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Xavi, el gastón: ¿despilfarra el Barça el dinero para volver a competir contra el Real Madrid?
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el técnico quiere más fichajes

Xavi, el gastón: ¿despilfarra el Barça el dinero para volver a competir contra el Real Madrid?

El Barça, tras una temporada sin títulos, construye un proyecto para satisfacer las peticiones de Xavi. Es un cueste lo que cueste de Laporta al técnico que veía como un novato

Foto: Xavi junto a Laporta en su presentación como técnico del Barça. (Efe/Alejandro García)
Xavi junto a Laporta en su presentación como técnico del Barça. (Efe/Alejandro García)

La gestión que hace Joan Laporta para sacar al club de la UCI no es cirugía fina. Lanzó un mensaje de SOS a los socios para que le permitieran activar las 'palancas' con la urgencia de cerrar las cuentas de la pasada temporada sin pérdidas. El presidente sale de una deuda para meterse en otra. Más personal y hasta moral. Laporta recurrió a Xavi en una situación de desesperación por los malos resultados deportivos y con telarañas en la caja fuerte del club. Tenía que quitarse de encima a Koeman (no se soportaban) y el que más ilusionaba en las encuestas era Xavi. No era su preferido. En círculos cerrados decía que su nivel estaba en el filial del Barça. Xavi era el novato y el que se había comprometido con Víctor Font, otro candidato, en las elecciones.

Laporta no solo se tuvo que tragar sus palabras, sino que para sacarlo del Al Sadd y desbloquear la operación retorno con la familia real qatarí, fue clave la intervención de Xavi. El de Tarrasa tuvo que poner de su bolsillo para pagar los cinco millones de euros de la cláusula de salida. El barcelonismo se ilusionó con el regreso de Xavi. Laporta, que tenía otros candidatos inaccesibles (Tuchel, Klopp y Nagelsman), se agarró a un entrenador bisoño. Su curriculum en los banquillos era de solo de 102 partidos en el Al Sadd. A Xavi le pudo su amor por el Barcelona, pero más el dolor de ver al club en una profunda crisis institucional y deportiva. Hizo como que no escuchó lo que decía Laporta de él y se tiró a una piscina sin agua.

placeholder Laporta y Dembélé en el acto de presentación de su segunda etapa en el Barcelona
Laporta y Dembélé en el acto de presentación de su segunda etapa en el Barcelona

El Barcelona de la temporada pasada es más de Xavi que de Koeman. El de Tarrasa llegó en el mes de noviembre y la remontada dio para ser segundo en la Liga. No ganó ni un solo título. La sequía hace daño a un club que necesita ponerse al día con las cuentas y a un presidente entregado a Xavi, con la esperanza de que recupere el camino de los éxitos, lleguen los títulos y si es posible devuelva la identidad 'cruyffista'. Esto último, lo del estilo de juego, no es tan necesario. Lo esencial es tener un entrenador y un equipo competitivo con el que frenar la dinámica ganadora del Real Madrid.

La goleada en el Bernabéu

Laporta lo ve posible. Desató su forofismo el día que el Barcelona goleó al Real Madrid en el Bernabéu. Es la mayor alegría que se ha llevado desde que volvió a la presidencia. Mandó llamar a Xavi para que saliera de los vestuarios e inmortalizar la hazaña con una fotografía juntos en el césped del estadio del máximo rival. Xavi pasó a ser visto con otros ojos por el presidente. El principiante había conseguido una victoria sonada y con una superioridad destacable. El crédito de Xavi creció entre los dirigentes. Todo eran elogios y los vaticinios apuntaban a ganar la Liga. Xavi estuvo más comedido.

Foto: Marco Asensio celebra un gol con el Real Madrid. (EFE/Chema Moya)

De la gesta del Bernabéu se pasó a la caída y las espectaculares remontadas del Real Madrid en la Champions. El equipo de Ancelotti ganó la Supercopa de España, la Liga y la Champions, pero el único rival que rompió con la inercia ganadora de los blancos y que le dio un baño fue el Barcelona de Xavi. Esto es importante recordarlo porque la creencia y la ilusión de Laporta es frenar al Real Madrid y volver a ganar, cueste lo que cueste. Para eso le tiene que dar a Xavi lo que pida.

El Barcelona ha vendido el 10% de los derechos de televisión al fondo de inversión Sixth Street para los próximos 25 años por 207,5 millones de euros. El siguiente movimiento o 'palanca' es vender a este mismo fondo otro 15% de los derechos de televisión por 330 millones de euros. No es una gestión austera. Es un modelo cortoplacista para contentar a Xavi y poder tener jugadores que den rendimiento inmediato. Xavi pide y Laporta está receptivo a dárselo. Dembélé estaba fuera y ha vuelto. Gracias a Xavi, que ya lo rescató cuando el presidente quería castigarlo y dejarlo en la grada porque el francés se negó a renovar o salir en el mercado de invierno para no tener que hacer tantas piruetas con el control salarial de la Liga.

A la 'caza' de Lewadowski

Xavi manda. Es el gastón. Quiere jugar con extremos y el club se gasta más de 115 millones de euros en Ferran Torres y Rapinha. Hace falta más gol. Llegó Aubameyang en enero y hay una oferta de 50 millones de euros al Bayern de Múnich por Robert Lewandowski. Todavía queda reforzar la defensa y negocian con el Sevilla por Koundé (Monchi se remite al precio de los 60 millones de euros). Con el Chelsea están abiertas las operaciones por Azpilicueta y Marcos Alonso. Ya se han incorporado Kessié y Christensen.

Es un Barcelona derrochón. Laporta se lo debe a Xavi. El fin justifica los medios, de lo que se trata es de frenar la inercia ganadora del Real Madrid. Evitar que el máximo rival coja un ciclo positivo. Es un todo por Xavi. El Barcelona es el gran animador del mercado de verano en España con los fichajes y las salidas. Tendrá que desprenderse de jugadores para no seguir engordando la masa salarial y hacer alguna buena venta. Esto último se le resiste con la negativa de Frenkie de Jong a irse al Manchester United. Son 85 millones de euros los que ofrece el club, un balón de oxígeno para el Barcelona. Xavi tiene que intervenir en esta toma de decisiones. Ha cogido el vicio de pedir.

Foto: Vinícius celebra el gol al Liverpool en la Champions. (Reuters/Molly Darlington)

Lo primordial para el Barcelona es recuperar el pulso competitivo en la primera temporada que Xavi empieza desde el kilómetro cero. Aunque esto suponga tener que vender patrimonio para los próximos veinticinco años. Hay que salir de la sequía y también de la depresión de ver ganar al Real Madrid otra Champions, aunque se quiera justificar como un milagro o producto de la suerte.

La gestión contrasta con la que hizo el Real Madrid hace un año, tras la última temporada de Zidane, donde no ganó ningún título. Florentino Pérez hizo un movimiento imposible e intentó el fichaje de Mbappé ofreciendo 200 millones de euros al PSG. Salió mal. Y ya no se volvió loco. Fichó a David Alaba, gratis, y a Camavinga por 31 millones de euros más otros 9 en variables. Con solo dos incorporaciones y el regreso de Ancelotti recuperó el pulso competitivo. El entrenador del Real Madrid no tiene el vicio de pedir.

La gestión que hace Joan Laporta para sacar al club de la UCI no es cirugía fina. Lanzó un mensaje de SOS a los socios para que le permitieran activar las 'palancas' con la urgencia de cerrar las cuentas de la pasada temporada sin pérdidas. El presidente sale de una deuda para meterse en otra. Más personal y hasta moral. Laporta recurrió a Xavi en una situación de desesperación por los malos resultados deportivos y con telarañas en la caja fuerte del club. Tenía que quitarse de encima a Koeman (no se soportaban) y el que más ilusionaba en las encuestas era Xavi. No era su preferido. En círculos cerrados decía que su nivel estaba en el filial del Barça. Xavi era el novato y el que se había comprometido con Víctor Font, otro candidato, en las elecciones.

Joan Laporta Xavi Hernández
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