"Estoy cerca de lograr mi sueño": Carlos Alcaraz acaricia la gloria (a pesar de su último enfado)

Carlos Alcaraz se quedó con la miel en los labios en Hamburgo. El tenista español firmó un torneo casi perfecto, donde solo se le escapó el título en la final por la inspiración de un Lorenzo Musetti que estuvo más acertado en los momentos clave del encuentro. A pesar de ello, el español jugó un torneo muy completo que le ha servido para convertirse en el nuevo número cinco de la ATP, un paso importante en busca de su gran sueño: ser el mejor del tenis mundial.

La evolución del tenista español es de locos. Hace justo un año, era un absoluto desconocido que acababa de aterrizar entre los profesionales y, ahora, podemos hablar de uno de los mejores del mundo. Alcaraz ha ido quemando etapas a pasos de gigante y tiene en sus manos continuar creciendo en la clasificación, para lo que necesita seguir haciendo gala de su calidad y, sobre todo, de su poderosa mente. No debe de perder contacto con el suelo que pisa.

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A pesar de la dolorosa derrota en la final, en la que fue capaz de levantar hasta cinco bolas de partido en el segundo set, Alcaraz continúa subiendo escalones en busca del deseado número uno del mundo. El murciano continúa viviendo un sueño y en menos de dos años ha pasado de ser el 300ª del mundo a tener solo cuatro raquetas por delante. Es más, a comienzo del curso, afirmaba que su objetivo era acabar 2022 entre los quince mejores... y lo ha superado con creces.

Tras caer ante Musetti, analizó el año que está viviendo y sigue sin creerse todo lo que está logrando: "Ser el quinto del mundo significa mucho para mí. Estoy trabajando muy duro todos los días para alcanzar mi sueño, que no es otro que ser número uno y, poco a poco, estoy cerca de lograrlo. Estar entre los mejores del mundo sigue siendo sorprendente", afirmaba el español. Y es que está jugando a un nivel realmente grande para ser solo un joven de 19 años.

De hecho, Alcaraz es el segundo jugador más joven de la historia en meterse entre los cinco mejores jugadores del mundo, solo por detrás de Rafa Nadal, que lo consiguió con 18 años recién cumplidos, lo que confirma la calidad que tiene. Y, de aquí a final de temporada, tendrá varias e importantes oportunidades para continuar mejorando en el ránking... incluso aunque, a veces, tenga que sacar su carácter para demostrar que su ojo clínico en pista es parte de su éxito.

Ocurrió en la propia final ante Musetti, donde Alcaraz vivió una situación nunca antes sufrida en pista y que provocó su primer gran enfado como jugador profesional. En el segundo set, en uno de los juegos definitivos, el español se inventaba una monumental dejada marca de la casa para tratar de desarmar a Musetti que, a pesar de que lo intentó todo, llegó tarde a la bola y la golpeo cuando ya había dado dos botes... pero la juez de silla no lo vio y Alcaraz terminó perdiendo el punto.

Esa situación provocó el enfado del tenista murciano, que no entendía cómo nadie en la pista había visto lo que había sucedido y, sobre todo, que el italiano no reconociera el doble bote. A pesar de ello, siguió peleando en pista y dio muestras de gran deportividad al término del partido, donde felicitó a su rival por la victoria sin rencor. Alcaraz tiene en su mano acabar el año entre los mejores del mundo, algo que no podía imaginar (al menos tan rápido) ni en sus mejores sueños.