"Todos los árbitros recibían un reloj de oro": los 'presis' de antes hablan del caso Negreira

Primero en Liga con ocho puntos de ventaja sobre el segundo, en semifinales de la Copa del Rey, vigente campeón de la Supercopa de España y con opciones de ganar la Europa League. Salvo lo último, la temporada del Barcelona es más que positiva hasta ahora. Pero el club está al borde, más del lado malo que del bueno. Les acechó el abismo. Todos los focos apuntaron al Camp Nou tras la información desvelada por la Cadena SER. El club catalán pagó 1,4 millones de euros entre 2016 y 2018 al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) José María Enríquez Negreira, por supuestas asesorías verbales, y otros excargos azulgranas apuntan a pagos que se remontan a 2001.

El colegiado, como publicó El Confidencial, utilizó una empresa de publicidad, Dasnil 95 SL, para el cobro de las citadas cantidades. El único rostro visible de la compañía era su hijo, Javier Enríquez Romero, al que utilizó para controlar la sociedad en la sombra. Las reacciones desde el Barça no tardaron en llegar. El primero fue el presidente, Joan Laporta, quien vio una mano negra porque los azulgranas viven el mejor momento de la temporada. "No es casualidad que salgan estas informaciones ahora". El entrenador, Xavi Hernández, aparcó el asunto en rueda de prensa: "Siempre analizamos a los árbitros, no es novedad".

Los escándalos del fútbol español

Silencio. Temor. La jornada estuvo marcada por la ausencia de declaraciones procedentes de voces autorizadas del resto de clubes de Primera División. Elocuencia. Locuacidad. Estas eran las características de los dirigentes de los noventa, que no necesitaban mensajeros para trasladar sus opiniones. ¿Qué habría ocurrido si ellos estuvieran en activo? El Confidencial ha contactado con cuatro de ellos —José María Caneda, Augusto César Lendoiro, Joan Gaspart y Paco Roig— para saber qué opinan del escándalo arbitral.

"En lo que concierne a mis años en la directiva del Barcelona y en la RFEF, jamás he hecho ninguna operación inmoral, ilegal o poco ética. No tengo nada que ver", se desmarca Gaspart, presidente del Barça entre 2000 y 2003. Es más, admite que son habituales esas prácticas. "Es algo que han hecho todos los clubes del mundo. Si yo conociera a un árbitro internacional que tuviera relación con el [partido] de esta noche [por el Barcelona-Manchester United], ¿cree que no lo hubiera llamado para preguntarle por el colegiado?".

Las primas a jugadores rivales han estado presentes en el fútbol español. Sin embargo, nunca se había dado un caso tan escandaloso en lo que se refiere a los árbitros. Lo explica Caneda, presidente del Compostela entre 1988 y 2004: "En los equipos grandes, es algo normal. Antes no salía nadie a denunciarlo, pero ahora parece que sí. Una vez, un árbitro nos perjudicó en un partido, que no recuerdo cuál era. Me reconoció que no había sido imparcial, porque le dieron un maletín. Y que no había visto tanto dinero junto en su vida".

Los relojes de oro

Caneda, que a lo largo de su trayectoria siempre tiró de valentía, no se quedó callado tras lo ocurrido. "Al día siguiente, era el sorteo de la Copa del Rey y viajé a Madrid. Y se lo dije a Ángel María Villar, en público y en privado". Allí, sin embargo, no encontró castigo para el colegiado. "El presidente de la RFEF me dijo que me dejara de bromas. La Federación fue una mafia y lo sigue siendo".

"Es algo inaudito, sea por las razones que sea", dice Lendoiro, presidente del Deportivo entre 1989 y 2014. Él afirma saber lo que es sentirse perjudicado por amaños, porque el Valencia, gracias a la prima del Barça, privó al equipo coruñés de su primera Liga en 1994. "No he encontrado una situación así nunca. Es el hundimiento del fútbol español; es lo peor que le ha ocurrido desde que veo fútbol".

"Los ocho primeros equipos de la Liga les regalaban relojes de oro a los árbitros y a los linieres", explica sin tapujos Caneda. Los noventa era una época en la que los colegiados cobraban 10.000 pesetas por partido (60 euros), lejos de los 12.500 euros fijos actuales, además del variable de 4.000 por partido pitado. "La noche anterior, iba alguien del club a recogerlos al hotel, los llevaba a cenar y les entregaba los regalos".

Los colgantes del Deportivo

"No estoy de acuerdo con Caneda", se defiende Paco Roig, presidente del Valencia entre 1994 y 1997, que recuerda cómo trataba el Barcelona a los árbitros en su época. "Se hablaba de que el Barça le regalaba un reloj de oro al árbitro al acabar el partido. Yo no lo hice. También que a Camacho [árbitro] el Madrid le había regalado un Mercedes". Algunos clubes sí que tenían ciertos detalles con los árbitros, aunque sin intención de vulnerar su imparcialidad. Era el caso del Deportivo de La Coruña, como reconoce Lendoiro: "Normalmente, les regalábamos un colgante para sus mujeres. Era un detallito, que solía costar entre 50 o 60 euros".

Este es un escándalo más en la extensa lista del fútbol español. El último había sido los Supercopa Files, la trama sobre las irregularidades de Luis Rubiales al frente de la RFEF destapada por El Confidencial. Habla Caneda: "El fútbol español es uno de los más corruptos que hay en Europa. No se mide igual a los pequeños que a los grandes, porque los responsables deberían estar en la cárcel. Yo tenía fe en Tebas, pero la estoy perdiendo".

Las palabras de Tebas

"El fútbol español está podrido desde hace muchos años. Esto ha sido un golpe a su línea de flotación", argumenta Lendoiro. Los equipos grandes siempre han estado mejor valorados por los dirigentes. A nivel internacional, son los que enriquecen el valor de la competición. "Podía haber equipos que tuvieran más o menos apoyos, pero no pagos. Es demencial".

El presidente de LaLiga, Javier Tebas, descartó cualquier tipo de sanción para el Barcelona. Los expresidentes, salvo Gaspart, discrepan. Turno para Roig: "Yo sancionaría al Madrid y al Barça para toda la vida. Ellos dominan el fútbol. Los culés diciendo que esto ha salido en su mejor momento, ¡pero si ellos son los que han pagado!". "Soy madridista, pero no tienen que descender al Barça", explica Caneda. Esto ocurrió durante la etapa de Josep Maria Bartomeu como presidente. "Son los involucrados los que tienen que ser multados, no el club".

"¿Por qué tendrían que ser sancionados? No lo entiendo, porque no han hecho ninguna ilegalidad", argumenta Gaspart. Las responsabilidades aún están pendientes de ser exigidas, porque ni siquiera lo ha judicializado la Fiscalía. "No se puede sancionar a los santos, aunque el Barça no sea uno".

Más allá de la multa o de las consecuencias que tenga esta actuación, Lendoiro ve la sanción de otra manera: "No sé si legalmente puede haberlas. La sanción está muy clara: nunca ha habido nada que le haya hecho tanto daño al fútbol español". Es pleno mes de febrero y el fútbol español ya suma el primer escándalo del año. Corregir este tipo de actuaciones es algo aún pendiente en nuestro país. Eso no ha cambiado. Tampoco la voluntad de hablar de aquellos presidentes. Son difíciles de imitar; son de los de antes.