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'Kübra': Dios ya tiene móvil, y la va a liar parda
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'Kübra': Dios ya tiene móvil, y la va a liar parda

La nueva serie turca de Netflix explora un territorio tan original como fascinante: la intervención divina en tu móvil

Foto: Semavin, el protagonista de 'Kübra' con el que habla Dios. (Netflix)
Semavin, el protagonista de 'Kübra' con el que habla Dios. (Netflix)

¿Cuándo se manifestará Dios a través de nuestro móvil? A esta pregunta, que todos nos estábamos haciendo, viene a contestar oportunamente la serie turca Kübra (Netflix): pues ya mismo. Dios, como todos los fachas, era reacio a las novedades, al progreso y a Tinder. Sin embargo, se había quedado muy atrás y ya no podía participar en las conversaciones. Como tu abuela, necesitaba actualización. Así que en Turquía le han dado un móvil y ya lo tenemos de vuelta. Dios no estaba muerto, lo que pasaba era que no tenía conexión.

El Dios de Kübra es Alá, pero nos vale lo mismo para otros dioses de los muchos que hay por el mundo: todos deberían comprarse un smarphone. Coinciden en la serie dos principios ontológicos curiosos. Uno, de escaso interés para usted, es artístico. David Foster Wallace se preguntaba en uno de sus textos cuándo exactamente puede incorporarse a una narración un avance tecnológico ya presente en la sociedad. Decía David que un profesor suyo detestaba ver en un relato palabras como Facebook o Google, pues le parecían oportunistas y baratas, y como de no tener nada que contar. Además, un escritor que incluyera X de Elon Musk en su novela, correría el riesgo de que, cuando se publicara, Musk hubiera vendido X y alguien hubiera rebautizado a la red social anteriormente conocida como Twitter con un nuevo nombre; qué sé yo, Prince, por ejemplo.

Por otro lado, teníamos la idea vencedora y avispadísima de que, desde que todos tenemos móvil, y cámara en el móvil, ya no se aparece la virgen. Esto a Dios le tenía muy cabreado, y a la Virgen ni les cuento. Todas esas niñas pastoras huérfanas de virgen volandera estaban desoladas. Las niñas portuguesas debían elegir entre tener móvil y ver a la Virgen. Las dos cosas a la vez no podía ser.

Pues todo esto lo ha resulto brillantemente esta serie turca. Dios ya puede mandarte mensajes a través del móvil, y pronto la Virgen sobrevolará Portugal, y además las apps pueden participar en relatos de índole netamente religiosa. Alguien tenía que hacerlo.

Un profeta

Kübra nos muestra la vida de un militar retirado, con trauma posbélico, que trabaja como mecánico en un taller y tiene un novia estupenda, dependienta en un centro comercial. Nuestro hombre es pío y leal, y no tiene Tinder, sino SoulTouch. Se trata de una red social de creyentes, y ahí hablan de sus cosas de creyentes, y no de tonterías. Un día, un usuario de SoulTouch le escribe con tono rimbombante y evangélico, aunque supongo que ese es el tono habitual en una app espiritual. Sin embargo, los mensajes avanzan hacia el milagro, pues de pronto nuestro amigo recibe informaciones futuras, diagnósticos médicos y localizaciones de chicas secuestradas. Y a todo va dando cumplida respuesta como el héroe que es.

Dios me habla”, proclama un día al mundo. Una cosa que hay que reconocerle a la serie es que no resulta ridícula: realmente uno se cree la historia de un señor al que Dios le habla por el móvil, y le dice lo que tiene que hacer.

'Kübra' es un show excelente, perfectamente filmado, que combina cierta elevación intelectual con el puro entretenimiento

La trama tiene ciertas similitudes con El protegido (M. Night Shyamalan, 2000), pues Semavin (nombre de guerra del profeta) se salvó primero de un tiroteo en un barracón que acabó con todos sus compañeros de milicia, y además fue capaz de sacar de un coche en llamas a un niño, mientras los demás se quedaban de brazos cruzados. Siendo tan especial, Dios no pudo hacer otra cosa que elegirlo para su cruzada en la Tierra.

Porque lo que sigue es el proselitismo y la secta, Semavin reuniendo feligreses para su misión (que no está muy clara cuál es), y la prensa y los poderes fácticos (como pasa siempre con los Jesucristos), poniéndole en el punto de mira y tratándole de charlatán. “Un idiota así no puede ser un profeta”, escuchamos.

Kübra es un show excelente, perfectamente filmado, que combina cierta elevación intelectual con el puro entretenimiento. Desde el monólogo inicial (“¿Por qué existen todas las cosas cuando podría no haber nada”?) a las escenas de acción, pasando por cierto hiper-realismo con la pobreza de extrarradio, hay una mezcla perfecta de elementos y tonos y miradas. Y todo pespunteado con los vistazos al móvil de nuestro héroe, cada vez que Dios le manda un mensaje, como si fuera la chica que le gusta.

placeholder Un fotograma de la serie turca 'Kübra'. (Netflix)
Un fotograma de la serie turca 'Kübra'. (Netflix)

Pienso también que nos encanta ver a un personaje ser guiado por su móvil. Esto no sé si las primeras en hacerlo no fueron las hermanas Wachovski en Matrix (1999). Ya ahí, en Matrix, había cierto placer divino: el móvil (o quien nos habla a través del móvil) lo sabe todo, sólo debemos obedecer a sus instrucciones, agacharnos, correr, cerrar esa puerta, esperar unos minutos. En Kübra este dios teledirector y telefunken encuentra su expresión superior: basta un mensaje suyo para tenerlo todo claro.

Quizá Dios es la tecnología, como expresaba aquel viejo relato de Fredric Brown, La respuesta. Se crea un ordenador muy poderoso, y nada más encenderse se le pregunta: “¿Existe Dios?” Y contesta: “Ahora sí”.

¿Cuándo se manifestará Dios a través de nuestro móvil? A esta pregunta, que todos nos estábamos haciendo, viene a contestar oportunamente la serie turca Kübra (Netflix): pues ya mismo. Dios, como todos los fachas, era reacio a las novedades, al progreso y a Tinder. Sin embargo, se había quedado muy atrás y ya no podía participar en las conversaciones. Como tu abuela, necesitaba actualización. Así que en Turquía le han dado un móvil y ya lo tenemos de vuelta. Dios no estaba muerto, lo que pasaba era que no tenía conexión.

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