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Bale y Neymar, dos genios en destrucción porque no les gusta el fútbol
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Bale y Neymar, dos genios en destrucción porque no les gusta el fútbol

Si Bale y Neymar tuvieran que jugar con sus Selecciones un partido cada semana y las obligaciones del día a día de sus clubes, tendrían los mismos problemas de apatía

Foto: Bale y Neymar durante un partido entre el Barcelona y el Real Madrid. (REUTERS/Juan Medina)
Bale y Neymar durante un partido entre el Barcelona y el Real Madrid. (REUTERS/Juan Medina)

Bale y Neymar son dos futbolistas que sonríen cuando juegan con su Selección y tienen la cara avinagrada en sus equipos. El galés es el segundo futbolista más caro de la historia del Real Madrid (el primero es Eden Hazard) y el brasileño el fichaje más costoso de la historia del fútbol. Estamos ante dos talentos con cualidades técnicas innatas y un físico privilegiado. Dos atletas con calidad capaces de desequilibrar un partido con una acción individual, una carrera, el dribling, el golpeo, una falta directa... Lo tienen todo, menos la motivación que necesita un megacrack para tener el reconocimiento y ser señalado como un número uno. A ambos les unen muchas cosas y su problema principal es sencillo. No les gusta el fútbol.

Gales eliminó a Austria en el primer partido de la repesca para ir al Mundial de Qatar con dos golazos de Gareth Bale. Brasil goleó a Chile y Neymar también marcó y disfrutó como un niño en Maracaná. Bale y Neymar tenían otra cara, de felicidad, con sus Selecciones. Llegaron a estos partidos con una lluvia de críticas, señalados como malos ejemplos de profesionales y con informaciones que afectan a su prestigio. En el Real Madrid están indignados con el galés porque se negó a estar en la convocatoria del Clásico y alegó unas molestias en la espalda. El partido que hizo con Gales desmonta su lesión. Neymar está en el disparadero desde hace tiempo por su bajo rendimiento con el Paris Saint-Germain, la dolorosa eliminación con el Real Madrid y por una noticia de un periodista francés de la que no hay pruebas. Dice que llega alcoholizado a los entrenamientos del PSG.

placeholder Gareth Bale celebra un gol en el partido entre Gales y Austria
Gareth Bale celebra un gol en el partido entre Gales y Austria

El clima que viven en sus equipos es tóxico y cuando están con sus Selecciones encuentran la felicidad. Esto es algo común. Tanto el galés como el brasileño sufren una transformación cuando salen de sus clubes y están en el hábitat de sus equipos nacionales. No es una cuestión de patriotismo. Si Bale y Neymar tuvieran que jugar cada semana un partido o dos con su Selección, como en el Real Madrid o el PSG, sería distinto. Tendrían la cara de amargura y el gesto apático que se les ve en España y en Francia. Porque a Bale y Neymar no les apasiona jugar todas las semanas al fútbol. Tienen otra mentalidad, una personalidad diferente y no es ni la de Messi ni Cristiano Ronaldo. Bale y Neymar son dos genios en destrucción, en un proceso que viene de lejos, por culpa de la diferencia que demuestran entre el altísimo nivel que exige la élite para ser cracks y el bajísimo deseo para conseguirlo.

No quieren compromisos

Son futbolistas excepcionales que no se desviven por su profesión. No quieren tener obligaciones. A Bale le persigue la fama de estar más pendiente de practicar y ver el golf que el fútbol. A Neymar le reprochan sus fiestas y la exposición que tiene en las redes sociales. Esto sería un asunto menor si tuvieran actuaciones tan maravillosas cada semana con sus equipos como las que protagonizan con sus Selecciones. Es imposible. El día a día de un club exige echarle horas, dedicación, trabajo con el equipo y extra, compromiso y asumir responsabilidades. Esto entra dentro del paquete de los profesionales que se desviven por el fútbol. Lo que se llama ser un enfermo del fútbol. Hay jugadores con menos calidad técnica y condiciones físicas que lo hacen.

Foto: Gareth Bale, sonriente, durante el entrenamiento con Gales. (REUTERS/Paul Childs)

No es el caso de Bale y Neymar y esta conducta aflora en los entrenamientos diarios, la ven los entrenadores y tienen consecuencias. Bale empezó la temporada siendo titular y Ancelotti ya no se fía de él por muy bueno que sea. Neymar se cuida poco y tiene demasiadas lesiones. En el partido siguiente a la eliminación de la Champions, en el Parque de los Príncipes, su propia afición le recibió con pancartas en su contra, pitos y algunos insultos. Neymar ha perdido el crédito en Francia. Las críticas son feroces. En España son menos agresivos con Bale, pero hay demasiada irritación por su comportamiento. Los dos llegan, casualmente, a punto cuando hay que jugar partidos con sus Selecciones.

Estamos, sin ninguna duda, ante dos casos con muchas coincidencias por su personalidad y mentalidad. Llegaron al Real Madrid y al Barcelona, al mismo tiempo, la temporada 2013-14, como dos estrellas. Con ellos había muchas expectativas. Bale era el mejor jugador de la Premier League y Neymar el talento precoz más importante de Brasil. Pero aterrizaron en dos equipos donde estaban Cristiano Ronaldo y Messi.

Foto: Neymar protesta durante el partido entre el PSG y el Real Madrid. (EFE/Ian Langsdon)

Esto significa que tenían que convivir con los números uno. El listón del portugués y el argentino estaba demasiado alto. No sería nada fácil para ellos tener que seguir el ritmo competitivo y profesional que marcan estas dos estrellas. Se adaptaron, tuvieron momentos sublimes, ganaron la Champions, pero estaban eclipsados. Neymar tiró la toalla y eligió irse al Paris Saint-Germain con el argumento de que allí podría ser el número uno del mundo. No lo ha conseguido. Bale no cogió el testigo del liderazgo en el Real Madrid tras la marcha de Cristiano Ronaldo.

El fútbol ha perdido a dos genios que tenían asignados el papel de sustituir a Cristiano Ronaldo y Messi como los números uno. Eran los sucesores y han fallado. De Bale (32 años) y Neymar (30 años) se pueden esperar algunos buenos partidos, pero ya no que sean los reyes de este deporte. Hay otros, como es la figura de Mbappé o la de Haaland, que les superan y les quitan el foco. Bale y Neymar están bajo sospecha desde hace tiempo y durante los últimos meses les persigue el rumor de que acabarán pronto su carrera en la élite y buscarán hábitats más cómodos, donde la presión y la crítica no altere sus burbujas vitales.

Bale y Neymar son dos futbolistas que sonríen cuando juegan con su Selección y tienen la cara avinagrada en sus equipos. El galés es el segundo futbolista más caro de la historia del Real Madrid (el primero es Eden Hazard) y el brasileño el fichaje más costoso de la historia del fútbol. Estamos ante dos talentos con cualidades técnicas innatas y un físico privilegiado. Dos atletas con calidad capaces de desequilibrar un partido con una acción individual, una carrera, el dribling, el golpeo, una falta directa... Lo tienen todo, menos la motivación que necesita un megacrack para tener el reconocimiento y ser señalado como un número uno. A ambos les unen muchas cosas y su problema principal es sencillo. No les gusta el fútbol.

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