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Estimados caballeros: por favor, dejen de enviarnos fotografías de su pene
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¿por qué siguen haciéndolo?

Estimados caballeros: por favor, dejen de enviarnos fotografías de su pene

Para comenzar, porque pocas mujeres quieren ver un primerísimo plano de su miembro viril. Para continuar, porque este desdichado envío no deviene (casi nunca) en sexo

Foto: ¿Te lo ha pedido? ¿Seguro? (iStock)
¿Te lo ha pedido? ¿Seguro? (iStock)

Sus osadas imágenes pueden terminar siendo publicadas. Y lo más importante de todo: nadie le ha pedido un retrato de su pene.

Las 'apps' son el mejor aliado del exhibicionismo fálico. Aunque hoy es habitual utilizar Snapchat con fines publicitarios (cada día se visualizan más de 7 billones de vídeos a través de esta red), para mostrar a los seguidores una parcela de nuestra vida íntima o simplemente por diversión, cuando esta app vio luz en el año 2011, su objetivo era otro: el de compartir durante unos segundos imágenes subidas de tono con otros. Es decir: poder ofrecer ráfagas 'hot' que desaparecieran en cuestión de segundos sin dejar rastro. Mientras que la 'app' ha madurado y esos flashes calentorros de tintes adolescentes han pasado a un segundo plano, estas acciones teen han encontrado en las redes sociales, y en especial en las apps para ligar, su mejor trampolín.

Las mujeres denuncian que reciben de forma constante fotos de penes de usuarios con los que han conversado o de completos desconocidos

Puesto que en muchos casos la cultura de las citas online busca la gratificación inmediata, muchos hombres encuentran en esta realidad el marco idóneo para enviar imágenes subidas de tono. En este contexto, las mujeres denuncian cada vez más recibir de forma constante fotos de penes de usuarios con los que han entablado conversación o incluso de completos desconocidos.

Estimados hombres del mundo: ha llegado el momento de que dejen de enviar su pene como si de un emoji se tratara. ¿Realmente quieren ellas ser testigos de esta oda a la virilidad? ¿Es ella la única que verá el contenido de su despliegue de testosterona o lo compartirá con más personas? Antes de enviar su pene, lea este texto y valore si no es más apropiado enviar el emoji de la berenjena.

¿Seguro que quieren ver tu Soldado Ryan?

Un estudio de Match.com reveló que las fotos de alto contenido sexual son uno de los mayores revulsivos para las mujeres. Según el estudio LoveGeist 2016, realizado por TNS a petición de Meetic, 9 de cada 10 mujeres se sienten incómodas al recibir un mensaje en el que se les pide una fotografía sexy. Sin embargo, la encuesta Millennial Sex Survey, llevada a cabo por SKYN Condoms entre más de 5.000 mujeres y hombres, revela que el 43 % de las mujeres han mandado alguna vez una imagen subida de tono. Los hombres lo han hecho en un 49% de los casos. Pero este texto no se centra en el sexting. La pregunta actual es, ¿en cuántas ocasiones ellos enviaron imágenes sexuales sin que sus interlocutoras se lo pidieran?

En un ambiente en el que el anonimato online prima, ambos sexos sienten más libertad para actuar de forma sexual, haciendo del exhibicionismo una de las prácticas más habituales. Desde Consumer Research se indica que el 57% de las mujeres que han recibido esta tipología de imágenes se han sentido agredidas o acosadas.

Hay que tener en cuenta que los hombres responden con más ahínco a estímulos visuales que las mujeres. Esto explica que sea más habitual que un hombre se excite al recibir una fotografía de unos pechos, mientras que es más extraño que ocurra lo mismo cuando una mujer ve la imagen de un pene, tal y como explica el investigador Stephan Hamann a 'Science Daily'. Si es cada vez más evidente que esta práctica no es la preferida de las mujeres, ¿por qué siguen ellos mandando este tipo de imágenes?

El bucle de los envíos sin (con)sentimiento

La psicología indica que el refuerzo negativo puede terminar siendo un refuerzo en sí mismo. Cuanto mayor sea el rechazo que generan las imágenes sexuales enviadas, mayor será la sensación de poder de algunos hombres, que se sentirán orgullosos al saber que sus penes generan una reacción tan acusada. Ante esta realidad, mientras que algunas mujeres creen que lo mejor es ignorar estas acciones para evitar reforzar dicha sensación de poder, otras creen que se trata de una forma de ataque sexual mediante el cual los hombres reafirman su papel dominante en el sexo.

Enviar imágenes de su pene sin que nadie se las haya pedido no le hace diferente del pervertido que abre su gabardina por la calle

Frente a las que prefieren ignorar, y ante las que lo consideran una agresión grave, encontramos a mujeres que prefieren hacer púb(l)icas estas imágenes o actuar. La modelo Emily Sears cuenta con 2.3 millones de seguidores en Instagram y recibe al día como poco, una imagen fálica, alguna de ellas acompañada de mensajes obscenos. Su reacción ha sido buscar a las novias de estos hombres para hacerles ver lo que sus parejas hacen. Whitney Bell ha hecho una exposición en la que exhibe las más de 200 fotografías de penes recibidas en su vida. Soraya Doolbaz ha invitado a parejas a su estudio para que la mujer haga looks para el pene de su chico, que fotografía con el outfit creado como si fueran de una persona se tratara. Al fin y al cabo, las fotos de penes son imágenes en las que el miembro ocupa todo el espacio, prácticamente despojado de su dueño. La acción más reciente ante estos envíos ha sido la de Sarah-Louise Jordan, una internauta que escribió una carta en su Facebook como respuesta a un usuario exhibicionista. La carta en cuestión acumula miles de retweets.

Pero no solo es la posibilidad de ver la imagen mandada en una exposición o publicada en una red social la que se debería tener en cuenta al enviar una fotografía de esta tipología. La Universidad de Indiana concluye que el 23% de las personas que las reciben las comparten con más de 3 personas.

En resumidas cuentas, si cree que enviar su pene refuerza su hombría, si considera que las mujeres se sienten excitadas al ver a su amiguito en la pantalla de su móvil sin previo aviso o si pensaba que el envío iba a ser un secreto, se equivoca. Porque estimado caballero: la práctica de enviar imágenes de su pene sin que nadie se las haya pedido no le hace diferente del pervertido que abre su gabardina para enseñar el suyo a las mujeres por la calle. Les rogamos que se bajen del tren del exhibicionismo cibernético sin petición previa y se suban la cremallera. Gracias.

Sus osadas imágenes pueden terminar siendo publicadas. Y lo más importante de todo: nadie le ha pedido un retrato de su pene.

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