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Xavi cae en su propia trampa, pero lo peor es que ya no motiva a un Camp Nou que se vacía
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el peor momento del entrenador

Xavi cae en su propia trampa, pero lo peor es que ya no motiva a un Camp Nou que se vacía

Xavi no consigue que el Barcelona mantenga la identidad de un estilo, pero lo más grave es que reconoce que no sabe motivar a los jugadores y la afición le da espalda

Foto: Xavi con gesto de preocupación en el Camp Nou. (EFE/Andreu Dalmau)
Xavi con gesto de preocupación en el Camp Nou. (EFE/Andreu Dalmau)

El motivador, no motiva. Lo peor que le puede suceder al Barcelona es que Xavi no sea capaz de motivar a sus futbolistas, y lo que dijo el entrenador para explicar la derrota contra el Rayo Vallecano es grave. "No he sabido motivar a los jugadores", es una manera muy triste de pinchar el globo. Xavi y la bola de la decepción se han ido haciendo cada vez más grandes y el reflejo es la poca asistencia de público al Camp Nou. Contra el Rayo, un día clave para dar un golpe en la mesa y asegurar la Champions, hubo media entrada. 57.023 espectadores presenciaron a un Barcelona desmotivado, gris y sin fútbol.

Xavi cae en su propia trampa y ver al Barcelona produce dolor. Por encima de abusar del discurso de recuperar el estilo y la identidad de juego, llegó como un motivador para sacar de la depresión a la plantilla y los aficionados. Xavi tiene cara de duelo. Desde la goleada en el Clásico y con la lesión de Pedri, el fútbol que practica el Barcelona es vulgar. Vuelve a ser un equipo frágil en defensa, sin claridad para finalizar las jugadas y alocado. El mismo Barcelona que cogió cuando Laporta despidió a Koeman. Con la diferencia de que en las tres últimas derrotas (Eintracht, Cádiz y Rayo) han jugado Ferran Torres, Aubameyang y Adama Traoré. Los fichajes de mitad de temporada fracasan en la recta final.

placeholder Aubameyang durante el partido entre el Barcelona y el Rayo Vallecano.
Aubameyang durante el partido entre el Barcelona y el Rayo Vallecano.

A Xavi se le acabaron los argumentos para explicar qué tipo de trabajo está desarrollando, pese a que insista en que tiene muy claro dónde quiere ir. Le hemos escuchado menospreciar, en la derrota contra el Real Madrid en la Supercopa de España, que les ganaron al contraataque. Se ha lamentado de ser menos intenso en la eliminación de Copa del Rey contra el Athletic. En otro momento, habló del mal estado del césped y hasta puso de escusa la invasión de aficionados alemanes en la eliminación de la Europa League. Por no recordar que, si hubiera ganado al Benfica, habría pasado la fase de grupos en la Champions.

Foto: Antonio Rüdiger celebra el gol marcado con el Chelsea en el Bernabéu. (REUTERS/Paul Childs)

Los propios aficionados del Barcelona no compran el discurso de Xavi y tendrán que esperar a la siguiente temporada. Han dejado de ir al Camp Nou. Han caído en la decepción de ver un equipo que iba a jugar como en los buenos tiempos de Guardiola y acaba los partidos buscando la épica, colgando balones al área, implorando a Luuk de Jong, uno de los que querían echar en enero, que remate uno de esos centros.

El enfado de Frenkie de Jong

Xavi se ha hecho trampas y contra el Rayo le volvimos a ver desquiciado desde el inicio del partido con el gol de Álvaro García. Acabó abatido. El pasional Xavi es ahora un entrenador excitado que transmite los nervios a sus jugadores, sus colaboradores y los aficionados. En el partido contra el Rayo, se vio de todo un poco. Frenkie de Jong se fue enfado por el cambio. El sereno futbolista holandés perdió la calma, tiró las espinilleras, se metió en el vestuario y volvió a salir para sentarse enojado en el banquillo. El delegado del equipo, Carles Naval, perdió los papeles y fue expulsado en el descanso por el árbitro Díaz de Mera por protestar de forma ostensible en las puertas del vestuario. También fue expulsado el utillero Jordi Durán Farres en el tramo final del partido por protestar. Xavi vio la cartulina amarilla.

Este es el estado de ánimo, de desesperación, impotencia, frustración y rabia en el que ha desencadenado la presión que tiene y transmite Xavi. El Barcelona, que llegó a estar 15 partidos sin perder, se ha caído en un momento de la temporada en el que no tiene más partidos que los de la Liga. Solo tenía que motivarse para ganar al Eintracht en Europa y al Cádiz y al Rayo en la Liga. Lo hizo en el Bernabéu y la resaca está siendo demasiado larga. El buen fútbol brilla por su ausencia y ahora el problema es la falta de motivación. Lo primero era innegociable y lo segundo es imperdonable.

Foto: Kylian Mbappé en el partido entre el PSG y el Angers. (EFE/Yoan Valat)

Sus defensores le indultan y declaran la Liga nula. Están contando los días para que acabe este sufrimiento que empezó con Koeman y continúa con Xavi. Para los pro-Xavi, el técnico de Terrasa no es la cara de la derrota y están agradecidos al 0-4 del Bernabéu. Xavi es lo mejor dentro de lo malo una temporada que acabará sin títulos y el consuelo es acordarse de que su máximo rival, el Real Madrid, también se quedó a cero la temporada pasada con Zidane. Pero la realidad es que Xavi da las primeras señales de estar perdido por no conseguir que un equipo reforzado se haya quedado sin gol, sin estilo de juego, sin motivación y sin el apoyo de su público en el Camp Nou.

El motivador, no motiva. Lo peor que le puede suceder al Barcelona es que Xavi no sea capaz de motivar a sus futbolistas, y lo que dijo el entrenador para explicar la derrota contra el Rayo Vallecano es grave. "No he sabido motivar a los jugadores", es una manera muy triste de pinchar el globo. Xavi y la bola de la decepción se han ido haciendo cada vez más grandes y el reflejo es la poca asistencia de público al Camp Nou. Contra el Rayo, un día clave para dar un golpe en la mesa y asegurar la Champions, hubo media entrada. 57.023 espectadores presenciaron a un Barcelona desmotivado, gris y sin fútbol.

Xavi Hernández
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