El Camp Nou ya no es un fortín: el Rayo, al igual que el Cádiz, gana en Barcelona (0-1)

El Barcelona ha pasado de la euforia de soñar con la Liga tras la victoria en el Bernabéu (0-4) a estar en tierra de nadie. El equipo de Xavi sabe a qué juega, pero no para qué. Sin Liga, la Champions está prácticamente certificada a pesar de la derrota ante el Rayo (0-1), que ganó en el Camp Nou gracias al gol de Álvaro García. Quizás el objetivo sea la segunda plaza para disputar la Supercopa de España.

El Rayo salió sin complejos al Camp Nou, sin el miedo escénico. Y sin nada que perder. Es un rival complicado y se juega el descenso, pero lo normal es ser derrotado en semejantes escenarios por la evidente diferencia de los equipos. Era una final para lograr una permanencia que asegure la continuidad en Primera. Y que permita en verano una reflexión tras la mala segunda vuelta.

La oportunidad de reflexionar también le llegará a Xavi en el periodo estival. La situación era desesperante cuando él llegó y reactivó al equipo, pero la sensación que se queda en Barcelona es agridulce. Era complicado pelear la Liga con el Madrid, aunque lo ideal hubiera sido no aumentar la distancia tras el gran partido que completaron en el Bernabéu.

La pelea por la posesión

La posesión la buscó el Rayo en los primeros compases. Ambos equipos se remiten al aspecto más lúdico del balompié, que consiste en la tenencia de la pelota para marcar cuanto antes. El que lo logró fue el Rayo, en el 7'. Un agujero que dejaron Dest y Eric García fue aprovechado por Álvaro García. Isi le filtró un buen pase y el utrerano marcó un golazo por el palo corto.

El gol del Rayo no hizo sino reactivar al equipo de Xavi. La posesión del Barcelona fue muy evidente, aunque las ocasiones no fueron abundantes. El balón parado fue una de las armas que utilizó el Barça, pero no logró nada. Araujo remató un buen cabezazo que, sin embargo, llegó manso a las manos del portero.

El arma del Rayo fue la velocidad de Álvaro García. Un nuevo pase de Isi lo recibió el sevillano entre líneas y se plantó otra vez ante Ter Stegen, en una jugada semejante a la del gol. El portero alemán, sin embargo, se estiró a la perfección para evitar que la diferencia en el marcador fuera mayor.

El Rayo no se achantó

El Barça pidió penalti por derribo de Gavi dentro del área, pero el VAR no señaló nada. Aquella decisión acabó con una amarilla para Xavi, que se quejó aireadamente de lo ocurrido. Eran los mejores momentos de los culés en la primera mitad. De hecho, fue el propio canterano el que estrelló una pelota en el poste antes de que llegara el entretiempo.

El Rayo, por su parte, no se achantó tras el descanso. Tuvieron claro que una de las maneras para dificultar al Barcelona era una presión alta. Los de Xavi tuvieron muchísimas dificultades para sacar la pelota jugada desde atrás, algo que aprovecharon los vallecanos para que el tiempo corriera a su favor. Y así tener la victoria más cerca.

Los culés lo intentaron durante toda la segunda mitad para lograr el empate, aunque no fue hasta el último cuarto de hora cuando estuvieron más insistentes en ataque. Necesitaban empatar para no sumar dos derrotas en casa ante equipos inferiores como el Cádiz y el Rayo.

Depay la tuvo en una ocasión que erró delante del portero en lo que fue un penalti en movimiento. El Rayo sumó tres puntos de oro para la salvación, mientras que el final de temporada no está siendo agradable en la Ciudad Condal.