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Fondriest: "¿Dopaje? Solo se habla de ciclismo. Del tenis, fútbol y el resto... Nada"
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Entrevista a Maurizio

Fondriest: "¿Dopaje? Solo se habla de ciclismo. Del tenis, fútbol y el resto... Nada"

El italiano analiza en El Confidencial su carrera y sus lesiones, debido a las cuales apenas se mantuvo cuatro años en forma. La espalda fue el gran quebradero de cabeza del ciclista

Foto: Maurizio Frondiest, cuando estaba en activo. (Cedida)
Maurizio Frondiest, cuando estaba en activo. (Cedida)

Maurizio Fondriest (Cles, 1965) viste camiseta negra, lleva chaqueta de cuero y sonríe mucho. Está delgado, muy delgado. Pregunto. Mismo peso que cuando corría. Cuando corría y era uno de los mejores tíos del planeta andando en bici, añado. Clasicómano de prestigio, arrancada en repecho de las que dejan piernas tontucas solo con verla en Youtube. Fue Campeón del Mundo, ganó la San Remo, la Copa del Mundo, la Valona, etapas aquí y allá, pódiums de prestigio. Era muy elegante corriendo, y aun lo es.

Hablo con Maurizio en su Cles natal, pleno Val di Non, aprovechando la presentación del Tour de los Alpes. Allí sube al escenario, dice dos o tres cosas un poco genéricas, la gente lo aplaude, él saluda. Cles es pequeñito, no llega a 7.000 habitantes, así que todos se conocen, muchos lo vieron empezar con la bici, subiendo Mendola, haciendo series en el Passo Castrin. Habla con este, con el de más allá. Luego se sienta conmigo, un poco apartados del bullicio, en una mesa de madera. Hace sol. Charlamos de todo... del ciclismo de antes, del de ahora... de Indurain, de Armstrong, de Moser. De cómo puedes ser el mejor del mundo y sentirte menos fuerte que en tus años de juventud. Fondriest contesta en castellano, a veces duda, pide perdón. Estoy estudiando, aun me queda, dice. Viene tan relajado que empieza preguntándome él...

—Así que vives en Cantabria.

—Sí, sí, sí... cerca de Peña Cabarga.

—Pasé por allí hace unos años... para conmemorar el treinta aniversario de la victoria del Mundial (en 2007 se cumplieron) hicimos el Camino de Santiago, de Pamplona hasta Santiago de Compostela. Por la costa. Pamplona, San Sebastián, Bilbao, Santander, Oviedo. Desde Oviedo al Angliru...

—Eso sobraba.

—(Risas). Después fuimos a León, Astorga, Ponferrada y hasta Santiago. Una buena ruta.

******

PREGUNTA. Sí que lo es... Si quieres empezamos con la entrevista. Tu primera bicicleta... ¿quién te la regaló?

RESPUESTA. Me la regaló mi abuelo. Empecé a correr con mi hermano porque mi padre le había comprado una bici a él, y mi abuelo me la compró a mí. Una bici con ruedas de veinte pulgadas. Era Torpado, una marca de la época de Coppi.

P. ¿Y teníais tradición ciclista en la familia?

R. Mi padre. El corrió desde 1950 hasta 1953.

P. ¿En profesionales?

R. No, amateurs. Más tarde se hizo comisario de ciclismo. Y por eso empezamos a ir a las carreras. Acompañándole, con la familia. Mi madre, mi hermano... siempre íbamos con mi padre los domingos a las carreras. De juveniles, de amateur... Y por eso empezamos a correr en bici. Tenía diez años.

P. Tú naces en Cles, en pleno Val di Non... es una zona de mucha montaña, y, sin embargo, tú eras un corredor clasicómano. ¿Siempre fue así?

R. Sí, siempre... siempre he ganado mucho, muchas carreras... unas diez o 12 cada año. De amateur la prueba más importante por etapas era el Girino, y allí gané dos parciales ante Gianni Bugno. Yo era muy rápido, muy rápido llegando en cuesta. Pero en montaña y crono... no iba súper.

placeholder Gianni Bugno, perseguido por Indurain en el Tour de Francia de 1991. (Imagen de archivo)
Gianni Bugno, perseguido por Indurain en el Tour de Francia de 1991. (Imagen de archivo)

P. ¿Quién ganó aquel año? ¿Un checoslovaco?

R. Fue en 1985... Ganó Uslamine, segundo hizo un checo, y tercero Bugno. Tengo la foto de una victoria allí, delante de Gianni Bugno. Al sprint, en un repecho. Él era más fuerte, yo era más rápido.

"No noté el paso a profesional porque hice un tercer puesto en mi primera carrera"

P. Pasas a profesionales en un equipo pequeño, el Ecoflam, ¿notas mucho el cambio?

R. No, porque en la primera carrera hice un tercer puesto. Era la vuelta a Sicilia. Y después rendí muy bien en todos los sitios. Me llevaron al Mundial a final de temporada, más tarde gané en la Volta a Catalunya, mi primera victoria. En Lérida. Frente a Sean Kelly, entre otros, siempre en repecho. Para cerrar el año hice la París-Tours, que por la época se llamaba la Créteil-Chaville, el Grand Prix d´Automne. Allí fui tercero. Primero van der Poel, Adrie van der Poel, luego van Vliet, y yo. Aquello era una gran clásica...

P. Siempre me estás hablando de victorias al sprint en repecho... ¿eso se entrena o naces con ello?

R. Naces, naces. La explosividad la entrenas, pero tienes que nacer con ella. Es como la crono, puedes mejorar, pero debes tenerlo dentro.

P. Al año siguiente pasas al Alfa Lum-Legnano.

R. Pero es el mismo equipo, cambia solo el nombre.

P. Tenía un maillot muy bonito, con los colores clásicos de Legnano.

R. Sí, verde, muy bonito.

P. En aquel 1988 es cuando obtienes tu gran victoria, que es el Mundial.

R. En marzo hice muy buena Tirreno-Adriático, con un cuarto puesto. También gané una etapa, mi primera victoria en Italia. Siempre en repecho. Y después fui a la Milán-San Remo con el objetivo de ganarla. Acabé segundo.

P. ¿Era la San Remo tu carrera preferida?

R. No, esa era De Ronde van Vlaanderen.

P. ¿Sí? Estuviste ahí algunos años pero nunca realmente cerca...

R. Sí, cuarto, quinto... pero me encantaba.

"En 1988 gané el Mundial porque antes perdí la San Remo"

P. En San Remo es donde tienes mejores resultados.

R. Bueno, eso sí. Segundo en 1988, por ejemplo. Aquel año perdí porque pensé solo en ganar. Lancé el sprint muy pronto, y me pasó Fignon. Yo creo que aquel año gané el Mundial porque perdí antes la Milán-San Remo. Allí creí que iba a ganar fácil, porque era más rápido que los otros, pero en el Mundial... yo pensaba que era el más rápido, pero después de 260 kilómetros no... bueno, el otro no es tan rápido como yo, pero nunca sabes. No quería subestimarlo. Creo que por eso gané...

placeholder Fignon, en una etapa del Tour de Francia. (EFE)
Fignon, en una etapa del Tour de Francia. (EFE)

P. Ayer mismo volví a ver el final famoso de Ronse. Hay una cosa que no recordaba, y es que en el último kilómetro entráis solos Criquielion y tú...

R. Toda la última vuelta la hicimos juntos, escapados. Justo en el repecho de meta, cuando faltaba una vuelta para el final, atacó Criquielion. Yo miro, salto y paso a Claude. A tope hasta la cima del repecho. Después nos unimos e hicimos toda la vuelta los dos, a relevos. En el último kilómetro... yo detrás, a rueda. No como en Milán-San Remo, que lo hice todo en cabeza. Hoy, pensaba, voy a comenzar el sprint desde el segundo puesto. 500 metros y llega Bauer.

P. ¿Qué se te PASÓ entonces por la mente?

R. Nada, nada. A rueda, tercera posición, a rueda. Criquielion no es rápido. Bauer hizo un esfuerzo muy grande para llegar. Yo sigo pensando que gano, pero siempre tenía en mente la San Remo perdida con Fignon.

P. Te obsesionaba esa carrera.

R. No obsesión, pero sí estaba en mi cabeza.

P. Y cuando ves la caída... ¿piensas algo?

R. No, ni siquiera me entero, solo estoy esprintando.

P. ¿No te enteras? Lo escuchas, entiendo.

R. No, cuando estás en un sprint, con tanta gente gritando, aunque haya una caída al lado tú no...

P. Desde fuera pensamos que los ciclistas veis todo en primera persona, que tenéis una información privilegiada, pero a veces es lo contrario.

R. No hay una emoción diferente, no te das cuenta, no ves si hay caídas alrededor. Vas como en una burbuja, concentrado...

P. Tenías 23 años... ¿Crees que te pudo llegar algo pronto esa victoria?

R. No sé... yo creo que aquel recorrido era perfecto para mí, era mi Mundial. Antes de Ronse hice la Vuelta a Bélgica, y todos los días atacaba, entrenando para el Mundial. En todas las etapas hice segundo, tercero, cuarto, siempre cerca. Aquel trazado me gustaba mucho, me encantaba, con aquella llegada en subida que era perfecta para mí.

P. ¿Y no crees que te pudo afectar después la presión de ser campeón del mundo?

R. Sí, eso sí. No estaba listo para un maillot como este. Es verdad.

P. Poco después apareció un artículo en la revista 'Ciclismo a Fondo' en el que se decía que Maurizio Fondriest era demasiado guapo para el ciclismo...

R. (Sonríe mucho). Yo creo que no. Había alguno que lo era más. (Ríe). en aquel entonces, todas las carreras donde iba era "Fondriest, Fondriest, Fondriest". Mucha presión. No es como ahora, que puedes ir a una prueba para entrenar. Entonces no. El maillot pesaba.

placeholder Maurizio Fondriest, en la actualidad. (Cedida)
Maurizio Fondriest, en la actualidad. (Cedida)

P. ¿Nunca te planteaste probar con la general de una Gran Vuelta? En el Giro, por ejemplo.

R. No... intenté en el 93 y octavo... en el 91, Tour de Francia, 15º... Siempre bien, pero hasta ahí. En la contrarreloj el décimo, el séptimo... en subida por el segundo grupo, entre los 20... pero nunca con los cinco mejores.

P. En el Giro, sin embargo, estuviste cerca del podio aquel año 1993. No te conformaste y entraste en una escapada de lejos el día de Fedaia.

R. Sí, pero era la primera etapa de alta montaña. Antes de ese día estaba gente como Konyshev o Argentin a pocos segundos. Ahora es completamente diferente, creo que el Giro es más duro.

P. Antes el Giro tenía una cosa muy bonita, y es que era un crescendo de dureza e intensidad, ¿no?, acabando con dos o tres tappones.

R. Sí, por eso mis posibilidades eran acabar entre los diez mejores. Entre los cinco mejores, como máximo.

P. ¿A ti qué se te pasa por la cabeza entonces? En una buena posición, con Pordoi y Marmolada por delante, y pruebas una aventura desde muy lejos.

R. Pero yo sabía que una subida como la Marmolada... con el desarrollo de la época, que llevábamos 39 en el plato y 25 atrás... Yo estoy acostumbrado a pedalear siempre con cadencias altas, y eso en pendientes del cinco, del seis, puedes... pero en la Marmolada es imposible. Por eso decidí atacar, yo no era peligroso para la general del Giro y...

P. Aparecías en algunas quinielas como posible 'outsider' aquel año.

R. Sí, pero en subidas largas... La Marmolada es durísima, para mí muy difícil. El objetivo era pasar la Marmolada, luego en el Pordoi la pendiente es más sencilla, podría mantener una cadencia más alta y limitar la pérdida de tiempo.

P. ¿Cómo era trabajar con Peter Post?

R. He trabajado más con Walter Planckaert, Post era el mánager, él iba en el coche. En la Amstel Gold Race, por ejemplo, que hice segundo. Año 1991, mírate el video de la llegada. Éramos tres, Frans Maasen, Dirk de Wolf y yo mismo. Maasen empezó el sprint por la derecha, luego fue hacia la izquierda, después otra vez a la derecha, todo en los últimos 200 metros. Yo corría para un equipo de Holanda, pero Frans Maasen también, y era holandés.

P. ¿Y se enfadó mucho Post? ¿Era una persona que gritaba en esas situaciones?

R. No, no, él siempre estaba tranquilo. Siempre correcto, siempre perfecto, una de las mejores experiencias de mi vida.

P. Saltamos al 93, y en aquella primavera tú eres prácticamente imbatible. ¿Eso lo sientes? ¿Hay algún momento en el cual un ciclista se siente invencible?

R. El problema más grande de mi carrera fue la espalda. De pequeño siempre tuve problemas en la espalda, problemas musculares. Y luego, en el 90, estaba de vacaciones en México con mi novia, que ahora es mi mujer. Estábamos en el mar, con las olas y (hace un gesto como de dolor)... En italiano lo llamamos 'colpo della strega'. Yo había firmado para Panasonic, recuerda. Vuelvo a casa, voy al médico, me hacen un escáner. Me dice lo que hay, tenemos que operar. Y yo pienso que no puedo... acabo de fichar por Panasonic, el mejor equipo del mundo. Contra la opinión pública de Italia, ojo, así que no podía operarme entonces. Empecé a entrenar con dolor en las piernas, en el glúteo. Gané una etapa en Sicilia, pero después de cada carrera la pierna izquierda estaba como dormida. Recuerdo que en Bélgica Peter Post me dejaba su coche, un Mercedes, para ir a una clínica de Eindhoven a que me viese un quiropráctico. La primera vez me acompañó el médico de Panasonic, luego fui otras dos veces yo solo, conduciendo el coche de Post. Y mejora todo... hago segundo en la Amstel Gold Race, gano la Copa del Mundo. Pero nunca estoy bien, siempre arrastro problemas. 1992 bueno... 1993 bien, pero en 1994 tengo una caída en la Tirreno-Adriático. Hernia discal, operación. Después problemas siempre en la pierna.

P. Pero vuelves a tener un nivel alto, en 1995 casi ganar otra vez en San Remo.

R. Sí, sí, pero siempre con una pierna... Entrenando con dolor. Después de 40 minutos a tope de esfuerzo perdía el 30% de fuerza en esa pierna. En carrera siempre pensando cómo no hacer sobreesfuerzos. Me cambió todo. De ser un corredor súper a un corredor normal. Y después 1996, 1997... nada, con mucha dificultad. En los test hacía buenos números, siempre fuerte, como antes, pero tras tres o cuatro horas...

placeholder Maurizio Fondriest, en una imagen actual. (Cedida)
Maurizio Fondriest, en una imagen actual. (Cedida)

P. Hablabas de la Copa del Mundo, una competición muy estresante, muy exigente.

R. Mucho, siempre tenías que estar ahí.

P. ¿Te gustaría que volviera? ¿Crees que tendría cabida o ha cambiado demasiado el ciclismo?

R. Ha cambiado, pero la Copa del Mundo creo que para un corredor de carreras de un día es lo máximo. Tenía un maillot muy bonito, además.

"Solo estuve bien entre 1987 y 1990. Luego, tuve ocho años malos"

P. Tenías que estar muy delgado para llevarlo, también te digo.

R. (Ríe) Sí, mucho, pero no tenía problema con eso. (Reflexiona). Sabes, en mi cabeza... estaba con Cofidis, en una Tirreno-Adriático, y después de una contrarreloj, en la cama (otra vez el gesto de dolor)... Totalmente inmovilizado por culpa de la espalda, sin poder moverme. Directamente a Brescia, para hacer un escáner. El disco estaba dañado. No había solución. Recupero y sigo. Voy a los Cuatro días de Dunkerque y en la primera etapa, bajando del control de firmas, en mitad de la escalera... pam, de nuevo la espalda. Primera etapa después de la recuperación, un día de carrera, volver a casa. Imagina. Después de retirado empecé a hacer ejercicios de abdominales, glúteos y dorsales. Ahora lo hago tres veces por semana y estoy mucho mejor. En la época intenté de todo, hasta mirarme la dentadura, pero no hubo forma. Por eso mi carrera... tengo 69 victorias, pero solo estuve cuatro años bien, entre 1987 y 1990. Después siete u ocho malos...

P. Siempre me dices que estabas más fuerte a fines de los 80 que en el 93, pero aquel es tu año más exitoso...

R. Sí, pero estaba más fuerte antes. En el 93... no tenía problemas de espalda, tenía más experiencia, más confianza. Pero en el 89, por ejemplo, hice 12 veces segundo. Tres victorias y 12 veces segundo. La del 93 fue mi mejor temporada, pero yo me conozco a mí mismo, miro no solo el resultado, también las sensaciones. En el 88, por Tirreno-Adriático, gano solo, atacando a 500 metros de la llegada, con diez segundos de ventaja, con una facilidad enorme. En el Poggio ataqué subiendo, y porque iba Fignon delante, por eso no pude ganar. En el 88... también el año anterior, y el siguiente. Sin problemas en la espalda yo creo que era un corredor de otro nivel.

P. Con ese problema entiendo que Roubaix imposible.

R. Pero yo probé allí. Sucede que con Panasonic, cuando se manifiestan estos dolores en la espalda, ya me dicen que mejor no ir a Roubaix, que me centrase en Flandes, en Ardenas.

P. Nunca ganaste Lieja, que se te adaptaba perfectamente.

R. Era un poco dura para mí. Estaba en el límite. Igual que Lombardía. En el límite.

P. Cuando eras un niño, Maurizio... ¿quién era tu ídolo?

R. Francesco Moser, claro... pero, de pequeño, Eddy Merckx.

P. ¿Impone tanto Moser? ¿Es tan majestuoso como cuentan? Se le ve un tipo serio...

R. No, es simpático. Hace poco hicimos un viaje juntos hasta Milán, porque él trabaja conmigo en el Giro de Italia con un patrocinador. Es simpático, un poco particular. La razón siempre es suya, en todo. (Ríe). Pero es simpático.

P. Y de los ciclistas con los que has corrido, ¿quién te impresionó más?

R. Indurain, sin duda, me gusta muchísimo Indurain. Él es como yo... serio, familiar. Cuando hicimos la marcha desde Pamplona hasta Santiago de Compostela lo llamé y vino dos días conmigo, en bici.

placeholder Warren Barguil recibe de Miguel Indurain el premio de la prueba que lleva su nombre. (EFE/Villar López)
Warren Barguil recibe de Miguel Indurain el premio de la prueba que lleva su nombre. (EFE/Villar López)

P. Dicen que sigue fortísimo.

R. Sí... con el peso que tiene es increíble.

P. También de tu época... Lance Armstrong.

R. Yo creo que Armstrong es un gran campeón. Después ha hecho lo que ha hecho, pero... Es como Valverde, ¿reconocemos que es un campeón o no? También Valverde hizo cosas, y tuvo un periodo malo en su carrera porque él hizo, y todos los otros hicieron. Pero después, sin nada, era más fuerte que antes, porque era un campeón. Lo mismo con Armstrong. Él hizo cosas malas, pero ¿y los otros en el mismo período? Yo creo que era un gran campeón.

"A Armstrong lo dejó marcado su infancia"

P. ¿Y como persona?

R. Conmigo bien, siempre bien. Particular, creo que su infancia lo dejó algo marcado. El padre abandonando a su madre, entonces... Pero a mí me gusta Armstrong. Lo que no me gusta es cuando hablan mal de Armstrong, pero solo de Armstrong. ¿Y los otros? ¿Por qué solo el americano? Hay quienes trabajan hoy para televisión, para radio... ¿Qué ha hecho Armstrong distinto? ¿Hizo más que los otros?

P. Aquí cerquita tenéis a un doctor, Michele Ferrari, que esta expulsado de por vida en el mundo del deporte.

R. Sí, pero se habla solo del ciclismo. Con Fuentes igual. Del fútbol, de los otros ciento cincuenta deportistas no. Tenis, fútbol... nada.

P. Hablas con mucha libertad sobre estos asuntos. En España no suelen ser habituales este tipo de declaraciones.

R. Sí, pero es que es algo pasado, un ciclismo diferente. Con Coppi tomaban anfetaminas, era algo normal, cada época tiene su... Yo creo que ahora está todo mucho mejor, la verdad. El ejemplo de Valverde... Valverde yo creo que es uno de los ciclistas más profesionales y con más talento de los últimos veinte años. ¿Y porque tuvo un período malo en su carrera ahora tenemos que...?

P. ¿Borrarlo?

R. No, no... peor... ¿Lo matamos? Después de, cuánto es, diez, doce años... ¿Lo matamos? Él ha demostrado que gana porque es un atleta serio, profesional y de gran talento.

P. ¿Cuál es el ciclista que más te gusta hoy?

R. Ahora me gusta mucho Van der Poel.

P. ¿Te recuerda algo a Maurizio Fondriest?

R. Él es más rápido. Y también más fuerte, creo. Pero con la misma capacidad, el mismo estilo. Porque Pogačar es diferente, me gusta muchísimo, pero es otra cosa. Dentro de los clasicómanos Van del Poel, aunque van Aert también es impresionante. Hay una cosa que no me gusta de Van der Poel, eso sí... Hay carreras donde se siente tan bien que ataca demasiado. Por eso perdió la Roubaix el año anterior. Es demasiado generoso, a veces.

P. ¿Algún italiano con futuro? En clásicas y en Grandes Vueltas.

R. En Grandes Vueltas ahora... buf, nada. Hay muchos jóvenes que veremos en los próximos tres o cuatro años, pero en la actualidad nadie.

P. ¿Y en Clásicas? ¿Moscon, quizá? Es de Trento, casi vecino tuyo.

P. Moscon no se sabe, no se sabe qué pasa con él. Corrió con mi equipo, en juveniles, pero... nadie sabe qué pasa con él. Tuvo el covid, no sé... (hace un gesto con la cabeza, chasquea la lengua).

P. ¿Algún otro?

R. Hay muchos jóvenes, pero ninguno que destaque con una calidad superior en Italia. Yo sigo corredores, soy representante, trabajo con Paolo Alberati. Tenemos a Buitrago, a Thomas Capra, que ganó la Gante-Wevelgem en júniors, tenemos a algunos otros... Muy buenos.

P. Por último... he visto que tu hija está compitiendo... ¿Qué opinas del crecimiento que vive en los últimos años el ciclismo femenino?

R. Aquí en la zona además está Letizia Paternoster, así que hay más popularidad. Yo creo que es bueno para el movimiento femenino. Mi hija comenzó a andar en bici hace solo dos años, nunca antes le había interesado. Ahora está en Vaiano, un equipo pequeño, pero... Veremos qué pasa, ya tiene veinticinco años, resulta difícil, ¿eh? Es pequeña, así que va bien en subida. Pero tiene musculatura como la mía, explosiva, hace arrancadas fuertes

P. ¿Sales a entrenar alguna vez con ella?

R. Sí, a veces. Pero ahora... (ríe, hace el gesto como si le pusieran un gancho en el cuello).

Maurizio Fondriest (Cles, 1965) viste camiseta negra, lleva chaqueta de cuero y sonríe mucho. Está delgado, muy delgado. Pregunto. Mismo peso que cuando corría. Cuando corría y era uno de los mejores tíos del planeta andando en bici, añado. Clasicómano de prestigio, arrancada en repecho de las que dejan piernas tontucas solo con verla en Youtube. Fue Campeón del Mundo, ganó la San Remo, la Copa del Mundo, la Valona, etapas aquí y allá, pódiums de prestigio. Era muy elegante corriendo, y aun lo es.

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