Lo que odiáis es a la gente

Lo que odiáis es a la gente

Una sucesión de acontecimientos estrictamente felices ha llevado a concluir que nuestro país no existe

Para tu seguridad, sólo Dios

Para tu seguridad, sólo Dios

La buena y la mala suerte siguen contando más en nuestras desgracias que los -a menudo- ilusorios sistemas de prevención