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Gana un actor porno y el líder tiene bichos en casa: la loca décima etapa del Tour de Francia
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UNA ETAPA DE LO MÁS LOCO

Gana un actor porno y el líder tiene bichos en casa: la loca décima etapa del Tour de Francia

En un emocionante final, juzgado en el puerto de segunda categoría en el aeródromo de la ciudad alpina, Sánchez se quedó a las puertas de sumar su quinto triunfo en el Tour

Foto: Magnus Cort Nielsen celebra su victoria. (EFE/EPA/Yoan Valat)
Magnus Cort Nielsen celebra su victoria. (EFE/EPA/Yoan Valat)

Igual ustedes no se enteraron. De lo de 2020, digo. Apenas salió por la tele y no se ha notado nada en nuestras vidas, así que sería comprensible. Pero tranquilos, que yo se lo cuento. Pues miren, que en 2020 hubo una cosa. Un virus. El covid, le dijeron. Asunto gordo, sin chistes. Aún seguimos. Incluso en el Tour, donde este Mr. Covid se ha puesto como 'special guest star'. Más abajo les digo.

Digamos que este martes empezaban los Alpes, pero eran unos Alpes muy poco Alpes, porque tú piensas en los Alpes y te vienen puertos gordísimos, altitudes grandiosas y espacios entre pasto y lunar que le dan miedo al miedo. Vamos, Restefonds, Galibier, esos rollos. Pues esta vez, no. Tres o cuatro cotas súper simpáticas, con su buena educación y su sonrisa puesta... pero insustanciales, poca pendiente, plato gordo, no me toques los piñones, no me toques los piñones. Y luego el final, que sube hasta el aeropuerto en montaña de Megève. Son más de veinte kilómetros cuesta arriba, y eso es respetable, pero el más duro no llega al siete, y eso es irrespetuoso, porque todos los puertos que suba el Tour y me parezcan asequibles a mí pues... eso, indigno. En 1996, aquel Tour que nunca llegó a disputarse, la primera etapa alpina subía Madeleine, Cormet de Roselend y otro de cuyo nombre no quiero acordarme. Y decían que era suave, que nos estábamos alejando de las esencias de la 'Grande Boucle', que dónde coño íbamos a terminar. Pues aquí, hijuco, aquí. Ah, aquello eran doscientos kilómetros, lo de hoy no llega a ciento cincuenta...

Foto: Magnus Cort Nielsen se llevó la victoria. (Reuters/Christian Hartmann)

Con todo, interés. Fuera de la carretera. En el equipo del líder, sobre todo. Que ya venía con escuadra flojeras, pero es que se le ha quedado 'grupetta' cicloturista de amigos golfos, esos que a veces llegan a la hora, otras un poco tarde y, las más, mandan whatsapp avisando: 'Oye, que ayer hubo lío, que fatal del estómago, que hasta el domingo que viene, un besi, saludos, borra las fotos que mandé anoche'.

No sabemos si los compis de Tadej Pogacar gustan de calikases y orujetes, pero sí que va a acabar corriendo solo al ritmo que lleva. Dos se le han retirado por covid, un tercero, Majka, dio positivo (positivo en el virus, se entiende), pero sigue en carrera, porque los médicos del Tour dijeron que era asintomático y que podía contagiar, pero poquito y casi de bromas. Lo que nos lleva a varias preguntas un pelín polémicas, porque no parece serio el asunto. Sumen que este lunes se llevaron a cabo análisis en toda la caravana del Tour aprovechando el día de descanso y todos fueron ok, perfecto, sigan a lo suyo. Ni veinticuatro horas y tenemos todo este rollo. No me echaré yo manos a la cabeza porque el mundo del ciclismo haga 'magia potagia' en los controles (uno ya tiene cierta edad y, como comprenderán, vio correr al Casino), pero llama la atención. Vamos, que algo no funciona o alguien ha querido que algo no funcione. Se verá en los próximos días, pero como imagen es bastante chusca...

Sucede que, además, el propio Pogacar no parecía llevar el día muy enfilado, porque ni asomaba el morro por cabeza de pelotón y eso es algo inhabitual en él. Que, oye, igual estaba manteniéndose lo más lejos posible de Majka para que no le pegase el bicho, pero sigue extrañando. Y ustedes dirán, oh, Marcos Pereda, seguro que sus rivales aprovecharon para hacer guerrillas, para filtrar segundos espadas en la (numerosa, de calidad) fuga, quizá acelerando un poco de lejos pensando en desarmar al esloveno (o, al menos, destrozar su equipo). Pues miren, no. ¿Recuerdan lo que les dije, lo de que ya llevo unos añitos viendo estos rollos? Pues... T-Mobile. Seguro que me entienden. T-Mobile.

placeholder Tadej Pogacar retuvo el maillot por once segundos. (Reuters/Christian Hartmann)
Tadej Pogacar retuvo el maillot por once segundos. (Reuters/Christian Hartmann)

La escapada, dijimos, era gordísima, y muy interesante, porque llevaba percherones buenos (Ganna, Luis León Sánchez), asaltadiligencias de primera categoría (Izaguirre, Clarke), actores porno (Boasson Hagen, Nielsen) y hasta Lennard Kämna, que pronto pilla ventajuca suficiente como para ser maillot amarillo virtual. Ummm, Pogacar quiere quitarse de encima el 'jaune'... no sé, llámenme loco, pero parece que algo se cuece. Ah, también aparece Bettiol (tirando para sí y no para Pogacar, como en los adoquines), que aprovecha una subida muy laaaarga y muy aburriiiiida a un valle interminaaaable para probar suerte y ver si suenan fanfarrias a su paso.

Y bueno, va así, hasta que a treinta y cinco para meta todos paran. No hay imágenes, y como no hay imágenes, nadie sabe lo que ocurre, porque ahora vivimos en una dictadura de la imagen, desde varios puntos de vista. Luego informan. Que si una manifestación, que si carretera cortada, que si Alberto Bettiol pudo pasar, pero el resto ya no, y a Bettiol lo paran, y no entiende mucho de qué va el tema, y aprovecha para echar una meadilla cunetera, y eso sí sale por la tele, mira tú qué asunto. Sucede que ya no corre Bernard Hinault, y como no corre Bernard Hinault, pues ningún ciclista se lía a golpes con los manifestantes (no digo que sea lo bueno, ¿eh?, yo prefiero al Hinault de Superbagnères o al de Alpe d´Huez.. El jueves les cuento lo que hizo en Alpe d´Huez... advierto que no es historia para menores de dieciocho años). Informan que son ecologistas quejándose porque el Mont Blanc está en verano como el Mercadona de su barrio (solo que con más calor, porque el cambio es un hecho), y que nos lo estamos cargando, y se han encadenado, así que la cosa puede ir para largo, porque es difícil romper las cadenas (que se lo pregunten a los de la Constitución de Cádiz). Le piden ayuda a Van Aert (seguramente pueda cascarlas con sus propias manos) pero Wout dice que pasa, que tiene que ir guardando. Así que eso... a esperar. Luego, retorno al curro con mismas diferencias, que está todo estudiado, y antes lo de las locomotoras era cosa muy corriente. (Manda narices que la vuelta al doble sector, un asunto que yo añoro bastante, haya venido así).

Sucede que, además, Tadej Pogacar no parecía llevar el día enfilado, porque ni asomaba el morro por cabeza de pelotón y es algo inhabitual en él

Bueno, empieza la subida final, y tampoco es que esperemos mucho de la subida final, pero esto es el Tour y es una subida final, así que nos ponemos como auténticos locos a no perder detalle. A Bettiol lo pillan, luego vuelve a probar, se atacan entre todos, la escapada está siendo bien bonita. Siempre espera uno más (leña entre los buenos, digo) pero la escapada está siendo bien bonita.

Poco más de cinco a la meta y ataca Luis León Sánchez. Entre que rueda divinamente y que los otros empiezan a mirar con malas caras (tú ayer no me invitaste al café, tú agregaste a mi novia al Instagram, tú me doblaste el lomo con un libro de Mark Z. Danielewski) pues... pinta la cosa a jaque. Solo que no. Lo coge Schultz, luego Jorgenson, después Van Baarle, que ojo con van Baarle, menuda fiera van Baarle. Y, después, otro grupo gordísimo, porque van todos con el pilotito rojo encendido, que uno ya se frota las manos de cara a las dos siguientes etapas de los Alpes. Y, bueno, esprint final... Schultz y Cort Nielsen juegan al ácido láctico, entran casi quietos, marcan todos los tendones del cuello, se tiran al asfalto. 'Foto finish' y gana Magnus, con ese bigotito sabrosón que uno ya no sabe qué decir, con ese maillot feísimo que uno ya no sabe qué decir, con esa bici pintada de manera es-pan-to-sa que uno ya no sabe qué decir. Pero mira, victoria, que es lo que cuenta. Gran Tour el suyo... lleva pintas de 'Boogie Nights', pero el tío siempre acaba rindiendo...

Ah, los favoritos nada. Tregua. Pelotón abierto como los dorsales de John Cena. Interés por ver si Kämna trinca maillot (al final no). La gracia es que acaba tirando Jumbo, que igual quieren que siga Pogacar con su prenda, por lo del desgaste, y los tiempos en el podio y las entrevistas con Ibai Llanos. Mira, yo ya no sé, a mí no me pregunten. La cosa fue tan surrealista que hasta 'atacó' Enric Mas a ciento cincuenta metros de pisar la línea, porque ya puestos a esperpentear, esperpenteemos con gracia. No le sirvió ni para las fotos, porque Pogacar metió su latigazo criminal y entró marcando paquete...

Quedan Granon y Alpe d´Huez. Que suena maravilloso, amigos.

Igual ustedes no se enteraron. De lo de 2020, digo. Apenas salió por la tele y no se ha notado nada en nuestras vidas, así que sería comprensible. Pero tranquilos, que yo se lo cuento. Pues miren, que en 2020 hubo una cosa. Un virus. El covid, le dijeron. Asunto gordo, sin chistes. Aún seguimos. Incluso en el Tour, donde este Mr. Covid se ha puesto como 'special guest star'. Más abajo les digo.

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