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El petardazo de Dembélé: vuelve al Barcelona a pedir trabajo con la cabeza agachada
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el francés se arrepiente de su salida

El petardazo de Dembélé: vuelve al Barcelona a pedir trabajo con la cabeza agachada

Dembélé da marcha atrás, asume su derrota y pide una nueva oportunidad a Xavi. El francés llevaba casi dos semanas sin equipo y se baja el sueldo para jugar en el Barça

Foto: Ousmane Dembélé antes de empezar un partido con el Barça. (Reuters/Albert Gea)
Ousmane Dembélé antes de empezar un partido con el Barça. (Reuters/Albert Gea)

Lo de Ousmane Dembélé es un caso insólito. El francés y su representante, Moussa Sissoko, han estado meses dando largas a las propuestas de renovación del Barcelona y, sin contrato, decide pedir a Xavi que le haga un sitio en la plantilla. El entrenador del Barça está encantado porque siempre quiso y puso de su parte por tener al francés. Para Xavi, jugar con extremos es esencial. Dembélé es un buen jugador de banda, pero ha estado siete meses volviendo loco a los dirigentes del club. Apuró hasta el final su contrato, a la espera de salirse con la suya y tener una de las fichas más altas, y perdió el pulso. Doce días después de quedar libre en el Barcelona se ha presentado en la Ciudad Deportiva Joan Gamper para pedir trabajo.

Lo habrá hecho con la cabeza agachada y arrepentido por cómo llevó las negociaciones con su representante. Ha sido un auténtico disparate y él tiene su parte de responsabilidad. Ha demostrado tener poca cabeza. Dembélé cede y es un fichaje a coste cero que no tiene más remedio que aceptar las condiciones a la baja del club azulgrana. El nuevo contrato es de dos temporadas y el sueldo de 6 millones de euros netos. Es un 40% menos que el que tenía antes. Más vale esto que nada o haberse tenido que buscar la vida en otro país y equipo que no le cuadraba. La conclusión es que el francés no tenía tantas ofertas como esperaba ni está tan cotizado como decía su agente, que por cierto se queda sin la comisión de fichaje.

placeholder Xavi junto a Dembélé en un entrenamiento
Xavi junto a Dembélé en un entrenamiento

Es una de las operaciones más rocambolescas del mercado de fichajes de verano. Un jugador libre, con 25 años y con calidad, no es un caramelo para los grandes clubes. No lo han querido ni Paris Saint-Germain, Chelsea, Manchester United y Bayern de Múnich. Con todos ellos y algunos más ha negociado Moussa Sissoko para colocar a Dembélé y hacer un buen negocio. Donde creía que había un pelotazo resulta que acaba en un petardazo.

Laporta lo quiso apartar

Las puertas de los mejores clubes de Europa se las ha encontrado cerradas y la explicación es bien sencilla. La mala fama de Dembélé y su agente les ha perjudicado. Es un futbolista que tiene un largo historial de lesiones y un comportamiento poco profesional. El agente lleva al futbolista como una mercancía. Solo la paciencia de Xavi ha hecho posible que Dembélé acabara la temporada. Laporta le puso la cruz tras las tensiones que hubo en el pasado mercado de invierno. Dembélé y su agente se negaban a renovar o buscar una salida con la que facilitar el trabajo al club y encajar las incorporaciones en el control salarial. Laporta acabó harto, enfadado y desesperado y llegó a pedir que Dembélé se quedara en la grada. Lo quería apartar como castigo. La afición tampoco tragó con el francés, que lo pitó cuando Xavi le dio la oportunidad de volver a jugar en el Camp Nou. La imagen de Dembélé en Barcelona es la de un futbolista que se ha reído del club, con poco compromiso y devaluado. Con todo en contra, el francés pide que le abran las puertas del vestuario.

Foto: Vinícius celebra el gol al Liverpool en la Champions. (Reuters/Molly Darlington)

Este martes ha aparecido en la Ciudad Deportiva y lo hemos podido ver en una historia de Instagram publicada por Aubameyang. Es alucinante. Ahí estaba Dembélé en el vestuario, junto a Kessié y Umtiti. Es una derrota de Dembélé y su agente y una victoria, principalmente, de Xavi. También puede respirar y sentirse vencedor Mateu Alemany. Al responsable de la parcela deportiva le han vuelto loco la pareja Sissoko-Dembélé. Ambos han sido un dolor de cabeza y tienen que pedir perdón a los dirigentes y los aficionados.

Dembélé ya puede estar agradecido de por vida a Xavi. Otro entrenador no lo querría ni ver en pintura, pero la confianza del técnico parece ilimitada y esto es lo que desde un primer momento debería haber valorado Dembélé sin hacer tanto caso a su representante.

Ousmane Dembélé transige y necesita, además de madurar, un lavado de imagen. Para eso está Xavi, que es un especialista en poner en valor a sus jugadores. El segundo fichaje más caro de la historia del Barça inicia una segunda etapa con más humildad que el día de su contratación. Llegó el 25 de agosto de 2017. Bartomeu pagó 105 millones de euros y acordó otros 42 millones de euros en variables para el Borussia Dortmund. Hoy es Dembélé el que ha tenido que llamar a la puerta del Barcelona.

Lo de Ousmane Dembélé es un caso insólito. El francés y su representante, Moussa Sissoko, han estado meses dando largas a las propuestas de renovación del Barcelona y, sin contrato, decide pedir a Xavi que le haga un sitio en la plantilla. El entrenador del Barça está encantado porque siempre quiso y puso de su parte por tener al francés. Para Xavi, jugar con extremos es esencial. Dembélé es un buen jugador de banda, pero ha estado siete meses volviendo loco a los dirigentes del club. Apuró hasta el final su contrato, a la espera de salirse con la suya y tener una de las fichas más altas, y perdió el pulso. Doce días después de quedar libre en el Barcelona se ha presentado en la Ciudad Deportiva Joan Gamper para pedir trabajo.

Joan Laporta
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