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Las torpezas de Jordi Alba: el cara a cara con Xavi en un Barça donde no todo es idílico
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la difícil gestión del entrenador

Las torpezas de Jordi Alba: el cara a cara con Xavi en un Barça donde no todo es idílico

Xavi le dejó claro a Jordi Alba, con antelación, que esta temporada tendría más competencia en su puesto y sería más complicado entrar en el equipo titular. Al lateral le cuesta aceptarlo

Foto: Jordi Alba durante en el patido con el Viktoria Plzen. (Efe/Alejandro García)
Jordi Alba durante en el patido con el Viktoria Plzen. (Efe/Alejandro García)

Los roles están definidos en un Barcelona que ha sufrido una enorme transformación. Pero no todos los futbolistas los aceptan. No lo llevan bien. El trabajo de purga y los fichajes que pidió Xavi se resolvió de manera incompleta y el entrenador se quedó con las ganas de alguna incorporación más (Bernardo Silva) y haberse liberado de las vacas sagradas (Piqué y Jordi Alba). No ha sido posible y la temporada, recién empezada, presenta un Barça renovado, más competitivo, pero con futbolistas que ponen caritas. No es lo peor. Lo grave para Xavi ha sido escuchar las quejas públicas de Jordi Alba. No todo es idílico en el remozado Barcelona.

Esto va de cerrar ciclos. No de ir de cara, como criticó Jordi Alba al club por buscarle una cesión al Inter de Milán en el último día de mercado de fichajes. Las formas no le gustaron al futbolista. Se enteró por la prensa y lo interpretó como una medida de presión. No fue un ultimátum ni le pusieron contra la espada y la pared. Mateu Alemany cumplió con una de las tantas peticiones que hizo Xavi.

placeholder Jordi Alba en el banquillo con Piqué
Jordi Alba en el banquillo con Piqué

A Jordi Alba le avisó el entrenador de sus intenciones. No le ha traicionado. Esta temporada iba a tener más competencia y llegarían refuerzos para el lateral izquierdo. El joven Alejandro Balde y Marcos Alonso están por delante de Jordi Alba. Esto no lo lleva bien y era previsible que estallara. Jordi Alba es un excelente jugador, pero le falta serenidad y equilibrio. Cometió una torpeza y se quejó con unas declaraciones públicas, en un acto promocional, que no le gustaron a Xavi. "Yo soy un hombre que me gusta ir de cara con todo el mundo y siempre se pueden hacer mejor las cosas", es el reproche de Alba, que abre una herida en el Barça.

Xavi quiso, precisamente, evitar este tipo de tensiones. No quiere malas caras, ni que los jugadores pongan en duda su gestión. La contestación del entrenador del Barcelona, un día después del dardo de Jordi Alba, fue breve y contundente: "No sé si el club ha ido de cara con Alba, pero yo sí he hablado mucho con él y no me doy por aludido". Xavi desnudó a Jordi Alba y el lateral no jugó ni un solo minuto en el partido contra el Cádiz.

Las caritas de Alba y Piqué

De aquí en adelante hay que comprobar cómo es la relación y la gestión de minutos de Xavi con Jordi Alba. Es un futbolista que no considera titular, pero es aprovechable y lo último que va a hacer el entrenador es tirarse piedras contra su tejado. Jordi Alba no es Dembéle, para Xavi. Lo que hizo el técnico con el francés, cuando Laporta pidió que se le dejara en la grada por negarse a renovar en el mes de enero, fue recuperarlo. Xavi lo tiene claro. Ha sido capaz de poner a Dembéle y compararlo con el nivel del mejor Neymar. Con Jordi Alba no puede suceder esto por la edad (33 años) y porque estaba avisado de lo que le esperaba. Va a tener oportunidades, pero menos confianza.

Foto: Fede Valverde celebra el gol en el partido contra el Mallorca. (Efe/Juanjo Martín)

Xavi ha hecho con Jordi Alba lo mismo que hizo Luis Enrique con él cuando el asturiano era entrenador del Barcelona y le comunicó a Xavi sus planes antes de empezar la temporada. No iba a ser titular indiscutible y el club le daría facilidades si quería buscar otro equipo. Luis Enrique contó más con Rakitic. Xavi decidió quedarse, con un rol secundario, sin una queja y supo cerrar bien su ciclo. Se marchó del Barcelona con la última Champions ganada en Berlín en 2015 y aceptó que la etapa estaba cerrada. Le quedaba una temporada más de contrato. A Jordi Alba le faltan dos y no se calla. No es fácil asimilar que durante muchos años fue el mejor socio de Messi y ya no es indiscutible en el once.

Xavi no le va a pasar factura a Jordi Alba con sus declaraciones, pero sí tiene claro que ha ido de cara. Actúa como Luis Enrique, que pasó de ser compañero en el equipo a entrenador. Le comunicó con antelación sus planes. De la misma manera que fue claro con Gerard Piqué a principios del mes de junio en otro cara a cara. A Piqué le quedó claro que no iba a ser titular y que no podía tener en cuenta el rendimiento del pasado. Piqué fue de lo mejor del Barça la pasada temporada. Jugó con molestias, forzó y demostró compromiso. Pero Xavi tiene otros planes y los ha hecho saber desde la pretemporada. Piqué es el quinto central de la plantilla, no se queja como Jordi Alba, pero su cara en el banquillo es el reflejo de la resignación y la frustración.

La presión es para Xavi

El entrenador no está cómodo con dos excompañeros. Es un engorro gestionar el final de sus carreras. No suele funcionar que un amigo que cambia el vestuario de jugadores por el del entrenador decida que ya eres prescindible. Es otro escenario, el que conoció Xavi en el final de su etapa en el Barça, y por lo que ha ido de cara con Jordi Alba y Gerard Piqué.

Foto: Mbappé se ríe en rueda de prensa. (EFE/Yoan Valat)

Xavi ya no está para contentar a los futbolistas. Es un entrenador que se juega su prestigio y mucho dinero gastado con la venta de patrimonio para hacer fichajes. Tiene demasiada presión para ganar títulos. Llegó al Barcelona como el salvador, el club hizo un esfuerzo (sin palancas) para reforzar la plantilla en enero y, aun así, no le dio para competir en la Europa League. No funcionó el efecto Xavi. Hay un antes y un después de la bochornosa eliminación contra el Eintracht y para darle una vuelta al equipo no contaba con Jordi Alba. Puesto todo en una balanza, lo deportivo, social y económico, lo mejor era ir de cara y que no hubieran continuado Piqué ni Alba.

Siguen y queda toda la temporada por delante para comprobar si soportan pasar tanto tiempo en el banquillo o verse fuera del equipo en los encuentros importantes. Uno de ellos es el que enfrenta al Barcelona contra el Bayern de Múnich en el Allianz Arena. Es la primera gran alineación de Xavi para saber cuál es su once de gala. Piqué, en las rotaciones contra el Cádiz, entró en el once. ¿Se puede dar por muerto a Jordi Alba? Todavía es pronto para decirlo con un lateral de su experiencia y competitividad y del que, pese al desencuentro con el club, todavía puede hacer sus últimos servicios al Barcelona.

Los roles están definidos en un Barcelona que ha sufrido una enorme transformación. Pero no todos los futbolistas los aceptan. No lo llevan bien. El trabajo de purga y los fichajes que pidió Xavi se resolvió de manera incompleta y el entrenador se quedó con las ganas de alguna incorporación más (Bernardo Silva) y haberse liberado de las vacas sagradas (Piqué y Jordi Alba). No ha sido posible y la temporada, recién empezada, presenta un Barça renovado, más competitivo, pero con futbolistas que ponen caritas. No es lo peor. Lo grave para Xavi ha sido escuchar las quejas públicas de Jordi Alba. No todo es idílico en el remozado Barcelona.

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