vergüenza para el estamento arbitral.

Más allá de que este asunto no sea ni ético ni estético, como el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), José Manuel Franco, calificó que Rubiales y Piqué pactaran una comisión cuando la RFEF decidió llevarse la Supercopa de España a Arabia, el caso Negreira parece que tampoco llegará a ningún lado. Como apuntó el presidente de LaLiga, "no es posible que existan sanciones disciplinarias deportivas, porque desde 2018 a 2023 han pasado cinco años y este tipo de sanciones prescriben a los tres años desde que se han producido los hechos". Javier Tebas se refería al artículo 112 de la nueva Ley del Deporte, que no ha cambiado con respecto a la anterior, tal y como en algún medio se quiso hacer creer.

Foto: Joan Laporta, en su última rueda de prensa. (EFE/Alejandro García)

"Una vez analizados los hechos, hay varias cosas claras: lo primero, que es evidente que en el año 2018 y en los anteriores las normas de compliance, que controlan los intereses tanto del Barcelona como del Comité Nacional de Árbitros, no funcionaron, porque estos servicios no se deberían haber prestado", señaló el presidente de LaLiga. Una competición que, como el estamento arbitral que depende de la RFEF, ha vuelto a quedar bajo sospecha por cuestiones que no deberían tener cabida en el fútbol español, como tantas otras en las que se han producido conflictos de intereses u otro tipo de irregularidades y al menos todavía no han prescrito...

"Lo digo muy claro, culés: no es casualidad que esta información salga en estos momentos en los que el Barça va bien. ¡No es casualidad!". Este fue el sorprendente mensaje que Joan Laporta lanzó tras destaparse la noticia de que el club que preside pagó 4,7 millones de euros a José María Enríquez Negreira, exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), aunque quien en realidad hiciera este trabajo tan bien remunerado fuera su hijo. Nadie duda de que, si Laporta no supiera que este asunto viene de lejos, habría cargado contra su antecesor, Josep Maria Bartomeu. Por más que la investigación se centre en el periodo 2016-2018, precisamente la etapa de Bartomeu, todo empezó en 2001, si no antes, y que este caso le haya explotado en las manos al actual presidente del FC Barcelona se debe a una carambola de Villar.

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