"Con esa actitud, cabeza y físico, este chico no tiene techo". Alcaraz culmina su sueño americano

La epopeya de Carlos Alcaraz ha llegado hasta terrenos desconocidos e improbables hace un año. Hay ciertos momentos en los que los niños se convierten en hombres y quizá Carlitos haya alcanzado la auténtica pubertad. No importa que el acné aún esté presente en su cara; tampoco la edad que señala el carné de identidad. El murciano ha alcanzado la cima a los 19 años: número uno del mundo y primer Grand Slam de su palmarés.

"Se veía claro que iba a ganar el torneo porque estaba mentalmente muy fuerte", explica Manuel Orantes, ganador del US Open en 1975, en conversación con El Confidencial. Las pruebas de fuego de Carlitos fueron los cuartos y las semifinales, ambos partidos de cinco sets. En cuartos, el rival fue Jannik Sinner, verdugo del murciano en Wimbledon y Umaq. "Su potencial se ve en partidos como ese, donde ganó en cinco horas ante un jugador frente al que había perdido en dos ocasiones. Su reacción tuvo mucho mérito".

Reinventarse es una de las asignaturas más difíciles para un tenista. Acostumbrados a una fiscalización constante, por el 'ranking' y por el vertiginoso ritmo de torneos, Alcaraz ha visto a sus 19 años la cara más bonita y la más amarga del tenis. La victoria en Madrid sonaba a entronización, pero nada de eso. Desde aquel triunfo, su carrera ha sido una odisea en la que ha superado vicisitudes y ha logrado aprendizajes.

Las subidas y bajadas del tenis

"Es normal que le ocurriera eso. Si eres tan joven y empiezas a ganar tan pronto a los mejores, no es nada raro caer". Sonaba a caída a los infiernos, pero ahí Carlitos ha tirado de una resurrección como si de un fénix se tratase. "Es que a esas edades suelen faltar experiencia y condiciones. Él ha sacado cosas positivas de ahí: sabe que tiene que mejorar, tener más intensidad… Me pasó a mí y a todos los grandes".

La experiencia es la madre de la ciencia y no es de extrañar que el bagaje de Juan Carlos Ferrero sea vital para Alcaraz a lo largo de su efímera trayectoria. Su entrenador sabe lo que es ganar un Grand Slam (Roland Garros en 2003) y había jugado una final en Estados Unidos (perdió en 2003). Son plus que no todos los tenistas tienen. Hasta el más mínimo detalle cuenta.

Los tiempos han cambiado mucho. Cuando Orantes ganó, el US Open se disputaba en tierra batida. Y los tenistas no tenían tantas personas a su disposición. "El tenis no era tan profesional. Ojalá hubiéramos tenido los equipos que tienen ahora. Por ejemplo, Ferrero es fundamental para Alcaraz. Esa ayuda la tienen los chavales desde pequeños y tienen que aprovecharlas. Carlitos lo hace".

Sus puntos, virales

Jugar bien durante cinco horas es complicado, pero más aún conseguir puntos increíbles. Eso lo ha hecho Alcaraz, cuyos tantos han circulado por las redes sociales en un gesto más de su prematura heroicidad. "Aunque sea ya muy completo, técnicamente habrá mejorado a lo largo del torneo porque todo te aporta. He visto algunos puntos muy duros que ha ganado cuando casi los tenía perdidos. Es increíble".

Los partidos a lo largo del torneo han sido arduos. Unas victorias que han llegado con sangre y sudor, pero con lágrimas de felicidad. Y con unos rivales cuyos estilos son parecidos. "Actualmente, se juega igual en todos lados. Por ejemplo, yo no jugué en pista rápida hasta los 18 años. Ahora los tenistas tienen acceso a todas las superficies desde que son pequeños".

La carrera de Alcaraz recién empieza, pero con un Grand Slam en el palmarés todo se ve de otra manera. Lo importante era no desfallecer cuando vinieron los malos vientos… No se trataba de ver gigantes en los molinos. "Este chico no tiene techo. Cuando alguien tiene esas aptitudes, esa cabeza, ese físico y esa mentalidad, lo importante es no acomodarse cuando llegas a la cima. Su objetivo tiene que ser mantener ese nivel de juego, como hicieron Roger Federer, Rafa Nadal y Novak Djokovic". No es cuestión de elucubrar si Carlitos estará la altura del 'Big Three' del tenis, pero ahora es número uno y tiene el US Open. Eso es lo importante.