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La gran omertá del ciclismo: "Hay muchos ciclistas que han tenido que pagar por correr"
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UN TEMA DEL QUE NADIE QUIERE HABLAR

La gran omertá del ciclismo: "Hay muchos ciclistas que han tenido que pagar por correr"

A diferencia de Italia, donde el asunto terminó en los tribunales en 2017, en España sigue imperando la ley del silencio en torno a las cuotas que se exigen para ser profesional

Foto: Ciclistas en Viana, España. (Getty Images/Gonzalo Arroyo Moreno)
Ciclistas en Viana, España. (Getty Images/Gonzalo Arroyo Moreno)

A comienzos de siglo, todo indicaba que Santiago Segú (La Garriga, 1977) estaba llamado a ser una de las estrellas del ciclismo español. Como 'amateur', el joven barcelonés había participado en un Mundial sub-23, ganado una Vuelta a Girona y cazado un par de etapas en la Volta a Cataluña. Incluso estuvo a punto de ganar la Copa de España en 2001, una de las carreras más prestigiosas para no profesionales, donde solo un desconocido Alejandro Valverde pudo arrebatarle la victoria en la última etapa.

En sus tiempos de juvenil, batallaba con leyendas como Ivan Basso, Ryder Hesjedal o José Antonio Flecha. "Santi era un superclase, un tío que descolgaba al resto de compañeros sin darse cuenta", dice Iban Vega, creador del reputado blog de ciclismo Joanseguidor y uno de los que siguieron su carrera juvenil. "No había más que verle para comprender que tenía un futuro en profesionales".

A pesar de que Segú siguió ganando en las carreras en las que competía, la llamada de un equipo profesional no llegaba. En 2002, con casi 25 años, se planteó dejar la bicicleta, porque su equipo 'amateur' dejó de pagarle. "Estuve a punto de dejarlo todo, estaba harto. Si seguí adelante, fue porque procedo de una familia de ciclistas y no quería dejar a mi padre con la ilusión tan cerca de cumplir el sueño de ver a su hijo correr grandes carreras, como él", explica Segú.

Acudió en su ayuda el exciclista Pedro Muñoz, segundo en la Vuelta de 1981 y uno de los mejores escaladores nacionales de los ochenta. "Habló conmigo y me presentó a un mánager, Juan Carlos González Salvador, que había corrido con Delgado e Induráin en Reynolds. González Salvador intentó colocarme en el Kelme, pero no tenían hueco en su plantilla. Así que me presentó en el Jazztel-Costa de Almería, dirigido por Miguel Moreno, donde acababan casi todos los ciclistas de González Salvador", continúa Segú.

"Mi plaza la ocuparon otros 'amateurs' que, con todo el respeto, no corrían la mitad que yo"

Al poco, ganó la Vuelta Ciclista a Navarra y Miguel Moreno le anunció que al año siguiente correría como profesional. "Pero eso nunca sucedió. Mi plaza la ocuparon otros 'amateurs' que, con todo el respeto lo digo, no corrían la mitad que yo. No podía entenderlo, algo me había perdido". Santi dejó el ciclismo y se puso a hacer turnos en el camión con su padre. "En casa dejó de hablarse de ciclismo, que era el tema de conversación por excelencia, ni siquiera veíamos el Tour. Toda la familia aborrecimos este deporte", recuerda.

En efecto, Segú se había perdido una parte de la historia: "Meses después de retirarme, mi padre me confesó que el equipo le había pedido dinero para que yo pasase a profesionales. El pobre reunió todo lo que pudo, un millón y medio de pesetas, pero no fue suficiente, porque el compañero que al final subió a profesionales pagó 2,5 millones. Nunca olvidaré las lágrimas de mi padre ese día, de pura impotencia", detalla Segú, que aún sufre recordando el episodio.

Un secreto a voces

Santiago Segú es uno de los pocos ciclistas que se han atrevido a contar en público algo que todo el sector conoce desde hace años: que hay una serie de equipos que exigen dinero a los jóvenes por correr en profesionales. O, lo que es lo mismo, que muchos jóvenes 'amateurs' no pueden ganarse la vida con este deporte, aun teniendo el nivel, porque no pueden costearse el salto a profesional. Este periódico ha contactado con 26 ciclistas y exciclistas, con cinco directores de equipo y con la asociación de ciclistas profesionales para obtener siempre la misma respuesta: "Lo siento, no sé nada de este asunto".

En realidad, casi todos lo saben. Es más, en foros reducidos se mencionan nombres, equipos y cantidades concretas, pero nada públicamente. Hace un par de semanas, Óscar Pujol, estrella de YouTube gracias a su trabajo en GCN, dejó caer en una entrevista para 'Marca' que abandonó el ciclismo porque solo tenía dos ofertas: una de un equipo que le pedía 12.000 euros y otra en la que le pedían 40.000. "Antes de pagar 12.000 euros, decidí comprarme un coche y probar suerte en el extranjero", explica. "En realidad, no quería denunciar nada, es algo que me pasó y que se conoce, es agua pasada. Y tampoco voy a decir los nombres de los equipos, porque no beneficia a nadie".

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Un exdirector de un equipo de primer nivel explica la situación a cambio de no revelar su identidad: "Llevo en el ciclismo desde los años setenta y siempre se han empleado estas prácticas. No son todos los equipos, y desde luego no los más grandes, pero sí está generalizado en los modestos. En ocasiones te piden que pagues el autobús, o que te costees los gastos de la temporada, o que vengas con un patrocinador bajo el brazo. En todos los casos es lo mismo: si tengo tres juveniles, va a subir el que más rentable me salga, porque, no nos engañemos, la mayoría no van a ganar nada importante en su vida".

El exdirector señala que los equipos copatrocinados por comunidades autónomas o ciudades suelen ser los más proclives a "pasarle el cepillo a los chavales", sobre todo a los que son de fuera: "Si tú estás patrocinado por, pongamos, Burgos, tienes que tener ciclistas de la zona. Entonces, si tienes un juvenil burgalés y otro de Córdoba, lo normal es que le cobres al andaluz".

"He conocido a directores que son especialistas en detectar a los chavales de buena familia"

"También influye el dinero que tengan tus padres. Yo he conocido a compañeros directores, si se les puede llamar así, que son especialistas en detectar a los chavales de buena familia. En esta línea, los padres que tienen empresas de transportes se llevan la palma. Yo he visto exigirle al padre de un corredor que ahora es profesional World Tour que una de dos: o les regalaba el autobús del equipo o les brindaba transporte gratuito las temporadas que el chaval corriese con ellos. La mayoría aceptan", prosigue.

Cuestionado por los motivos de la omertá, el exdirector señala varios: "Lo primero es que en el ciclismo somos pocos, y el que hable no sale en la foto. La carrera de un ciclista dura hasta los 35 años, luego hay que seguir trabajando, normalmente sin estudios. ¿Dónde vas? Si puedes, sigues en el ciclismo, de auxiliar, entrenador o de lo que sea", dice. "Por otra parte, estamos en un deporte en el que estaba extendidísimo el 'doping' y prácticamente no ha dicho nadie nada, si no es por los controles, ni nos enteramos. No se habla de esto. Y, por último, debes considerar que lo único que les queda a muchos ciclistas es ser un ídolo local. No has ganado una Vuelta ni un Tour, pero en tu pueblo eres un tío popular y puedes abrir un negocio aprovechando tu imagen. ¿Quieres que esa persona te diga que pagó por correr? ¿Que soltó unos millones para cobrar unos miserables 1.100 euros mensuales? Es humillante y, además, su pasado es todo lo que tiene".

El caso italiano

España no es el único país con estas dudosas prácticas. La mayoría de las fuentes indican que en Italia la situación es incluso más sangrante, con la diferencia de que el país transalpino ya tomó medidas hace unos años. Una investigación de 'Il Corriere Della Sera' desveló en 2015 que algunos mánager exigían a sus corredores pagar por su plaza en el equipo. Esto dio lugar a una investigación de oficio de la Fiscalía General del CONI (Comité Olímpico Italiano), a la que después se unió la UCI (Unión Ciclista Internacional), en la que testificaron varias decenas de corredores profesionales en el caso 'Paga e corri'.

Gianni Savio y Angelo Citracca, los mánager de Androni y de Wilier Triestina en la época, fueron declarados culpables de malas prácticas e inhabilitados por tres meses. El tribunal demostró que estos equipos contrataban a ciclistas no por sus méritos sobre la bicicleta, sino por su capacidad para atraer 'sponsors'. En ocasiones, como sucedió con el corredor panameño Ramón Carretero, ni siquiera era capaz de seguir el ritmo del pelotón y tuvo que recurrir a la EPO para completar una prueba menor como el Tour de Turquía.

placeholder El panameño Carretero llegó a debutar en el Giro de Italia. (Reuters)
El panameño Carretero llegó a debutar en el Giro de Italia. (Reuters)

"Dicen que hemos ensuciado la imagen del ciclismo italiano, pero ¿cómo iba a negarme a fichar a Carretero después de que su padre me ayudase a encontrar un pequeño 'sponsor' que ayudó a salvar los trabajos de 30 personas?", argumentó Citracca.

También se inhabilitó, aunque solo por dos semanas, al ciclista Marco Coledan, que por entonces militaba en el Trek, por negarse a declarar. El tribunal consideró probado que a Coledan se le exigió una compensación por marcharse al equipo Liquigas con su amigo Elia Viviani. Aunque el ciclismo italiano clamó por la levedad de las sanciones, los tres implicados en la trama quedaron fuera del ciclismo de primer nivel para siempre.

(Si tiene alguna información al respecto, puede escribir a apascual@elconfidencial.com)

A comienzos de siglo, todo indicaba que Santiago Segú (La Garriga, 1977) estaba llamado a ser una de las estrellas del ciclismo español. Como 'amateur', el joven barcelonés había participado en un Mundial sub-23, ganado una Vuelta a Girona y cazado un par de etapas en la Volta a Cataluña. Incluso estuvo a punto de ganar la Copa de España en 2001, una de las carreras más prestigiosas para no profesionales, donde solo un desconocido Alejandro Valverde pudo arrebatarle la victoria en la última etapa.

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