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Por qué comenzaron las tarjetas en el fútbol: Pelé y el Mundial son los culpables
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LOS JUGADORES NO ERAN SANCIONADOS

Por qué comenzaron las tarjetas en el fútbol: Pelé y el Mundial son los culpables

Al brasileño lo golpearon duramente en el Mundial de Inglaterra 66. El colegiado de ese partido, Kenet George Aston, se inspiró en los semáforos para diseñar las cartulinas

Foto: Pelé es el gran responsable de que haya tarjetas. (EFE)
Pelé es el gran responsable de que haya tarjetas. (EFE)

Las tarjetas no siempre estuvieron presentes en el fútbol, aunque les parezca una broma. Anteriormente, la amonestación llegaba de manera verbal, si es que se advertía. Pero estaba el problema de las lenguas y la supuesta incomprensión. Una Torre de Babel inexpugnable para los colegiados cuando la violencia estaba más que presente en el fútbol. Pelé la sufrió (y mucho) durante Inglaterra 66 y así llegaron las cartulinas, estrenadas en México 70.

El árbitro alemán Kurt Tschenscher enseñó la primera tarjeta de la historia el 31 de mayo de 1970. El que la recibió fue Kakhi Asatiani, jugador soviético que disputó el partido inaugural del Mundial frente a la anfitriona (0-0). Fue una de las cinco amarillas que sacó el colegiado (cuatro a la URSS y una a México).

La dureza empleada por algunas selecciones en Inglaterra 66, el torneo en el que O Rei fue masacrado por búlgaros y portugueses, propició que se creara el sistema de tarjetas. El ideólogo fue un colegiado inglés, Kenet George Aston, quien se inspiró en los colores de los semáforos. El amarillo se utilizaría para la advertencia y el rojo, para la expulsión. Su aportación al fútbol no se quedó ahí, porque también fue el que inventó los banderines amarillos para los asistentes.

Una vida polifacética

La vida de Asatiani fue de novela negra. A pesar de ser de origen georgiano, representó a la URSS y jugó 16 partidos en esa selección, a la que representó en la Eurocopa de 1968 y en el Mundial de 1970. En México, los soviéticos fueron eliminados en cuartos a manos de los uruguayos. Y se marcharon como el equipo más amonestado del torneo (seis tarjetas).

Asatiani solo jugó en el Dinamo de Tiflis, equipo en el que debutó en 1965 y donde se retiró una década más tarde. Allí hizo de todo: fue el director deportivo entre 1978 y 1982 y el entrenador en 1987.

Su vida fue completamente polifacética. Integró el Gobierno georgiano como ministro de Deportes entre 1990 y 2000, a la misma vez que era copropietario de la aerolínea Airzena. En esos momentos, ya era uno de los hombres más ricos de Georgia. A los 56 años, fue ametrallado cerca de su domicilio por un desconocido que esperó que saliera de una tienda en la que entró a comprarle un regalo a su hija. Jamás se detuvo al responsable ni se conocieron las secuelas del crimen.

placeholder Caszely se negó a saludar a Pinochet en la recepción que el dictador ofreció a la selección chilena. (EFE/Yoan Valat)
Caszely se negó a saludar a Pinochet en la recepción que el dictador ofreció a la selección chilena. (EFE/Yoan Valat)

La rebeldía de Caszely

La celebridad de Tschenscher no llegó solo por enseñar la primera tarjeta de la historia. Cuatro años antes, en Inglaterra 66, arbitró el Brasil-Bulgaria en el que Pelé fue golpeado constantemente por el defensa Zhechev, que no recibió amonestación alguna. No obstante, aquello no le pasó factura y todavía es el único árbitro que ha pitado en tres Mundiales (1966, 1970 y 1974). Aunque es un colegiado que no trae buenos recuerdos a los brasileños, arbitró el último partido de O Rei con la canarinha. Un Brasi-Yugoslavia (2-2) en el que el protagonista le regaló su camiseta.

Tschenscher fue el primero en enseñar una amarilla, pero el turco Babacan fue el pionero en mostrar una roja. Hubo que esperar hasta Alemania 74, porque en México 70 no hubo expulsados. Ocurrió en el encuentro inaugural entre Alemania y Chile (1-0), cuando el chileno Carlos Caszely fue expulsado en el minuto 67 tras una dura entrada sobre el alemán Vogts.

Caszely, además de un gran delantero que marcó 312 goles en su carrera, también fue un rebelde de manera justificada. Antes de viajar a Alemania para jugar el Mundial, se negó a saludar al dictador Pinochet en la recepción que ofreció al equipo. Poco antes de aquello, su madre había sido torturada, como muchos otros chilenos.

Blancas en lugar de amarillas

Babacan, por su parte, no requiere presentación para los aficionados del Atlético de Madrid ni para los del Celtic de Glasgow. Antes de mostrar la roja en Alemania 74, enseñó también la primera roja en unos Juegos Olímpicos, en Múnich 72 (al marroquí Mouhoub Ghazouani). En 1974, pitó la Batalla de Glasgow, el encuentro de ida de las semifinales de la Copa de Europa entre colchoneros y escoceses, que concluyó 0-0 y en el que hubo 51 faltas. Los rojiblancos sometieron a Jimmy Johnstone a un violento marcaje que acabó con tres expulsados (Panadero Díaz, Quique y Ratón Ayala), pocos, según apuntaron los cronistas.

Las tarjetas existían en el fútbol desde 1970, pero en España se aprobaron el 15 de enero de 1971 por el Comité Directivo de la RFEF. No obstante, nuestra competición fue la única a nivel mundial en usar tarjetas blancas en lugar de amarillas. La Selección española no se clasificó a México 70, y el secretario general de la Federación, Andrés Ramírez, no viajó hasta el país azteca por problemas profesionales. Siguió el torneo a través de una televisión en blanco y negro y de ahí su confusión: creía que las cartulinas amarillas eran blancas.

El 24 de enero de 1971 entraron en vigor las tarjetas en el fútbol español. El primero en ver una tarjeta blanca fue Julián Riera, del Sant-Andreu, por una acción de juego peligroso en la victoria de su equipo ante el Burgos (1-0), correspondiente a la 21ª jornada de Segunda División. El partido comenzó a las 11:45 y fue arbitrado por Juango Ruiz.

placeholder Quini se llevó la primera tarjeta blanca. (EFE/José Manuel Vidal)
Quini se llevó la primera tarjeta blanca. (EFE/José Manuel Vidal)

El cambio por las amarillas

Ese mismo día se enseñó la primera tarjeta blanca de Primera División. Se la llevó Enrique Castro, Quini, en el minuto 66 del Espanyol-Sporting (2-0) por sus reiteradas protestas al colegiado Balaguer García. En 19 años como profesional, solo lo amonestaron en 14 ocasiones.

La primera roja tardó tres semanas en llegar, concretamente el 14 de febrero. Fue San Valentín, pero no reinó el amor sobre el campo. El árbitro Serrano Sancristóbal mostró una doble roja en el 40' a José María García y Adelardo Rodríguez en la victoria del Atlético de Madrid ante el Espanyol (3-0).

placeholder Las amarillas no llegaron a España hasta 1976. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Las amarillas no llegaron a España hasta 1976. (EFE/Rodrigo Jiménez)

La Federación cambió las tarjetas blancas por las amarillas en 1976, justo antes de que comenzara la temporada 1976/77. El primero en ver una amarilla fue el realista Diego, en el encuentro inaugural de esa temporada, el Zaragoza-Real Sociedad (1-1). Se la enseñó Ausocúa Sanz en el 12' por zancadillear a un contrario.

Se ha avanzado mucho en términos de juego limpio en el fútbol. Antes, las patadas se sucedían sin que hubiera amonestación por parte del colegiado. De hecho, en el Mundial se vio uno de los marcajes más duros que se recuerdan, el de Gentile a Maradona. Ahora, sin embargo, apenas hay juego sucio. Y todo es gracias a lo que sufrieron algunos en la Copa del Mundo.

Las tarjetas no siempre estuvieron presentes en el fútbol, aunque les parezca una broma. Anteriormente, la amonestación llegaba de manera verbal, si es que se advertía. Pero estaba el problema de las lenguas y la supuesta incomprensión. Una Torre de Babel inexpugnable para los colegiados cuando la violencia estaba más que presente en el fútbol. Pelé la sufrió (y mucho) durante Inglaterra 66 y así llegaron las cartulinas, estrenadas en México 70.

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