La despedida de Valverde, los jóvenes que asoman y la amenaza de Roglic: bienvenidos a la Vuelta a España

La Vuelta, que llega la Vuelta. La Vuelta a España en septiembre, solo que la Vuelta en septiembre cada vez es más la Vuelta en agosto, por estas cosas de... bueno, no sé las razones, alguna habrá de peso para meter por secarrales apocalípticos a los ciclistas año sí y año también. Y vamos a más, ¿eh? En el adelanto de semanas y en los secarrales. En fin.

La Vuelta, digo.

Que lleva unas ediciones bastante cucas, la Vuelta. Perfectamente asentada en su puesto. Personalidad propia. El Tour no se toca, el Tour no se puede tocar, pero Giro y Vuelta vienen de lo más reconocibles. Y eso es bueno para todos. ¿Molaban más las Vueltas en abril, con mal tiempo, chándales de táctel y Perico Delgado? Pues a mí me molaban más, pero sospecho que es porque era yo más joven, seamos sinceros. Aquí la participación es mejor (nunca vienen los Sicasales de turno), y el resultado deportivo (casi siempre) acompaña.

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Eso del resultado deportivo depende mucho de quiénes lo protagonizan, porque no es lo mismo Martín Bahamontes que Martín Farfán, oigan. Así que empecemos por la concurrencia...

Salvo el primero a tocar, que somos la hostia de originales. Para la Vuelta iba a venir Tadej Pogačar, solo que al final no vino, porque buscó calendario de a día en este final de año. Queda por ver cómo afectó al esloveno lo del Tour, que no es fácil ser el-puto-amo-más-mejor durante muchos meses y que luego te unten la cara en lucha directa bajo los focos más potentes. Su alternativa es interesante (no es Ullrich comiendo bratwurst desde agosto), pero queda sensación rara con su 2022. Dicho eso... es capaz de engancharse Mundial y Lombardía haciendo leyenda gorda... y yo lo contaré encantado.

En ausencia de Tadej... pues incógnitas. No porque falte calidad, sino porque todos los favoritos traen pie de página. ¿Condiciones normales? Pues miren, candidato indiscutible sería Primož Roglič, que para eso ganó las tres últimas ediciones con (generalmente) superioridad gordota. Viene con idea de ser el primer tío que conquista cuatro Vueltas a España sin necesidad de intervención judicial, y es a estas alturas, seguramente, el mejor ciclista en la historia de esta prueba. Sucede que hasta última hora no confirmó presencia, que anduvo mucho tiempo parado tras la caída del Tour (y aquel abandono pelín extravagante), que desde su equipo han puesto cientos de vendas a esa herida aun antes de ser (tantas que uno empieza a sospechar por acumulación... vamos, que huele a “vamos a ocultar su auténtico nivel de forma”). Sea como fuere... merece Roglič el reconocimiento de salir aquí como primero. Y, sea como fuere, gloria a este tipo que se dejó los higadillos por los septiembres hispanos haciendo más grande (mucho más grande) este tinglado en el último lustro.

Detrás de Roglič... pues dudas y menos calidad, para qué engañarles. Richard Carapaz salió bastante cuestionado del Giro (de forma parcialmente injusta, creo), y abandona su escuadra a final de año, lo que siempre introduce un elemento de incógnita adicional a su rendimiento (al de cualquier ciclista). Por Italia le ganó Hindlay, que trae aproximación discretita y bajo radar, pero también lo fue camino a Italia y miren. Yo con Hindley tengo un problema grande... tiene una Corsa Rosa en su palmarés (más otro podio) y aun no reconozco su cara si lo veo en la calle. Parece anecdótico, pero no... Quizás este sea un momento bueno para dar un salto en su carisma...

Carisma le sobra a Simon Yates. Sucede que el tipo es... peculiar. Irregularidad como bandera, la misma mueca de no esforzarse cuando está petando a veinte minutos que cuando saca rendimientos loquísimos. Tiene una Vuelta en su página de la Wiki, y el recorrido le va perfectamente (poca exigencia intermedia, lo que limita gravedad para sus hostiones negativos), así que... Yo siempre con Simon, siempre con los paisanucos que no parecen esforzarse, joder.

Un punto por debajo estarían Remco Evenepoel y Enric Mas. Apuestas de andar arriesgando, no voy a engañarles, pero, como odio las apuestas y todo lo que rodea a ese submundo, pues me permito estos comportamientos excéntricos. El flamenco ilusiona bastante, porque tiene tantas virtudes como defectos, y para salvar los segundos debe potenciar las primeras. O, dicho de otra forma, como petará (más o menos) cuando toque subir cosas gordas (las pocas que hay) tendrá que buscar habichuelillas en medias montañas, terrenos quebrados, jornadas con viento y kermeses ocultas. Si tiene fuerza... probará, porque maneja patas atómicas, sí, pero sobre todo una megalomanía desmesurada que es gloria pura. Buena piedra de toque para ver su futuro en las Grandes. Si me piden opinión... saldrá bien.

En cuanto a Mas... bueno, puede parecer concesión absolutamente tribunera del escribiente, pero en 2021 fue segundo aquí (con cierto margen), y a ratos parecía tener incluso más aceleración que un dos caballos. Llega rodeado de brumas y con perfil modesto. Lo del Tour, el tema de las caídas, problemas bajando (se pueden entrenar, por mucho que alguno de sus compañeros dijese lo contrario)... Cóctel perfecto para desconfianza mental, con lo importante que es la cabeza sobre un sillín. Digamos que nunca pareció Enric el más 'echao palante' del insti, así que la cosa puede acabar cronificando. Eso sí, difícil tener recorrido más favorable y ambiente más calmo para recuperar sensaciones...

"Yo a Mikel Landa lo quiero más que a casi todos los miembros de mi círculo familiar"

Está también por ahí Mikel Landa, pero no esperen ustedes grandes cosas de Mikel Landa. Vamos, a mí me dices que se ha retirado en Laguardia, bien cercuca de su casa, y me lo creo a ojos cerrados. Si hasta él mismo avisó en Burgos que nanay para generales, que muy corto, que poca bici y mucho niño (enhorabuena por ese lado, ¿eh?). Desde canales de lo más sesudos dicen que irá a por etapas, que la apuesta en su equipo es Gino Mäder. Y, oigan, miren... Yo a Mikel Landa lo quiero más que a cualquier tenista, la mayoría de filósofos y casi todos los miembros de mi círculo familiar, pero... Joder, que no puedes decir que vienes sin kilómetros cuando llevas sin pillar la bici desde el Giro, colega, que vale, que bien, pero no puedes tú, Mikel Landa, venir de guerrillero siendo líder Gino Mäder, que eso funcionaba con Froome (o con Anquetil, vaya), no con Gino Mäder. Como el tío es una incógnita con ojos tristes lo mismo me cierra esta bocaza grande que tengo y casca carrerón, pero los precedentes decepcionan un huevo...

Y luego llega la planta de veteranos y niñucos. Primeros... Alejandro Valverde. Que debutó en 2002, que ganó su primera etapa allí por Envalira, año 2003, no miren (por favor, no miren) aquel top ten, porque salen más supervillanos que en la última de Marvel. Escalofríos, júrolo. Y eso, que el tío lleva veinte años viene que te viene por septiembre (salvo ausencias por lesiones y el asuntillo aquel del doping, ya se lo recuerdo yo, estos días no lo verán por ningún lado), y es una marca acojonante, porque si ustedes piensan en lo que estaban haciendo hace dos décadas pues salen calimochos, desengaños y ceros en Derecho Civil, así que... Suena a homenaje, y los homenajes suelen tener finales con lágrimas, emoción y ciclistas que miran distraídos mientras silban 'Que el ritmo no pare, no pare, no'. Objetivamente... uno de los mejores ciclistas de siempre en esta prueba. El más fiel, sin duda. Subjetivamente... final de época. Tras Valverde... el silencio (o las declaraciones de Enric Mas, que son silencio y eco a la vez).

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Quizá por esa razón (bueno, y porque somos unos vagos que abusamos de clichés como Gonchar con el desarrollo) los periodistas busquen fotos, declaraciones y guiños del murciano junto a Carlos Rodríguez y Juan Ayuso. Es que entre medias... el horror, el horror. Y estos pintan a bien, vaya. No en esta edición, ojillo. Rodríguez parece más hecho, tendrá (ciertos) galones (a expensas de Carapaz, con todas las dudas que dijimos más arriba), y muestra madurez. También calza dos añucos más, y se nota. Es que Ayuso suma solo 19, que es hasta vergonzoso, que podría ser hijo de Valverde, que diecinueve años, macho, diecinueve años, a saber en qué estaba pensando yo con 19 años. Es inclusión de última hora, y parece imposible pensar en nada que no sea foguearse, pero calidad sobra. Ambos deberían olvidarse de 'top 25' ilusionantes para estadísticos y tristes, y andar buscando fronteras. Entrar en escapadas, aguantar un día con los buenos, reventar al siguiente, divertirse y penar, salir por la tele a ratos, toser mucho, terminar con barba por no tener fuerzas ni para afeitarte, quemarla por completo en la charanga pos-Vuelta. A mí esos detallitos me van a decir más que un puesto gris claro conseguido a base de actuaciones gris oscuro. Ya tendrán tiempo para chupar ruedillas, oigan, que buenos maestros calzan en el pelotón nacional...

(No sale en este listado Quintana porque anunció, ayer mismo, su no participación en la Vuelta. El tema del tramadol, seguro que ya saben. ¿Quieren que me meta en un charco? Si hay trazas de la sustancia en sus análisis, si el contraanálisis confirma, si se siguió la cadena de custodia correctamente... sanción. Y aquí no me vale lo de que esta mierda solo está prohibida por la UCI. Si hay tenistas cojos de por vida, jugadores de fútbol que no pueden sentarse correctamente o golfistas con su espalda hecha mierda, no es culpa de las bicis. Hagan ellos con sus calmantes lo que quieran, incluso con aquellos que tienen ese puntito tan peligroso de los opiáceos, yo aquí les hablo de ciclismo. Ya en otros foros tocaremos el tema de heroicidades imposibles, lindes entre sustancias necesarias o sustancias necesarias que pueden generar dependencia, y encumbramientos deportivos y/o sociales basados en el dolor. Pero aquí, por ahora, ciclismo).

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En cuanto al recorrido... en fin, ¿recuerdan lo de que no viene Pogačar? Pues menos mal, porque menuda cosa fea para exhibirse que tenía aquí. Vamos, que flojo, flojo. ¿Duro? Pues depende. Duro en plan “qué duros estos melocotones que has comprado”, pero no “hostias, hormigón, eso sí es duro”. Vamos, cosucas. Finales, más que etapas, porque las etapas son para parguelas, las etapas son cosa poco 'cool', poco vendible, lo que mola es finalizar, finalizar, tres minutos de emoción, diferencias cortitas. Es la filosofía del orgasmo, el ciclismo de videos porno que duran nada y carecen de historia. No busquen este año un crescendo, una construcción a largo plazo, un ir preparando cosas, un “mira, te meto 100 páginas de cuáqueros, vientos marinos y espermaceti antes de que aparezca Ahab”. No, esto es una Vuelta MTV, una Vuelta Tiktok. O témpora, o mores, supongo, aunque me guste regulero...

(Ojalá me equivoque y salga tema de interés e intensidad, como sucede, con cierta frecuencia, en los últimos años. Pero a priori la cosa pinta horrible).

A ver, etapas que me engolosinan... la de Pico Jano, porque llega a Pico Jano, que está en mi casa (andaré por allí, salúdenme, inviten a orujo, escupan en mi café si son 'jeiters'). También tengo gustito por la de Cistierna, pero porque salen aquí al lado y trepan San Glorio, que no puede molar más. Dos intereses sentimentales, ya ven. Y luego... pues no sé. La Pandera, no vaya a estar allí Antoñito, el amigo de Quillo, tirando a freno de mano. Sierra Nevada, porque Purche siempre hizo pupita. Y Las Rozas-Madrid, porque acaba, ejem. El resto... patapumes o medias montañas de trampa regular. Bilbao y El Vivero. Las de Asturias, que son espantosas, que a los niños en el norte les amenazan con esos perfiles si no se van pronto a la cama. Peñas Blancas, Tentudía (700 veces les contarán origen de ese nombre), Piornal con plato grande, el pegote de Talavera (ahí una crono hubiese quedado cuca de narices, pero na), lo de Cotos, que es un Apeninos-Fácil modélico, y no siempre tendremos a Dumoulin o Robert Millar.

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Luego, como dije, se ven todas las etapas desde el principio por la tele, que hasta en puertos de Tercera encuentra (encontramos) trampas el optimista. Y si no... pues paisajes, iglesias románicas, tipos haciendo el frikazo con pancartillas y atuendos bien ridis. Quedémonos con eso.

¿Qué es la vida? Una ilusión, ¿no?

Pues la Vuelta igual.

Y aquí se lo vamos a contar con la desvergüenza, falta de rigor y lisergia habituales. Prometido.

Pd: otro que podría hacer buena Vuelta a España es João Almeida. Lo citamos aquí porque este puesto va a ir ocupando en las etapas más importantes... pelín descolgado de los favoritos. Pero refresquen la página... sigue ahí, el párrafo. Pues con Almeida ídem. Sus colegas le regalaron unos calzoncillos con la palabra 'resiliencia' grabada en lentejuelas. Cuidado con él...