'The White Lotus 2': vuelve el gran debate sobre los penes en la pantalla

El último hito cultural de Occidente son los penes en las series de televisión. Cuando la segunda temporada de Euphoria llenó algún capítulo de muchachos desnudos con sus miembros viriles a la vista, muchos pensaron que se cruzaba la última frontera, ya lo habían visto todo y la industria audiovisual tocaba techo. Penes, amigos. Lo más atrevido que podía hacer HBO o Prime Video era imitar a un niño de cinco años en una fiesta después del cole en casa de Olivia o Lucas. Siempre hay un niño (un niño HBO) que se pasea por la casa desnudo sin que nadie sepa por qué. Era un artista, y ahora lo asumimos.

La segunda temporada de The White Lotus ha despertado un gran debate sobre los penes en la pantalla. En el primer episodio, un joven rico y superficial se pone el bañador delante de la novia de su amigo, y es visible su apéndice genital durante unos segundos. Lejos de considerar esta escena acoso, exhibicionismo o violencia visual, parece que era necesaria y democrática, por fin los hombres salen desnudos después de siglos de desnudez femenina, el empate inguinal se acerca, los falos han sido liberados y van a dar mucho que hablar. O sea.

Yo no acabo de verlo. La escena en concreto que comento se inscribe dentro de una serie del montón que, en su segunda temporada, cae un poquito más al fondo de ese montón. The White Lotus reúne a varios personajes en un hotel de lujo y en el primer capítulo alguien es asesinado, y toda la serie se tensa argumentalmente por saber quién ha sido asesinado y por quién. En la primera temporada no salían penes, pero salía Alexandra Daddario, famosa justamente por mostrar sus pechos en la primera temporada de True Detective. En la segunda temporada de The White Lotus salen un puñado de actores decolorados, siesos, regimentales y todo en general es de una gran mediocridad sentimental con albornoces bonitos. Es una serie para ver si tu pareja quiere hacer algo contigo que no suponga ningún avance en la relación.

Hablemos de penes

Así que pensemos en penes. El primer desnudo integral de la historia del cine —o el más canónico en su condición pionera— fue el de Hedy Lamarr en la película checa Éxtasis (1933). Las mujeres y el cine siempre han mantenido una relación ligera de ropa, comercial y descarada. Esto es así porque el cine lo hacen hombres, y porque además es difícil llevar a tu novio al cine si no va a salir en la pantalla una chica guapa. El cine, en fin, es una muestra muy depurada de “capitalismo escópico”, en definición de Eva Illouz. Mostrar mujeres sexis da dinero, e ir avanzando en las formas de su explotación genera esa cadena de escándalos que en Filmin etiquetan como “Rodaje polémico”. De El último tango en París (Bernardo Bertolucci, 1972) a Irreversible (Gaspar Noé, 2002), pasando por El imperio de los sentidos (Nagisa Oshima, 1976) o Instinto básico (Paul Verhoeven, 1992). En todas hubo un paso más en picardía y atrevimiento.

Así, los penes en el cine convencional parecían destaparse únicamente en la ya tópica escena revolucionaria de sexo oral: Romance, The Brown Bunny o Intimidad registraban una felación real, y normalmente la película era malísima.

¿Qué aporta un pene en la pantalla de una serie de HBO o Prime Video?

Al estrenar Crash (David Cronenberg, 1996), película llena de sexo por todos lados, alguien le preguntó al protagonista, James Spader, por qué tantas mujeres se mostraban desnudas en el filme y él, que se acostaba con todas, no salía propiamente desnudo (o sea, frontal). Su respuesta tiene cierto aroma mítico: “Es una cuestión geográfica más que otra cosa. En la mayoría de las escenas salimos follando, y, cuando follas, no se te ve el pene.”

Ahora la pregunta que toca hacerse es: ¿qué aporta un pene en la pantalla de una serie de HBO o Prime Video? ¿Alguien encuentra erótico el pene-en-sí? ¿Saben actuar los penes?

TE PUEDE INTERESAR

'The White Lotus' (HBO): por qué adoramos odiar a la gente rica aunque no sirva de nada

Alberto Barranco

Si enviar la foto de un falo a alguien es una muestra de mal gusto y violencia, toda vez que esa persona (una mujer, por lo general) recibe esa imagen de pronto y sin haberla pedido ni mantener una relación íntima que pueda hacer conversacional ese envío, ¿no está haciendo HBO con Euphoria o Prime con The White Lotus algo parecido? ¿Quién les ha pedido penes?

¿Es esto un triunfo más del patriarcado o es un triunfo del feminismo?

Al igual que sucede con las películas donde aparecen felaciones reales, el pene aquí toma todo el protagonismo y acaba monopolizando el producto, que se ve ya solo como esa película o esa serie donde salen hombres con grandes miembros. Así las cosas, ¿es esto un triunfo más del patriarcado o es un triunfo del feminismo? ¿Que los penes tengan visibilidad sobremasculiniza una serie o, por el contrario, la vuelve paritaria, en el sentido de que salen desnudos por igual hombres y mujeres?

El pene, cinematográficamente, tiene pocos registros. En los casos que nos ocupan (Euphoria y The White Lotus), aparecen en su versión más provinciana y gasolinera: simplemente salen para que se hable de ello. En Soñadores (Bertolucci, 2003) y otras películas que giran exclusivamente en torno a una relación amorosa de gran voltaje sexual, resultan naturales. Luego hay penes tristes, lo que también se agradece, como en la película Sunday (Jonathan Nossiter, 1997), y escenas con penes que producen escalofríos, como en Gummo (Harmoni Korine, 1997), donde un tipo se masturba mientras se ahoga a sí mismo con un cinto.