El desastroso proyecto del PSG que abre definitivamente las puertas a Mbappé
En el Real Madrid dan por cerrado el fichaje de Mbappé y en el Paris Saint-Germain se hace más profunda la crisis por el fallido plan de los dirigentes que no consolidan un equipo
El proyecto deportivo y económico del Paris Saint-Germain naufraga. Desde que Qatar se hizo con la propiedad en 2011, la bola del gasto ha ido creciendo, la de los ingresos disminuyendo y, lo grave, es que no compensa con los títulos logrados. La conclusión es que no hay un plan y el rechazo de los aficionados a la contratación de estrellas provoca más caos en un club que tiene un presidente, Nasser Al-Khelaifi, y un director deportivo, Leonardo, señalados como los culpables.
Tras la eliminación contra el Real Madrid, en Qatar tienen que tomar decisiones importantes para reconstruir un proyecto que ha sufrido el golpe más duro. Con el fichaje de Messi, más el de Neymar y teniendo todavía a Mbappé no ha sido posible pasar de los octavos de final. El ambicioso Paris Saint-Germain aspira a ser el Rey de Europa y no está ni entre los ocho mejores equipos del viejo continente. Es un fiasco. Una fuerte decepción que afecta a la imagen del club, la gestión, la desilusión de los aficionados y a Kylian Mbappé. La única de las estrellas que no recibió pitos y los insultos de los seguidores da la espalda a la gestión de un desastroso proyecto.
De nada sirve fichar a los futbolistas más mediáticos y que han tenido un exitoso recorrido en otros equipos. Este plan no se lo compran los aficionados ni el propio Mbappé a los dirigentes del club parisino. La política, a golpe de talonario, no funciona en una institución que tiene músculo financiero, pero es frágil para consolidar la idea de juego y de un equipo. Faltan más cosas para estructurar el club y hacerlo ganador. Esto no sucede, por poner otro ejemplo, en el Manchester City. En los despachos del club inglés hay profesionales más cualificados. Capacitados para construir una estructura más sólida con la que moverse en el mercado para comprar y vender.
Culpan a Pochettino
El Manchester City, otro club-estado, tiene un proyecto en torno a un entrenador y estabilidad social. Un método de trabajo y estilo definido con el liderazgo de Pep Guardiola. En el PSG devoran entrenadores. La figura del técnico no está respaldada y el carrusel de cambios es continuo. La temporada pasada aparecieron los nervios, echaron a Thomas Tuchel y el entrenador alemán, en poco tiempo en el Chelsea, demostró que él no era el culpable. Ganó la Champions. Otro tiro errado de Al-Khelaifi y Leonardo. Lo mismo sucede con Mauricio Pochettino, al que le quieren hacer pagar los platos rotos de la eliminación contra el Real Madrid. Durante meses viene hablándose en los medios franceses, algunos afines al PSG, del objetivo de contratar a Zidane. La lista es más amplia y en ella también está el nombre de Simeone.
El origen del problema, que cada temporada se hace más grande, está en los despachos. Desde que Qatar compró el Paris Saint-Germain y puso al frente a Nasser Al-Khelaifi, el gasto en fichajes supera los 1.400 millones de euros. El balance es muy negativo con los ingresos obtenidos por la venta de jugadores. Tan solo 455 millones de euros han entrado en caja en este concepto. Esto demuestra que no hay plan. El Real Madrid, por poner un ejemplo, en el mismo periodo de tiempo desde que Qatar es propietario del PSG, ha gastado en fichajes 1.100 millones de euros. Ha ingresado 907 millones de euros. Hay una política de compra-venta más sostenible.
Las mejores ventas del PSG han sido Guedes (40 millones de euros al Valencia), David Luiz (35 millones al Chelsea) y Lucas Moura (28 millones al Tottenham). En el Real Madrid han hecho caja con Cristiano Ronaldo (100 millones de euros), Morata (80 millones), Di María (75 millones), Odegaard (45 millones), Achraf (40 millones), Varane (40 millones)... La lista de ventas con cifras más importantes es muy amplia en el club blanco.
Sin control financiero
Es el síntoma del mal funcionamiento de los gestores del Paris Saint-Germain, que tiene una repercusión negativa en la confección de la plantilla y que ha hecho estallar a los aficionados. Los medios franceses, los más críticos, venían avisando hace tiempo de la actitud acomodada de jugadores que no se adaptan ni se sienten identificados con el PSG. La tapadera del club parisino es la falta de un control financiero riguroso de la Liga de su país y los sospechosos mecanismos que utiliza para regatear el 'Fair Play Financiero' de la UEFA. Lo que no se puede tapar es que desde 2011 el PSG ha jugado una final de la Champions, ha llegado a unas semifinales, cuatro veces a los cuartos de final y en una ocasión cayó en los octavos. El Real Madrid, en todo este tiempo, ganó cuatro Champions, jugó cuatro semifinales y cayó dos veces en octavos de final.
Este es el escenario real de un club que no gana en el campo y tampoco consigue cantar victoria en las negociaciones para la renovación de Mbappé. La ausencia de un proyecto serio provoca que la estrella francesa se abra definitivamente las puertas. Kylian Mbappé ha hecho todo lo que estaba en su mano para irse bien y agradecido del club parisino. Florentino Pérez ofreció 200 millones de euros que fueron rechazados. El futbolista buscó la manera de dejar dinero en caja un club que apostó por él en 2017. Mbappé llegó al PSG tras jugar las semifinales de la Champions con el Mónaco. Ahora cae en los cuartos. Ha querido dejar dinero y demostrar su profesionalidad. Ha sido el mejor en la eliminatoria contra el Real Madrid. Se ha asustado por la reacción, de pitos e insultos, de los aficionados a Messi y Neymar en el partido contra el Girondins de Burdeos disputado en el Parque de los Príncipes.
En el desastroso plan del Paris Saint-Germain hay que añadir la falta de una estrategia para no tener renovado a Mbappé. Vienen las prisas, las presiones desde Qatar, las decisiones a la desesperada para que aguante más tiempo. Llegan tarde. En el Real Madrid dan por cerrado el fichaje y cuentan con que el jugador no se va a echar atrás.
Florentino Pérez sí ha tenido un plan durante los últimos dos años para hacer ver a Mbappé que el proyecto deportivo y económico encaja en los desafíos que tiene la estrella francesa. Las cuentas del Real Madrid, sometidas al control financiero de la Liga, reflejan un saldo positivo de 739 millones de euros. Una política de ahorro, pero también de compra que le da músculo financiero para afrontar el gasto del fichaje de Mbappé y unos resultados deportivos que tienen al equipo líder en la Liga y entre los ocho mejores de Europa.
El proyecto deportivo y económico del Paris Saint-Germain naufraga. Desde que Qatar se hizo con la propiedad en 2011, la bola del gasto ha ido creciendo, la de los ingresos disminuyendo y, lo grave, es que no compensa con los títulos logrados. La conclusión es que no hay un plan y el rechazo de los aficionados a la contratación de estrellas provoca más caos en un club que tiene un presidente, Nasser Al-Khelaifi, y un director deportivo, Leonardo, señalados como los culpables.