La versión defendible de Marco Asensio: hay que tragarse el ego para servir al Real Madrid

El Marco Asensio que vive los partidos en el banquillo con pasión, sale al campo sin protestar y tiene impacto en el partido, aunque sean pocos minutos, es el que gusta en el Real Madrid y a los aficionados. El que está callado, trabaja con buena cara, demuestra actitud y está preparado cuando le llega la oportunidad. El que aportas soluciones con esfuerzo, generosidad y talento. En definitiva, el que ha entendido que para servir al Real Madrid hay que tragarse el ego. Así convence a Carlo Ancelotti para tener más protagonismo en los partidos y puede reconducir las negociaciones con el club para la renovación.

El que no gusta es el que parece desenchufado, es irregular y presiona para renovar. El que pone caritas o tira el peto al suelo cuando se enfada porque se queda sin jugar. Como sucedió en el partido contra el Mallorca. Ni, por supuesto, el que deja la puerta abierta al Barcelona con el asunto de su renovación sin resolver. La reconquista de Asensio empieza con actuaciones breves y contundentes como la que tuvo en el partido contra el Sevilla. De esta manera se gana la confianza del entrenador y puede encontrar el camino de la reconciliación con los que le pitan en el Bernabéu. Resolver el contrato es algo más complejo, que depende de lo económico y la planificación deportiva del club. Tiene voluntad para ampliar su vinculación. Lo que no tiene claro es que el club le vaya a dar lo que pide. Sigue sin haber novedades en las conversaciones para una ampliación. Este asunto está en pausa y habrá que esperar a que pase el Mundial de Qatar y empiece el nuevo año.

Primero está el rendimiento en el césped y después los despachos. Esto parece que le ha quedado claro al futbolista, que está por la labor de sacrificarse y demostrar que tiene una actitud profesional y de compromiso. Hay cambios. No es el Asensio que en verano se abrió la puerta del Real Madrid, que amagó con irse o que en una concentración de la Selección dio esperanzas al Barcelona. Es una persona más serena, un futbolista que ha entendido que toca hacer equipo y sumar en la dinámica ganadora de un Real Madrid que sigue invicto.

Ningún partido de titular

Marco Asensio convence al entrenador en un rol muy diferente al que esperaba cuando alzó la voz al final de la temporada pasada. Protestó, reivindicó que era el tercer máximo goleador del equipo y pidió que se le tuviera en consideración para jugar con más continuidad. Lo que consiguió es molestar, echarse a los aficionados encima y enfadar al club. Las presiones no tuvieron efecto. La charla que mantuvo con Ancelotti en pretemporada, una vez que decidió quedarse, fue clara. La competencia para jugar era dura y tenía que ponérselo difícil al entrenador.

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El resultado sigue siendo desfavorable para el balear. Asensio todavía no ha sido titular en ninguno de los dieciséis partidos que se llevan disputados en la temporada. Ha jugado en once y siempre saliendo desde el banquillo. Es el vigésimo futbolista en el ranking de minutos, con solo 128. Hazard ha jugado más que él. Aun así, al balear le ha dado para marcar dos goles. Uno en la Champions contra el Leipzig y otro en la Liga contra el Elche. El cambio está en aprovechar los pocos minutos que tiene y salir enchufado. Los elogios de Ancelotti, tras ganar al Sevilla, son un paso importante. Marco Asensio salió como uno de los revulsivos en un partido peligroso y atascado y fue determinante en la jugada del contragolpe que definió Lucas Vázquez para hacer el segundo gol. Asensio cogió el balón, giró, se perfiló y dio un pase profundo a Vinícius. Un gran pase que puso en ventaja al brasileño, con el que asistió a Lucas Vázquez. En el tercer gol, el golazo de Fede Valverde, el pase es de Asensio.

Está en modo revulsivo y eso le viene bien a Asensio y al entrenador. Todo lo que sume en momentos en los que hay que tirar del equipo es algo que servirá para limpiar la imagen de futbolista intermitente y conformista. Hace tiempo que se le pide que salga de la zona de confort. Del banquillo al campo, con los pocos minutos que tiene, ha sido capaz de cambiar cosas y generar impacto. Su lastre es la falta de continuidad en el juego. Se le pide rebeldía. Si la tuviera no debería haber perdido la condición de titular en una plantilla donde Fede Valverde y Rodrygo están por delante en la delantera y Camavinga sale antes al campo para jugar de interior.

Un contrato en pausa

La primera gran oportunidad de la temporada para entrar en el once la tiene en el partido de esta noche contra el Leipzig. Las bajas de Benzema, Fede Valverde y Modric pueden beneficiar al balear y jugar en algunas de las posiciones de ataque o en el centro del campo. Él prefiere jugar de interior, con la portería de cara y sin estar pegado en la banda. Lo que tiene a favor es la confianza que dan las palabras de Ancelotti después del encuentro contra el Sevilla: "Asensio está aprovechando los minutos que le estoy dando y puede ser que merezca más".

Esto se resume en que Marco Asensio quiere tener opciones de quedarse en el Real Madrid, sentarse a negociar e intentar llegar a un acuerdo, aunque no será sencillo. La actitud es intachable, lo más profesional posible, demuestra que hace méritos para jugar, aprovecha los minutos de calidad y es determinante. "Va a tener más minutos en el futuro. Después del Mundial hablaremos de su contrato", comenta Carlo Ancelotti.

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Entrar en los planes de Luis Enrique es algo que ha influido en gran medida en su actitud de trabajar más duro, estar motivado y plantearse desafíos a corto plazo. A finales de la temporada pasada era pesimista. Entró en una convocatoria para la disputa de tres partidos de la Liga de Naciones con carácter de urgencia por la cantidad de lesionados. Luis Enrique ha mantenido su confianza en el madridista tras las bajas de Oyarzabal, Dani Olmo y Gerard Moreno e hizo un partido contra Suiza, en el estadio de La Romareda, en el que se reivindicó con una asistencia en el gol de Jordi Alba. A Marco Asensio le queda el último paso. El poder estar en la lista de convocados que tiene que dar el seleccionador el 11 de noviembre para el Mundial.