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"Estás gordo. Pesas medio kilo de más" o cómo se destrozan vidas ciclistas
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la obsesión de la bicicleta profesional

"Estás gordo. Pesas medio kilo de más" o cómo se destrozan vidas ciclistas

El físico de un ciclista es dispar. Los escaladores son tipos delgados y los rodadores y sprinters son más corpulentos. El peso es importante, pero no hay que llegar a extremos

Foto: Rohan Dennis admitió que no merecía la pena tener un trastorno alimentario por aspirar al Tour. (@RohanDennis)
Rohan Dennis admitió que no merecía la pena tener un trastorno alimentario por aspirar al Tour. (@RohanDennis)

¿Te subes a menudo a la báscula? ¿Sabes lo que pesas exactamente? ¿Pesas la comida? El peso se ha convertido en una obsesión y no hablo únicamente de sentirnos bien con nosotros mismos, de una cuestión vinculada a la estética. En ciclismo y la bicicleta, unos kilogramos arriba o abajo se pueden convertir en un arma de doble filo. Por un lado pueden mejorar tu rendimiento pero existe una delgada línea, nunca mejor dicho, que separa esa mejora de la posibilidad de enfermar. Sí, enfermar, no estoy exagerando nada.

[Las locuras en la bicicleta por ser el mejor en Strava]

El físico de un ciclista es dispar. Los escaladores son tipos delgados, en ocasiones extremadamente. Algunos dan sensación de niños sobre bicicletas de adulto. Los rodadores y sprinters, los tipos que deben pedalear rápido en llano y en etapas de viento son más corpulentos, "percherones". Dentro de estas dos grandes categorías, también hay muchas posibilidades. Hombres corpulentos que te sorprenden subiendo y hombres delgados y pequeños que te sorprenden en una contrarreloj. Yo estaba -y estoy- en el segundo grupo, nunca he sido un ciclista de pierna fina, como se suele decir. Tengo una masa ósea muy gruesa y aunque me quede muy fino, no consigo un tobillo delgado. Debíamos controlar mucho el peso porque además de esa 'fuerzona', necesaria para mover piñones pequeños y platos plagados de dientes, también necesitábamos pasar la montaña. Nos pesábamos a diario, durante las pruebas por etapas y también, de vez en cuando, nos metían la pinza (plicómetro o lipocalibre).

Nunca me obsesioné. Entrenaba y me cuidaba pero sin volverme loco. Todo ha cambiado mucho, se está llegando a unos límites insospechados y no todo el mundo está preparado para determinadas situaciones. Algunos ciclistas me comentan que durante una vuelta por etapas, ahora, pesan la comida. Recuerdo cuando me decían: "Come, come y vuelve a comer. La energía para la etapa es lo que puedas comer por la mañana y tu recuperación todo lo que puedas comer después de meta". Jamás vi una bascula de precisión en un comedor. A medida que pasan los días, la fatiga hace que tu cuerpo no tenga ganas ni de ingerir alimentos. Mucha sed, tu organismo va a lo fácil, no quiere procesar los alimentos y la tercera semana de carrera meter la pasta o el arroz no es sencillo. ¿Estamos locos? ¿Se puede decir a un ciclista que debe pedalear cada día por encima de los 100km de media a gran velocidad, con calor o frio extremo, que quite 200 gramos de su plato?

"Estás gordo. Así no"

placeholder Clement Chevrier se obsesionó con la comida.
Clement Chevrier se obsesionó con la comida.

Siempre digo que los más interesados en rendir son los deportistas. Sus contratos, su esfuerzo de muchos años, su sacrificio depende de sus resultados, de su rendimiento. Todos los ciclistas saben lo que deben de comer y ninguno se va a meter un paquete de galletas diario. Si alguno lo hace, el problema es otro y se debe buscar la causa con profesionales. Si un ciclista está pasado de peso, seguramente no tenga que ver con lo deportivo y sí con lo personal, con lo emocional. Sin embargo hay profesionales del deporte, se hacen llamar así pero para mí no lo son, que se plantan delante de un ciclista y le dicen: "Estás gordo. Así no vamos a ninguna parte". Y después de soltar esa magnífica frase se van, ya han hecho la acción del día.

No tienen ni idea del daño que esas pocas letras pueden hacer a determinadas personalidades. No, pero no os creáis que se toman la molestia de conocer a la persona, de saber de que manera lanzar un mensaje de esta magnitud o de hablar con un psicólogo deportivo para actuar de forma correcta. Frases como estas han causado serios problemas a ciclistas profesionales, populares y sobretodo a jóvenes que sueñan con llegar al profesionalismo. Ninguno de nosotros somos iguales, a ninguno nos afecta de la misma manera un mensaje vinculado al peso. Algunos son tan absurdos que comparan el peso del año pasado por esa fecha y si no está en el mismo nivel deportivo sueltan eso de: "Claro, es que estás más gordo que el año pasado a estas alturas".

Vomitar o no comer nada

Eso sí, si rinde y anda como un misil no pasa nada, todo perfecto. Otros energúmenos son capaces de soltar frases de este tipo a chavales cadetes, junior o sub23 y se quedan tan anchos. Chavales de mente frágil que en ocasiones, y lo he vivido, recurren a vomitar o a no comer nada, a intentar vivir del aire y de lechuga pensando que eso les hará llegar al profesionalismo. Padres o entrenadores que les muestran fotografías de redes sociales, en las que ciclistas o influencers lucen sus venas en las piernas.

Algunos profesionales han hecho declaraciones en las que hablan de su calvario. Ben King sufrió bulimia con 21 años, decidió vomitar un día pensando que cuanto menos pesara más rápido iría. Clement Chevrier, aseguró que querer llegar al profesionalismo le llevó a obsesionarse con la comida y dejar prácticamente de comer. Llegó a estar por debajo de los 50kg con 1,77m de altura. Rohan Dennis confesó llegar al límite de la enfermedad intentando bajar su peso y frente al espejo se dio cuenta que se estaba quedando demasiado flaco. Testimonios que han de servir para encender las alarmas, para saber que esto no es un juego. Entender que estar 'fino' no es estar desnutrido. Que esos que lanzan mensajes al aire, pensando que saben de ciclismo, cierren el pico y no lo hagan cerrar a otros para que no coman sin saber transmitirlo de manera adecuada. Hay que buscar el equilibrio y ante cualquier problema ponerte en manos de profesionales. No todo es el peso, afortunadamente. Busca la relación vatios/kilo/felicidad.

Entrena, compite y disfruta.

¿Te subes a menudo a la báscula? ¿Sabes lo que pesas exactamente? ¿Pesas la comida? El peso se ha convertido en una obsesión y no hablo únicamente de sentirnos bien con nosotros mismos, de una cuestión vinculada a la estética. En ciclismo y la bicicleta, unos kilogramos arriba o abajo se pueden convertir en un arma de doble filo. Por un lado pueden mejorar tu rendimiento pero existe una delgada línea, nunca mejor dicho, que separa esa mejora de la posibilidad de enfermar. Sí, enfermar, no estoy exagerando nada.

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