El intratable Alcaraz: barre a Carreño y suma su primer Conde de Godó (6-3 y 6-2)
El murciano ganó sin complicaciones a su amigo y logró otro título tras el Master de Miami. Después de aquel encuentro ante Nadal, su rendimiento ha ido cada vez a más
A los españoles nos ocurre algo parecido con Carlos Alcaraz y Rafa Nadal a lo que les ocurrió a los argentinos con Leo Messi y Diego Armado Maradona. Quizá sea descabellado realizar semejante símil, aunque la proyección del murciano no es la de un humano, sino la de un marciano. Un tipo que a sus 18 años es décimo del mundo y que borró de la pista a un tipo experimentado como Pablo Carreño en apenas una hora (6-3 y 6-2).
La final fue un paseo porque hay ocasiones en las que uno deja todo en semifinales. El partido previo a la final fue complicado ante el siempre competitivo Tsitsipas. El murciano, que se consagró al ganar el Master de Miami, ha dejado de ser una promesa para convertir en una de las realidades más absolutas del tenis. La semifinal en Indian Wells ante Nadal (4-6, 6-4, 3-6) evidenció que va a más.
Carreño tuvo controlado el partido hasta que Alcaraz realizó el primer ‘break’. El murciano, desde ahí, no tuvo piedad frente a su amigo. Anteriormente, hubo tres juegos en blanco consecutivos que confirmaron lo disputada que estaba la final. Carlos, sin embargo, puso el piloto automático y no hubo opción para su rival.
Un dominio absoluto
Alcaraz lo dominó todo desde aquel ‘break’. Durante los cinco primeros juegos, Carreño no fue capaz de hacerle ningún punto al resto a su rival. En ese nerviosismo del valenciano tras perder su servicio, el murciano ganó otro juego que encarriló la conquista del primer set. Todo iba sobre ruedas.
Algunos chavales de su edad están preparándose los exámenes de la universidad, jugando a la PlayStation o lamentándose por la resaca tras la noche anterior. Es complicado determinar qué nivel de nerviosismo habría en alguien de su edad que lo reemplazara en el mismo escenario. Alcaraz, sin embargo, parece un veterano por la confianza que transmite. Quizá le venga de fábrica o de Juan Carlos Ferrero, su entrenador.
La complicidad con Ferrero es brutal. Se nota en las miradas que tiene con su entrenador que la relación va más allá de la pista. Alcaraz lo mira mucho, porque Juan Carlos le transmite muchísima confianza y no es cuestión de ponerse a imaginar otros escenarios. Al final, una imagen vale más que mil palabras.
El Godó, tras el Master de Miami
El Godó sucede al Master de Miami en el palmarés del murciano. Su buena relación con Carreño se confirmó cuando concluyó el encuentro. Ambos se sentaron en el mismo banco, pegados uno a otro y charlando distendidamente. A veces conviene recordar que son rivales, no enemigos. Ni los tenistas ni los jueces de pista. A algunos se les olvida.
El tiempo en Barcelona ayudó porque no hizo mucho calor ni tampoco frío. Tal vez esa temperatura ayudara a Alcaraz, puesto que el Sol era el de Murcia en verano. Un clima mediterráneo que le haría recordar a su casa. Y que le sirvió para que el segundo set fuera muy plácido y sin complicaciones.
Carreño mostró resistencia en el primer set, pero en el segundo no hubo partido. Alcaraz arrolló y demostró que ya no está para estos torneos menores, sino para torear en las grandes plazas. Ya no hay que esperar más: Nadal tiene heredero.
A los españoles nos ocurre algo parecido con Carlos Alcaraz y Rafa Nadal a lo que les ocurrió a los argentinos con Leo Messi y Diego Armado Maradona. Quizá sea descabellado realizar semejante símil, aunque la proyección del murciano no es la de un humano, sino la de un marciano. Un tipo que a sus 18 años es décimo del mundo y que borró de la pista a un tipo experimentado como Pablo Carreño en apenas una hora (6-3 y 6-2).
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