Las lágrimas de la madre de Rodrygo en la emotiva presentación del Real Madrid

Una presentación cargada de emotividad. Afloraron las emociones de una madre orgullosa, que no pudo contener las lágrimas en el día de la presentación de su hijo, Rodrygo Goes. Una jovencísima mujer, treintañera, que protagonizó una escena cargada de ternura en su asiento del antepalco del Bernabéu cuando se emitía el vídeo con las mejores jugadas y goles de su hijo. El adolescente (18 años) fichaje de Florentino Pérez, que presentó como “una estrategia en la búsqueda del talento emergente. Un joven prodigio”. La madre debió sentirse impresionada al verse rodeada de leyendas como Roberto Carlos, Raúl y Butragueño. Los sacrificios de una familia humilde de Brasil que ve hecho realidad el sueño de su hijo: llegar para triunfar en el Real Madrid. Una madre agradecida, que con el brazo izquierdo sujetaba a su otra hija (de un año), y con la mano derecha limpiaba sus ojos llorosos.

El padre (34 años), que hizo carrera como futbolista (lateral derecho) en la Segunda división brasileña, aguantó el tirón. La prima de Rodrygo, como la madre, tampoco pudo contener las lágrimas. Demasiados recuerdos, no tan lejanos, sueños, emociones, sentimientos… Un día que no se podrá olvidar en la familia de Rodrygo Goes después de un año esperando este momento. De Brasil salió homenajeado por la afición del Santos. A Madrid llega la semana siguiente a la puesta de largo de Eden Hazard.

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La última presentación del nuevo fichaje del Real Madrid no tiene nada que ver con la anterior. La de Eden Hazard fue galáctica. La de Rodrygo Goes, conmovedora. Esa madre que sintió escalofríos y se sobrecogió con su hija en brazos. La hermana pequeña de Rodrygo también le puso una nota de ternura. Posó en la sala de trofeos, dormida con su llamativo chupete rosa, y despertó durante el vídeo y el frotamiento de ojos de su madre. Se desesperezó, echó una mirada, y debió pensar a qué guardería la habían llevado. La madre tenía en ese momento los ojos clavados en el resumen de goles. Hacía esfuerzos por no exteriorizar las emociones en la zona noble del Bernabéu.

El discurso en español

Rodrygo no se alteró. Siguió con atención el vídeo, escuchó el discurso de Florentino Pérez con máxima atención y respeto. Salió al estrado, decorado con dos fotografías gigantes en las que figuraba con la indumentaria de Brasil y el número ’10’, y se presentó en sociedad con un perfecto castellano. Lleva un año aprendiendo nuestro idioma. Demostró interés desde el primer momento, con apenas 17 años, que llegó a Brasil el emisario del Real Madrid (Juni Calafat) para ficharle. Habló con la seguridad de un adulto. Un discurso más largo que el que nunca hemos escuchado en Gareth Bale.

El Real Madrid presenta a su tercer fichaje. Rodrygo llega tras Luka Jovic y Eden Hazard. El miércoles es el turno del francés, Ferland Mendy. Habrá más. Queda Militao, concentrado con la selección brasileña en la Copa América, y se hará largo el refuerzo en el centro del campo. Zidane insiste en Paul Pogba. El Real Madrid lleva gastado 303 millones de euros en fichajes y por Rodrygo se ha hecho un desembolso de 45 millones. En su día se llevaron las manos a la cabeza los que piensan que era un despilfarro pagar tanto dinero por un chaval brasileño que es desconocido. En el día de la presentación de Rodrygo se hablaba mucho de la apuesta que pretende hacer el Atlético de Madrid pagando los 120 millones de euros por Joao Félix (19 años). Un año mayor que Rodrygo y 75 millones de euros más caro.

Aprovechó Florentino Pérez la presentación de Rodrygo para recordar su estrategia. Pareció pasar factura a los que han criticado operaciones como la de Vinicius (45 millones de euros) y Rodrygo (otros 45) cuando el rival de la ciudad va apagar 30 millones de euros más que los dos brasileños juntos por el jovencísimo futbolista del Benfica. Un buen día, para los dirigentes del Real Madrid, de reivindicar su política de jóvenes jugadores. Mientras, la madre de Rodrygo solo pensaba que tanto esfuerzo ha merecido la pena y ahora tiene por delante la vida solucionada y un hijo que se quiere comer el mundo.